Gabarrón llena de color Cannes

La Croisette es el centro neurálgico cada mes de mayo del festival de cine más importante del mundo. Por este bulevar de Cannes pululan cientos de curiosos y decenas de personas que quieren ser vistas en ese zoco de arte y negocio que es el festival de cine. Después de esta tradicional mutación que dura todos los años dos semanas, la Croisette se ha visto otra vez invadida por una explosión de color salida del imaginario de Cristóbal Gabarrón. El artista muleño (1945) ha llevado hasta la Costa Azul francesa más de doscientas obras que recorren cinco décadas de producción intensa. Una muestra, las 'Mil formas a la conquista del espacio', que no solo ha ocupado esta céntrica calle. El universo de Gabarrón se ha extendido por diez espacios de la ciudad y comparte el verano cultural de Cannes con Salvador Dalí. Ambos son los representantes de la programación artística 'Los colores de España'.

Al aire libre, se han instalado 67 esculturas monumentales y en los museos de la ciudad estarán expuestas hasta el 25 de septiembre 41 esculturas, 80 cerámicas y nueve lienzos de gran formato. Entre la obra pictórica, destaca el mural 'El retablo de Caín', óleo y pigmento sobre lienzo de 4x24 metros, que cuenta con la colaboración poética del escritor y director de 'El Norte de Castilla', Carlos Aganzo. Está inspirado, según el artista muleño, en los pilares más básicos de nuestra existencia. «El amor, el odio, la guerra, la amistad, la muerte y la vida», comenta el autor sobre su pintura. Una muestra de su trabajo sobre el lienzo que se caracteriza porque «la organización de los motivos se emancipa en un movimiento continuo, mostrándonos efectos ilusionistas simplificados».

Diversidad infinita

«El artista nos ofrece la síntesis de las formas que, en puntos, en línea y planos, convierte en legible una diversidad infinita», asegura Frédéric Ballester, comisario de la exposición y director del Centro de Arte de La Malmaison. «Gabarrón es uno de los grandes artistas plásticos españoles actuales y sucede a la generación de pintores como Antoni Tàpies y Antonio Saura. Por su modernidad y calidad intrínsecas, sus obras pictóricas y escultóricas contribuyen al debate museográfico y cultural del momento y participan de esta forma en la actividad de la marcha del mercado del arte», añade Ballester.

Las esculturas, por su parte, recorren la manera de entender el mundo que ha tenido a lo largo de estas cinco décadas Cristóbal Gabarrón. «Es un don Quijote contemporáneo, errante desde su niñez, que le ha dotado de una mentalidad abierta y dialogante, y como a don Quijote, para Gabarrón es su objetivo y quehacer artístico el destruir la injusticia, la esclavitud suprema, que es la muerte», explica Juan García Sandoval, conservador de los museos de Murcia y experto en la obra de Gabarrón, en el catálogo de la muestra.

Entre las esculturas monumentales, destaca 'Homenaje al cine, con Camilo José Cela al fondo', una obra de acero y fibra de vidrio policromada de 7,25 metros de altura que quiere homenajear el centenario del nacimiento del Nobel español. «El trípode de acero que sostiene el sugestivo amasijo de formas polícromas suspende en el vacío su figura cinética, obligando a los espectadores como sucede en las pantallas, al menos las de los cines clásicos, a levantar la visita desde el asiento para conocer su cambiante trama», explica Vicente Molina Foix.

El escritor, periodista y director de cine asevera que de la obra del artista murciano, afincado desde hace tres décadas en Nueva York, le seduce la combinación «de lo rotundo y lo ingrávido». «Sus materiales pesan, pero la mano del escultor los aligera, haciéndolos movimiento en el aire que los envuelve», explica Molina Foix, quien destaca de Gabarrón las obras de menor formato. Así, en la serie 'Versus' (1992-95) «seguimos viendo al maestro del color, al pintor que aplica óleo y pigmento a sus metales creando una especie de galería de aves imaginarias». La denuncia también se aprecia en este pequeño formato. Molina Foix destaca la serie 'Perros de guerra'. «Es un homenaje a Goya y el tremendismo español, seguramente inspirado en los terribles fantasmas bélicos de nuestra época», añade el escritor sobre alguna de las obras que se pueden ver hasta finales de septiembre por calles y museos de Cannes.