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José Jerónimo García Egea junto a su camión. J. G. Badía
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«Estamos escapando de los franceses como si fuésemos unos delincuentes»

Los transportistas atrapados en Francia conducen de noche para evitar ser frenados por los piquetes de los 'chalecos amarillos'

Jorge García Badía y F. ITURRIBARRÍA

PARÍS

Miércoles, 5 de diciembre 2018, 02:59

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Dormir de día y conducir de noche para burlar los piquetes de los 'chalecos amarillos' en Francia. «Nos estamos jugando la vida», asegura José Jerónimo García Egea, un chófer autónomo y propietario de una pequeña empresa con el mismo nombre, que cuenta con seis camiones en Puerto Lumbreras. Este conductor está sudando tinta china a cuenta de las protestas de los franceses por la subida a los carburantes que plantea el Gobierno galo. «Está siendo una odisea», resumía ayer en conversación telefónica con 'La Verdad' mientras hacía una parada en Castellón.

«Cuando te los encuentras, paras, porque te da miedo tanta gente», admite este conductor, que el pasado lunes estuvo retenido durante cuatro horas con su cargamento de lechugas. «Nada más pasar la cuesta de La Junquera me detuvieron». José Jerónimo tenía que haber entregado el cargamento en un supermercado a las ocho de la tarde, pero no pudo llegar a Montpellier hasta la medianoche. De forma que ayer no tuvo más remedio que dirigirse directamente hacia Valencia, para tratar de compensar las horas perdidas.

«Un día de retraso me supone un coste de 500 euros», ejemplifica este autónomo, que lleva doce años al frente de la empresa que fundó su padre. Y justifica estas pérdidas porque sus clientes le penalizan por los retrasos en las entregas, además del gasto adicional que supone tener parados a sus conductores. «Ellos cobran doce céntimos por kilómetro, pero si no se mueven tengo que pagarles de mi bolsillo las dietas». Uno de sus empleados permaneció detenido treinta horas durante el pasado fin de semana en una autopista de Montpellier; a otro lo retuvieron tres horas en Burdeos... «Hemos ido jugando con la picaresca de la madrugada para aprovechar cuando no están en la carretera: nos estamos escapando de los franceses como si fuésemos delincuentes», resume.

El secretario general de la Federación Regional de Organizaciones Empresariales de Transporte de Murcia (Froet), Manuel Perezcarro, subrayó ayer que las protestas iniciadas el 17 de noviembre se están produciendo «en plena campaña» de frutas y verduras. «Tenemos una flota de 8.000 camiones frigoríficos y se habrán visto afectados unos 5.000, entre los que suben a Francia y los que vuelven de allí». El secretario estimó que las retenciones causadas por los 'chalecos amarillos' a cada empresa «le están generando unas pérdidas de unos 110 euros por día de retraso y vehículo atrapado».

No obstante, Perezcarro se mostró esperanzado en que acaben las protestas. «Hemos recibido una circular de la Confederación Española de Transporte de Mercancías que nos informa de que Emmanuel Macron no subirá los carburantes». De hecho, el presidente francés suspendió ayer los incrementos de la fiscalidad ecológica sobre los carburantes que han motivado la más grave crisis social en el año que lleva en el poder.

El gesto apaciguador del Gobierno afecta a tres medidas fiscales que debían entrar en vigor el próximo 1 de enero: la subida de la tasa de carbono sobre la gasolina, el fuel y el diésel, la convergencia de la fiscalidad del gasóleo con la de la gasolina y el alza de los impuestos al gasóleo para actividades agrícolas y pesqueras. La decisión de Macron pretende evitar que el estallido de violencia contagie a estudiantes, agricultores y camioneros.

José Jerónimo confirmaba ayer que el anuncio se notó a pie de carretera: «Todo está más tranquilo». No obstante, los portavoces del movimiento que reivindica aumentar el poder adquisitivo de las depauperadas clases medias y populares tacharon de insuficientes las concesiones gubernamentales y convocaron nuevas protestas callejeras para el próximo sábado.

Tal anuncio volvió a generar inquietud en este chófer. «Espero que esto acabe pronto, porque cuando tengo que hacer un viaje a Francia lo hago con miedo».

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