«La Federación de Judo de la Región me ha devuelto la vida»
El historiador Miguel Contreras es el primer discapacitado en conseguir el cinturón negro de judo en la Región
Minerva Piñero
Jueves, 27 de septiembre 2018, 07:46
«Cualquier cosa que hagas, por mínima que sea, es mejor que quedarte sentado en el sofá de tu casa», dice Miguel Contreras (Murcia, 1972), al recordar el consejo que hace dos años le dio su maestro de aikido. Harto de la monotonía de su terapia de rehabilitación, este amante de las artes marciales se ha convertido en el primer discapacitado físico en conseguir el cinturón negro de judo en la Región. Un deporte que empezó a practicar con tan solo tres años y del que se tuvo que despedir al cumplir los 18, tras sufrir el accidente deportivo que redujo la movilidad de su brazo izquierdo y de su pierna izquierda en un 50%. Licenciado en Historia, reserva parte de su tiempo para estudiar Bellas Artes en la UMU.
-¿Cuándo retomó el judo, después de sufrir el accidente?
-Hace dos años. Pero es un deporte que ya me apasionaba desde pequeño. Lamentablemente, a los 18 años tuve que dejarlo apartado al lesionarme. Me salió mal una caída parecida a las que se hacen en judo, un ejercicio de gimnasia que tenía que hacer. Me fracturé las cervicales y me dañé la médula espinal, lo que me provocó una discapacidad en el brazo izquierdo y en la pierna izquierda. Ahora, mi movilidad es reducida.
-¿Cuánto ha mejorado su movilidad desde que volvió al deporte?
-Mucho; he notado mejoras en todo, tanto física como mentalmente. Por una parte, ahora tengo más fuerza, flexibilidad y agilidad. En un combate, donde tengo que inmovilizar a mi oponente, necesito poner en marcha todos los músculos de mi cuerpo, incluidos los de mi lado izquierdo, aquellos que pensaba que tenía dormidos y que no podría volver a mover. También he podido potenciar la actividad de los dedos y las manos, ya que en los combates tienes que agarrar al contrario. Es, además, un deporte que mejora la concentración, la relajación, el autocontrol...
-¿Cómo se encuentra Murcia en el ámbito del judo adaptado respecto al resto de comunidades?
-A mí me han tratado muy bien. Sobre todo, Santiago Hernández Romero, el presidente del Club Kronos de Molina de Segura, que es mi maestro, y David Romar, el presidente de la Federación de Judo de la Región. Me han devuelto la vida. Pero siempre quedan cosas por hacer. Hasta que no te pasa, la verdad, no te das cuenta de ciertas cosas. La universidad, por ejemplo, sí que tiene pruebas de acceso adaptadas, pero en los conservatorios de la Región, en cambio, existe muy poca adaptación. Casi nadie se plantea adaptar los instrumentos a las necesidades físicas.
-¿Y cómo cree que se halla la Real Federación Española de Judo en comparación con otros países europeos?
-Considero que le falta un departamento para discapacitados. De hecho, en Holanda se ha creado una asociación internacional de judo para personas con discapacidad, formada por unos cuarenta países. En ella, se establecen varios niveles de competición, en función del tipo de discapacidad. Si tienes una paraplejia y no puedes mover tu cuerpo de cintura para abajo, por ejemplo, te colocan en la modalidad de suelo. Existe una modalidad de competición de judo adaptado a cada persona.
-¿Y usted, contra quién compite aquí, en Murcia?
-Contra mis compañeros, contra gente sin discapacidad. Sé que no me voy a recuperar, pero mis síntomas se pueden frenar con estos combates y con los entrenamientos.
-¿Conoce a más personas con discapacidad física que practiquen judo adaptado en la Región?
-A muy poca gente, pero en otras partes de España sí que hay. De hecho, una chica de Barcelona que está en silla de ruedas, con una paraplejia, ha conseguido el cinturón negro en la modalidad de judo suelo.
-¿Practica otros deportes?
-Sí. Competí en esgrima adaptada en la década de los 90, ya que prácticamente este era el único deporte de combate que se podía hacer en la Región. Cuando tuve el accidente me dijeron que el judo tenía que dejarlo; nadie pensó en que se podía adaptar a las necesidades físicas. Existía judo para discapacitados visuales, pero no para discapacitados físicos.
-¿Cuántos días entrena?
-Dos o tres días a la semana. Además, también realizo terapia de rehabilitación, que está compuesta por ejercicios muy repetitivos, como son las pesas, los ejercicios de mantenimiento, la fisioterapia y la natación. Es muy monótono. Y encima sabes que con ellos no te vas a curar, que simplemente los debes hacer para frenar los síntomas. El judo, en cambio, tiene el componente de diversión. Poder practicarlo con mis hijos es lo mejor.