Calima sobre la ciudad de Murcia desde el Castillo de Monteagudo. Nacho García

El empeoramiento de la calidad del aire en la Región de Murcia aumenta el riesgo de infartos y cáncer

Un estudio de La Arrixaca confirma que las concentraciones de partículas en la Comunidad alcanzan niveles perjudiciales para la salud

Domingo, 31 de agosto 2025, 07:21

La Región de Murcia ha vuelto a vivir esta semana un nuevo episodio de contaminación atmosférica por la entrada de una masa de aire ... africano, con elevadas concentraciones tanto de partículas inferiores a los 10 microgramos por metro cúbico (PM10) como de partículas inferiores a 2.5 microgramos (PM2.5). No es una excepción, sino la tónica de este verano. Pero también en invierno amplias zonas de la Región afrontan de manera habitual concentraciones muy por encima de las recomendadas por la Organización Mundial de Salud (OMS).

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No es extraordinario que en Murcia, Molina de Segura, Lorca o el Valle de Escombreras se superen durante tres días seguidos los 10 microgramos por metro cúbico de PM2.5. Investigadores de la Sociedad Española del Corazón (SEC) y la Fundación Española del Corazón (FEC) presentaron esta semana un estudio que alerta de que estos niveles se traducen en «un incremento significativo de los ingresos hospitalarios por infarto agudo de miocardio». En concreto, «esto son 22 infartos más por cada 1.000 hospitalizaciones». Pero hay más. A partir de los 25 microgramos de PM2.5, el riesgo de morir durante la hospitalización por un infarto aumenta un 14%. A estas conclusiones se ha llegado tras el análisis de datos de 115.071 pacientes ingresados en 122 hospitales entre 2016 y 2021, entre ellos La Arrixaca, Reina Sofía, Morales Meseguer, Rafael Méndez y Santa Lucía. Las PM2.5 son especialmente peligrosas porque por su pequeño tamaño son capaces de llegar al torrente sanguíneo y de ahí a los diferentes órganos, generando procesos inflamatorios.

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El servicio de Cardiología de la Arrixaca puso en marcha su propio estudio para analizar el impacto de la contaminación en la Región de Murcia. No se hallaron asociaciones evidentes entre niveles de contaminación e incidencia de infartos u otras enfermedades cardiovasculares, entre otras cosas porque la medición de las concentraciones de partículas ha sido muy mejorable en la Región, y solo se dispone de registros anuales de PM2.5 desde 2024. Pero el estudio, que ha constituido el trabajo fin de grado de Jesús López Mínguez y que ha sido tutorizado por el catedrático Domingo Pascual, jefe del servicio de Cardiología de La Arrixaca, sí observa que, de acuerdo a la literatura científica, «todas las áreas de salud estudiadas superaban los niveles establecidos como perjudiciales», en lo que respecta a «exposiciones largas para las PM10 y PM2.5». Estas conclusiones fueron presentadas en el Congreso de la SEC en 2024. «La relación entre contaminación, infarto y cáncer es muy clara», resume Domingo Pascual.

En los recurrentes episodios de contaminación encontramos las masas de aire africanas, cargadas de polvo en suspensión, pero también el resultado de las quemas agrícolas y del tráfico rodado. Y a las PM.10 y PM2.5 se une, por todo ello, el dióxido de nitrógeno (NO2).

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Más ingresos

El pediatra Juan Antonio Ortega, jefe de la Unidad de Salud Medioambiental de La Arrixaca, lleva años advirtiendo de los efectos de este peligroso cóctel. En 2020, concluyó en un estudio que «la contaminación urbana aumenta los ingresos hospitalarios en Pediatría por patología aguda respiratoria, especialmente por crisis de asma y bronquiolitis».

Ortega ha participado esta semana en un encuentro en Puerto Rico que ha reunido a investigadores de la Universidad de Murcia y el Mount Sinaí de Nueva York, entre otros. «La evidencia científica confirma que las intrusiones de polvo sahariano han aumentado tanto en frecuencia como en intensidad a nivel global. Estudios recientes muestran que desde 2020 se registran episodios más prolongados y potentes en el Mediterráneo», explica. Las causas «están ligadas a la desertificación del norte de África, la degradación del suelo y la variabilidad climática, fenómenos que el cambio climático intensifica». Este problema «compromete la salud pública, eleva los niveles de partículas finas y dispara crisis respiratorias en millones de personas».

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No solo se incrementa la incidencia de enfermedad cardíaca, también la mortalidad

El jefe de Salud Medioambiental de La Arrixaca lanza un llamamiento a la acción, como ya hizo en mayo en una entrevista en LA VERDAD la directora de Medio Ambiente, Cambio Climático y Salud de la OMS, María Neira. «A los alcaldes hay que decirles cuántas muertes evitan reduciendo el tráfico», advirtió. Las medidas puestas en marcha en las zona de bajas emisiones de las ciudades de la Región, basadas en recomendaciones, contrastan con las políticas de las principales ciudades europeas, que María Neira pone en valor.

La Sociedad Murciana de Patología Respiratoria (Somupar) lleva también mucho tiempo advirtiendo de los efectos de la contaminación sobre los pacientes de EPOC o asma. Pero, además, las partículas PM2.5 «son cancerígeno de clase 1 en relación al cáncer de pulmón», recuerda el neumólogo José Antonio Ros. Una exposición prolongada eleva el riesgo de padecer este cáncer, y también otras enfermedades como EPOC.

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