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Ginés Jiménez Buendía, ayer, en Murcia. Vicente Vicéns / AGM
Ginés Jiménez Buendía: «Llegué a pensar en quitarme de en medio»

Ginés Jiménez Buendía: «Llegué a pensar en quitarme de en medio»

«Los vecinos me paran por la calle para decirme que se alegran de que todo se haya resuelto», asegura el exjefe de la Policía Local de Coslada tras ser declarado inocente

J. R. P. / J. G. B.

MURCIA

Jueves, 17 de mayo 2018, 10:28

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La Fiscalía pedía 26 años de cárcel para él, pero la Audiencia Provincial de Madrid ha absuelto de todos los delitos al exjefe de la Policía Local de Coslada Ginés Jiménez Buendía, natural de Alcantarilla. «He trabajado desde el primer momento para probar que yo no lideraba ninguna trama de extorsión ni de blanqueo», explica a 'La Verdad'. «Es algo que esperaba. Pero sufrí mucho y pensé en quitarme de en medio», confiesa.

-¿Cómo se encuentra?

-Normal. No estoy eufórico porque siempre he sentido que se iba a saber la verdad. Soy inocente. Mi conciencia ha estado tranquila desde el principio. Mi abogado y yo vimos que no había ni una sola prueba que se sostuviera para una sentencia condenatoria. Se ha cumplido lo que esperaba. No me podían acusar de pertenecer a una organización criminal, porque nunca hubo trama, ni extorsión, ni blanqueo de capitales...

-¿Considera que la sentencia absolutoria repara el daño sufrido?

-No, solo lo repara parcialmente. Ahora puedo mirar a la cara a todos los que me acusaron y decirles: 'No fuisteis justos y no respetasteis la presunción de inocencia que nos merecíamos los 26 policías locales'. Y hacerlo sin rencor ni agresividad, pero con el convencimiento que da una sentencia de 117 folios. Pero no repara el daño psicológico que sufrí. Yo era líder de la seguridad ciudadana y del orden público, y de la noche a la mañana me convirtieron en el jefe de una organización criminal. Muchos se lo creyeron, hasta que se dieron cuenta de que no era verdad. Y los vecinos de Coslada y de Alcantarilla me mostraron todo su apoyo.

-El proceso ha durado diez años. ¿Cómo lo ha vivido?

-Mal. En los procedimientos judiciales se sufre mucho, sobre todo, cuando tienes la plena conciencia de que eres inocente. Todo vino como una locomotora, a gran velocidad, y decidí subirme a ella. Así tuve la oportunidad de explicar en los medios de comunicación que no existía esa trama ni ninguna organización criminal dentro de la Policía Local. Y poco a poco lo fui consiguiendo, a base de informarles sobre cómo iba el procedimiento judicial. Asumí que tenía que pelear esta guerra porque no había delito alguno. Pero la opinión pública sentencia antes de tiempo.

-¿Qué ha sido lo peor?

-El momento en que me di cuenta de que yo era el objetivo de la 'Operación Bloque'. Me sentí tan mal que tuve un momento de debilidad psicológica, y llegué a pensar en quitarme de en medio para ahorrar el mal trago a mi familia y a mis compañeros. Pero no lo hice. Leí el sumario, palabra por palabra, y vi que podía desmontar todo lo que se decía de mí. Y me puse a trabajar con el abogado todos los días, de lunes a viernes, durante años. Todo fue un complot contra mí. Yo era el protagonista en Coslada. Teníamos 67 detenidos de media, cuando la Policía Nacional solo tenía unos 23. Y eso generó muchas envidias. Más de uno pensó que no se podía consentir y se tomó a nivel personal el protagonismo profesional que yo ejercía. Se criminalizó mi imagen y la de mis compañeros.

-¿Cree que la gente le seguirá llamando el 'sheriff de Coslada'?

-No. Lo del 'sheriff de Coslada' vino por un medio, y esa calificación se utilizó después con connotaciones negativas. En la actualidad nadie me considera un 'sheriff', sino una persona que ha sufrido mucho durante este proceso. De hecho, llegué a inscribir ese nombre en el Registro Nacional de Patentes y Marcas para que no se utilizara maliciosamente en los medios.

-¿Cómo ha celebrado la sentencia?

-Nada de tirar cohetes. Acepto la sentencia como algo que me tenía que llegar por obligado cumplimiento. Merecía la absolución. Han sido dos meses y medio de juicio y se ha conseguido desmontar toda una operación en la que intervinieron 300 policías nacionales. La sentencia tiene dos vertientes. Por un lado, las nulidades procesales, porque anula las escuchas telefónicas y los registros domiciliarios. Y otra vertiente, en la que el tribunal entra en cada prueba y supuestos delitos, pensando en un posible recurso. Y desmonta cada una de las pruebas. Así que estoy satisfecho.

-Estos días ha estado en Alcantarilla. ¿Cómo ha sido el trato con los vecinos?

-¡Una pasada! Me paran por la calle para decirme que se alegran de que todo se haya resuelto. Siempre se han portado muy bien conmigo y han creído en mi inocencia.

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