Los forenses creen que a Nirta le descerrajaron siete tiros de frente
Un perito de la defensa destaca que el atacante no falló ningún disparo y remarca que «debía ser un tirador experto»
El italiano Giuseppe Nirta murió abatido a tiros en el paraje aguileño de El Charcón en la noche del 9 de junio de 2017. Fueron siete, al menos, los disparos que le robaron la vida a este hombre reservado, al que los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad relacionaron con la mafia 'Ndrangheta. Y hasta ahí llega prácticamente el consenso de los especialistas en torno a los últimos segundos de vida de Nirta. Los expertos disintieron ayer, miércoles, en el transcurso de la sesión celebrada en la Audiencia Provincial ante un jurado popular, sobre si a la víctima del crimen la abatieron de frente o por la espalda.
Los forenses adscritos al Instituto de Medicina Legal (IML) de Murcia explicaron a los integrantes del jurado que Nirta recibió, al menos, siete disparos y que, conforme a sus hipótesis, éstos debieron de producirse a una larga distancia –esto es, a más de un metro y medio de distancia–. Estos profesionales aseguraron no poder detallar con precisión en qué orden se produjeron esos disparos, aunque sí se mostraron bastante seguros de que el último tiro debió de ser el que el italiano recibió en la frente. Los forenses sostuvieron, además, que, conforme a su hipótesis, lo más plausible es que esos tiros se produjesen de frente.
La declaración de estos especialistas, sin embargo, fue rebatida en algunos puntos por el perito que la defensa ha incluido en el procedimiento: Francisco J. Luna Torrano, responsable del instituto criminalístico forense, en Molina de Segura. Este especialista, químico, defendió que algunos de los tiros se produjeron por la espalda y que Nirta falleció finalmente bocabajo.
La magistrada advierte a los investigadores de que no deben presentar una «actitud a la defensiva»
Luna hizo hincapié, además, en que la persona que acribilló al italiano acertó todos los disparos, llegando a alcanzarle las siete veces que apretó el gatillo. Una circunstancia, incidió, que denota que se trata de «un tirador experto». El perito puso el énfasis en que quien llevara el arma «debía saber estabilizarla y tener mucha puntería».
Este miércoles también declararon ante el jurado integrantes del Instituto Nacional de Toxicología (INT) que, en aras al análisis de la ropa de la víctima, determinaron que los disparos se debieron de producir, al menos a un metro y medio. También intervinieron en la vista los agentes de la Guardia Civil que realizaron la inspección ocular en el lugar del crimen.
La magistrada presidente, Concepción Roig, advirtió a los miembros de la Benemérita de que, por primera vez en 33 años de ejercicio, observaba que «acuden a la defensiva» y remarcó que esa es una actitud que «no me gusta». La juez animó a los investigadores a relajarse a la hora de defender un trabajo «que ha sido excepcional». Los peritos, por su parte, defendieron su trabajo y su actitud durante el juicio.