Las farmacias reclaman un mayor papel en la lucha contra el coronavirus
Los profesionales proponen realizar test de anticuerpos y de antígenos, y piden una mejor coordinación con los centros de salud
Reyes Menárguez recuerda como si fuera ayer la caótica mañana del sábado 14 de marzo, cuando la farmacia que regenta en Alcantarilla se llenó hasta ... la bandera de pacientes que acudían a retirar medicamentos y otros productos ante la inminencia del estado de alarma. Al desconcierto inicial le siguió la preocupación. «Yo llevaba un mes buscando mascarillas, pero no había manera. Me dije: tienes que conseguirlas como sea». No para venderlas –«había unos precios desorbitados y cada uno tiene su ética», subraya–, sino para poder proteger al menos a sus empleados, expuestos como ella en primera línea.
Con eficacia resolvió los problemas, y pronto su oficina de farmacia tuvo mamparas, protocolos de separación y mascarillas para el personal. Tras el mostrador, Reyes y el resto de farmacéuticos de la Región se convirtieron en los profesionales sanitarios a los que consultar cualquier duda, ante el llamamiento de las autoridades a no acudir a centros de salud y hospitales salvo en casos estrictamente necesarios. «Siempre hemos tenido ese papel en la farmacia comunitaria, pero eso se vio muy potenciado durante el confinamiento», explica Juan Ernesto Peña, farmacéutico en Llano del Beal, en Cartagena. «Hicimos de puente con los centros de salud, y la comunicación con los médicos de familia fue muy fluida», subraya.
«Podríamos estar ayudando, como hacemos ya en el cribado de cáncer de colon o con las pruebas rápidas del VIH»
«Había muchas dificultades»
Las 569 boticas de la Región tuvieron que afrontar las complicaciones de una situación inédita: el confinamiento por una pandemia. «Los primeros meses fueron de un trabajo intensísimo, de 14 o 15 horas diarias; teníamos que estar adaptándonos continuamente a los protocolos. Había muchas dificultades para conseguir material y problemas de distribución», recuerda Juan Ernesto. «Había nervios, pero tienes que tranquilizar a la gente, no puedes transmitirlo a quienes tienes delante –recalca Reyes Menárguez–; yo llegaba a casa con la espalda destrozada y la mandíbula agarrotada».
Poco a poco, la situación se normalizó. El Servicio Murciano de Salud prorrogó la receta electrónica para que los pacientes crónicos no tuviesen que pasar por el centro de salud, y el Colegio de Farmacéuticos desarrolló protocolos para llevar a domicilio los medicamentos tanto a pacientes de alto riesgo como a personas con sospecha o confirmación de Covid. «Se aplicaron en tiempo récord soluciones tecnológicas que han reducido desplazamientos y riesgo de contagios, como la modificación de la receta electrónica, la renovación de los tratamientos con visados sin necesidad de desplazarse al centro de salud, o la dispensación de recetas electrónicas privadas», enumera Isabel Tovar, presidenta del Colegio Oficial.
En junio llegó por fin la desescalada, pero, un mes después, los contagios comenzaron de nuevo a subir. Ahora, en plena segunda oleada, los farmacéuticos se enfrentan a un escenario diferente, y reclaman su papel en la lucha frente a la pandemia. «Tenemos la capacitación y la disposición adecuada como profesionales sanitarios. Por supuesto que podríamos estar ayudando en los cribados, como hacemos, por ejemplo, en el plan de prevención del cáncer de colon o con las pruebas rápidas de VIH», reflexiona Juan Ernesto Peña.
«En estos momentos no podemos vender test de anticuerpos porque la Covid es una enfermedad de declaración obligatoria, pero podríamos hacer perfectamente aquí los test y comunicar los resultados al Sistema Nacional de Salud», apunta Reyes Menárguez. Lo mismo ocurre, explica, con los nuevos test de antígenos. «Hemos hecho una carrera de cinco años; tenemos la capacidad y metodología para hacerlos», subraya.
«La evolución que parecen estar teniendo las pruebas de detección rápida para la Covid-19, en su eficacia y fiabilidad, hace que en este momento se pueda dar el escenario adecuado para establecer programas de cribado desde la red de farmacias, en colaboración con las autoridades sanitarias, con plenas garantías para los ciudadanos», resume Isabel Tovar, presidenta del Colegio Oficial.
Esta propuesta es objeto de polémica por el rechazo frontal de los colegios de Enfermería, que lo consideran una intromisión en sus competencias. Tovar responde que hay «respaldo normativo», y que solo se precisa «de la decisión de las autoridades sanitarias para ponerse en práctica».
«Los primeros meses de la pandemia fueron de un trabajo intensísimo. Hubo muchas dificultades para conseguir material»
Comunicación con Primaria
Pero los farmacéuticos reclaman también una mejor coordinación con Atención Primaria. La agilidad de la comunicación durante la primera oleada se ha perdido, fruto de la saturación que sufren los centros de salud. «Ha habido un cambio brusco, a peor. Ahora es dificilísimo comunicarse con ellos, apenas cogen el teléfono», se queja Juan Ernesto Peña. También los pacientes se encuentran con líneas telefónicas colapsadas y con demoras de hasta dos semanas en las citas, así que en muchos casos terminan recurriendo a la farmacia. Más aún en una pedanía como Llano del Beal, donde el consultorio, cerrado desde el inicio de la pandemia, ha reabierto solo dos mañanas a la semana.
Los farmacéuticos reclaman fórmulas para mejorar esta comunicación, porque los problemas actuales llevan a visitas innecesarias de pacientes por cuestiones burocráticas, como errores en la receta electrónica.
Rechazo frontal del Consejo General de Enfermería
La propuesta para realizar test diagnósticos de Covid en las oficinas de farmacia es rechazada de plano por el sindicato de Enfermería SATSE y por los colegios de Enfermería, agrupados en el Consejo General. Para estas organizaciones, las pruebas deben ser «realizadas siempre por el personal sanitario que, como las enfermeras, enfermeros u otros profesionales, tienen la cualificación y competencias para hacerlo con plenas garantías y de conformidad con la normativa vigente».
Los enfermeros entienden que la realización de test es una «actividad asistencial» que debe desarrollarse en centros sanitarios, y no en «en un negocio privado». La Mesa de la Profesión Enfermera, que reúne al Consejo General y al sindicato SATSE, manifestó a principios de este mes su rechazo a la propuesta porque, en su opinión, las oficinas de farmacia no reúnen «en absoluto» los requisitos necesarios para la realización de estas pruebas diagnósticas.
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