Golpe policial al 'clan de los Toreros' por una trama de explotación sexual

Detrás de esta presunta trama se encontraría el denominado 'clan de los Toreros', un grupo delictivo que desde hace décadas viene desarrollando supuestas actividades vinculadas al tráfico de drogas y a la prostitución y que tiene un fuerte arraigo en la comarca de Cartagena. Según han confirmado a LA VERDAD fuentes próximas a la operación, entre los detenidos se encuentra el presunto líder de la organización, Juan S. P., y tres de sus hijos, Ángel, Juan y Andrés S. G., a quienes se atribuye el control «desde la sombra» de esa presunta red de explotación sexual de mujeres. Entre el resto de los sospechosos arrestados en esta redada se encuentran las personas que se encontraban presuntamente «en el lado visible» de la trama -gerentes y controladores de los clubes de alterne, captadoras de chicas, transportistas...- pues eran quienes daban la cara en todo momento, observando un especial cuidado en no mantener contactos notorios y públicos con los líderes «de la parte oculta».

Una decena de los principales sospechosos han ingresado ya en prisión preventiva por orden del juzgado de guardia de Cartagena, acusados de presuntos delitos de trata de seres humanos con fines de explotación sexual, relativos a la prostitución, favorecimiento de la inmigración ilegal, contra los derechos de los trabajadores, tráfico de drogas y pertenencia a organización criminal.

Las investigaciones desarrolladas a lo largo de varios meses por la UCRIF y la BCTSH han permitido conocer exhaustivamente la forma en que venía operando desde 2016 esta red delictiva, que captaba a las mujeres en sus países aprovechándose de su mala situación económica. Venezuela era el principal caladero, aunque también echaban las redes en Colombia, Paraguay, Nicaragua... En muchos casos, las jóvenes conocían que su destino final en España era el de ejercer la prostitución y prestaban su consentimiento, aunque finalmente acababan sintiéndose engañadas por las duras condiciones de trabajo que en apariencia se les imponían y por las dificultades y «las condiciones abusivas» que acababan teniendo para saldar la deuda contraída por su traslado a España, que ascendía a veces hasta los 1.500 y los 1.700 euros.

La red tenía establecido un sistema de multas para las mujeres que no cumplían estrictamente las normas impuestas, lo que acababa engrosando las deudas que ya tenían pendientes. Lo mismo ocurría con los gastos de manutención diarios que tenían que satisfacer.

En otras ocasiones, las chicas habrían sido directamente engañadas, pues cuando eran contactadas en su país les aseguraban que su destino era trabajar de camareras.

Una vez que las víctimas habían sido captadas, la red preparaba su traslado a España, para lo cual las reunían en grupo de tres o cuatro chicas, les compraban billetes de avión con destino al aeropuerto de París y les facilitaban unos 500 euros para que pudieran demostrar que podían sostenerse económicamente durante los días de estancia simulados. Después eran conducidas hasta la Región en un coche de la organización e instaladas finalmente en uno de los tres clubes de alterne que gestionaba este grupo: Hot Girls, en la localidad cartagenera de La Palma; Las Muñecas, en Los Beatos, y Paradise, en la pedanía murciana de Puente Tocinos.

Se da la circunstancia de que, cuando los agentes realizaron los registros en esos establecimientos y se toparon con varias decenas de mujeres ejerciendo el comercio carnal, constataron que muchas de ellas se encontraban en situación irregular en España, al haber expirado ya el plazo fijado en su visado, pero que otras muchas -hasta quince en un mismo club- estaban a la espera de que se les concediera la consideración de refugiadas.

La operación es una de las más relevantes de cuantas se han realizado en los últimos años en la Región en materia de trata y explotación sexual de mujeres.

Durante las investigaciones, la Policía llegó a intervenir los teléfonos de varios presuntos responsables de la red, lo que sirvió para constatar que adoptaban unas tremendas precauciones a la hora de contactar entre ellos por esa vía y de referirse a cualquier hecho que pudiera considerarse delictivo.

El principal material probatorio con el que cuentan los agentes que han desmantelado esta organización son las declaraciones de los 17 testigos protegidos, que han desvelado de manera muy detallada de qué forma funcionaba la trama y el papel concreto que jugaban en la misma cada uno de los diferentes sospechosos.