Borrar
María González posa con Pedro Sánchez en el estrado.

María, al estilo Guerra

La candidata socialista se atragantó en sus ataques al PP sacando una vena mitinera que recordó al exvicepresidente; ayer se afianzó más en el PSOE

M. B. B.

Jueves, 17 de diciembre 2015, 01:03

Pedro Sánchez tuvo que recuperar la atención de los militantes que desviaron su interés hacia un altercado con un pequeño grupo de personas del colectivo animalista que protestó contra del Toro de la Vega de Tordesillas (Valladolid). El candidato socialista propuso poner una sonrisa al intento de boicot de los antitaurinos que trajeron su campaña contra la tortura de los toros hasta la otra punta de España. Fueron desalojados por miembros de los servicios de seguridad, que sacaron a uno de ellos en volandas, aunque la organización informó después de que se trataba de una persona que sufrió un ataque epiléptico.

«Cuando intentan reventarnos un mitin, nosotros, con una sonrisa y para adelante, que vamos a ganar. No hay problema», dijo Sánchez, quien se sintió cómodo durante su larga intervención en el pabellón Príncipe de Asturias ante algo más de 2.000 militantes. Sería exagerado decir que estuvo lleno hasta la bandera, o a reventar, como indicaron María y Sánchez, puesto que el aforo ronda las 3.500 personas. Más de la mitad de la pista se cubrió con asientos, mientras que toda la grasa sur quedó inutilizada por un gran telón que dio cobijo al escenario.

No obstante, los números sí importaban ayer para los dirigentes socialistas, que destacaron que se trató del acto más multitudinario de la campaña electoral en Murcia puesto que ningún otro partido había conseguido reunir a tanta gente. Lo compararon con los afiliados que acompañaron a Rajoy el pasado viernes en el pabellón Cagigal, mucho más pequeño.

«Presidente» y «guapa» fueron las consigna más coreadas en favor de Sánchez y María González, que sacó la vena mitinera y repartió estopa para el goce de la militancia. Repertorio al estilo Guerra -¡Alfonso, dales caña!- con trazo grueso y remasterizado por las redes sociales. No tuvo que esforzarse para impresionar al líder de su partido porque forma parte del sanedrín de Ferraz. El jefe de filas se sentó codo con codo con Rafael González Tovar, secretario general del PSRM y padre de la candidata, que casi por inercia generacional y otros méritos parece destinada a sucederle al frente de los socialistas murcianos. Tanta pasión puso en despacharse con el PP que se atragantó en el momento culminante del discurso, cuando afeó a Teodoro García haber llamado malas personas a los socialistas. Un avatar que desencadenó más aplausos. Tanto como cuando hizo un guiño a la presidenta de la Asamblea Regional, Rosa Peñalver. (El empuje y el mando del PSOE murciano está en manos de las mujeres). Más aplausos cuando dijo que, a diferencia de Ciudadanos, «las mujeres socialistas no piden paso, sino que abren paso».

Alcaldes, diputados y parte de la antigua guardia, que no vieja, arroparon a los candidatos en un acto que parecía resucitar la savia del partido, que vitoreaba cualquier alusión al cara a cara del lunes entre Sánchez y Rajoy. El líder socialista ha encontrado una mina con el asunto televisivo y se enjugasca comentando 'las jugadas del partido' para deleite de la afición.

Antes de los discursos, Pedro Sánchez se reunió con un grupo de trabajadores de la empresa Juver para conocer su situación laboral y los motivos por los que se encuentran en huelga indefinida. Los trabajadores asistieron después al mitin con una pancarta contra la reforma laboral. Otro grupo de simpatizantes vistió camisetas con el eslogan «No seas Ruiz», en referencia al error que Rajoy cometió al confundir ese apellido con el adjetivo ruin que dedicó a Sánchez en el debate. Al enemigo, ni agua.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

laverdad María, al estilo Guerra

María, al estilo Guerra