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Mel Gibson, director de 'Hasta el último hombre'.

«Un episodio en un coche policial con ocho tequilas dobles marcó mi camino»

Mel Gibson Actor y director. Vuelve a ponerse tras la cámara en 'Hasta el último hombre', película sobre un objetor de conciencia y héroe de la II Guerra Mundial

MARÍA ESTÉVEZ

Miércoles, 7 de diciembre 2016, 00:37

Han pasado diez años desde que Mel Gibson sufriera un ataque de ira como consecuencia de una borrachera. Su problema, el de un alcohólico, fue desahogarse frente a un policía maldiciendo a los judíos. Por aquel desgraciado incidente Gibson fue sentenciado al ostracismo en Hollywood, apartado y juzgado como antisemita. Sin embargo, el actor y director ha escalado de nuevo el camino al éxito con la película 'Hasta el último hombre', que narra la historia del pacifista Desmond Doss, un médico del Ejército que durante la batalla de Okinawa, en 1945, se convirtió en el primer objetor de conciencia, salvando la vida de 75 soldados de ambos bandos, lo que le supuso la Medalla de Honor del Congreso. Con esta película, que estrena hoy en España, Mel Gibson vuelve a ponerse tras las cámaras para dirigir, entre otros, a Andrew Garfield, que interpreta al protagonista de su película. 'Hasta el último hombre' se postula ya para los Oscar.

-¿Cómo calificaría esta película?

-No creo que debamos considerar esta cinta dentro del género bélico, porque no lo es. Desmond Doss era un hombre creyente que vivió siempre según sus creencias. Es una historia de amor, porque Desmond atraviesa el infierno sin dudar nunca de sus motivos. Para mí es un ejemplo.

-En la narración se relata cómo un médico del Ejército se vuelve objetor de conciencia por ser cristiano devoto. Siendo usted creyente, ¿le influyó personalmente esta narración?

-Muchísimo. Todas las guerras son horribles, pero uno debe amar al soldado, al guerrero que se juega la vida y rendirle honores. Este filme está dedicado a todos aquellos que se han sacrificado, que sufren por los demás. Creo que debemos prestar atención a nuestros veteranos, a nuestros soldados, darles cariño, entenderles. Mi película se la he dedicado a todos los que han ido a la guerra.

-Usted acentúa las imágenes de violencia. Es un retrato muy crudo de la guerra.

-Por un lado, tienes el idealismo del personaje cuando se enamora y por otro, el infierno de la guerra. La misma persona en dos escenarios distintos. He querido mostrar lo que se siente cuando los soldados viven esas cruentas batallas. ¿Qué sienten los veteranos al regresar? Creo que nos falta empatía en nuestra sociedad hacia todos aquellos que han ido a la guerra. Desmond demuestra que la violencia no convierte en animales a las personas. Él fue capaz de encontrar equilibrio gracias a su fe. Iba armado solo con su fe, sin armas. Sin miedo, puso su vida en peligro una y otra vez salvando soldados.

-¿Le cuesta encontrar buenas historias que contar?

-Se escriben guiones brillantes, pero muy pocos se ruedan. En Hollywood se hacen cada vez menos películas y lo que hacen carece de sustancia, hay demasiados personajes volando para golpearse unos a otros. A mí me parece bien, porque hay una audiencia que responde a ese tipo de filmes. Sin embargo, hay miles de historias maravillosas que nunca terminan de ver la luz porque no son rentables.

-Se le ha cuestionado mucho. ¿Le costó encontrar la financiación para realizar la película?

-He tardado diez años en construir y desarrollar este proyecto. Ha sido una gran experiencia, pero, de nuevo, vivimos en una realidad diferente en la que tienes que rodar una historia épica, épica (lo repite dos veces) a la velocidad que se graban las películas de televisión. Ese es el juego ahora, porque nadie quiere apoyar un filme sin superhéroes y si vas a dirigir una película no te dan mucho dinero, tienes que ser muy juicioso con cada decisión que tomas, con el guión, con las escenas...

-Usted siempre ha sido un director independiente.

-Sí, estoy acostumbrado a pelear por cada céntimo, aunque siempre dirijo en mis propios términos. Tiene truco trabajar tan intensamente porque acabas agotado. También es bueno, ya que aprendes y te exige que tomes atajos.

-¿Qué vio en Andrew Garfield para protagonizar 'Hasta el último hombre'?

-Es un actor estupendo, sensible, un joven encantador. Durante el rodaje se mantuvo dentro del personaje en todo momento, sin perder la compostura y funcionando con el resto del equipo con elegancia y también con espontaneidad

-¿Siente nostalgia de su pasado?

-¿Mi pasado? ¡Ni lo recuerdo! Es mejor así. Me fascina recordar mi ingenuidad, mi inmadurez en el cine, todo era excitante para mí, nuevo. Ahora lo que siento es nostalgia de aquel sentimiento, porque vivo en la misma casa, tengo una vida ordenada y nada cambia, excepto que cada vez tengo más arrugas.

-Se considera un superviviente en Hollywood.

-Quiero dejar el pasado en el pasado. He conseguido mantenerme bien, creo (bromea). Un episodio en la parte de atrás de un coche de Policía con ocho tequilas dobles marcó mi camino, mi trabajo, mis creencias. Sin embargo, supe encontrar mi lugar y mantenerme. Creo que aquello fue una injusticia.

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