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«Vi a Ana con el cuchillo clavado y llena de sangre»
La Policía entra a la fuerza en una vivienda del barrio de Vistabella para socorrer a una vecina que estaba siendo agredida por su hijo
Custodiado por dos agentes de la Policía Nacional, esposado, con el pijama hospitalario, cubriéndose el rostro y con el dedo índice de una mano vendado por los cortes que él mismo se infligió mientras acuchillaba a su madre. Así regresó ayer Andrés, de 49 años, a la casa familiar donde presuntamente agredió con un cuchillo de grandes dimensiones a su madre, Ana, de 66 años. La reconstrucción de los hechos comenzó sobre las 11 de la mañana y duró una hora y media. En ese tiempo, el acusado trató de explicar a los expertos de la Policía Nacional cómo ocurrió todo.
Una vecina de Ana fue testigo de uno de los momentos más dramáticos del episodio de violencia doméstica, ocurrido el pasado domingo en el número 8 de la avenida Intendente Jorge Palacios del barrio murciano de Vistabella. «Salí al rellano y vi a Ana con un cuchillo clavado en el cuello, con el cuerpo lleno de sangre y pidiendo socorro. Detrás iba su hijo. La agarró y la volvió a meter en la casa a rastras», relató la testigo, que llamó a Emergencias alertando de lo que había visto.
Algunos vecinos aseguraron a 'La Verdad' que esa tarde no se escucharon gritos, pero sí muchos ruidos procedentes de la vivienda. «Era como si estuvieran tirando las paredes abajo», relataron. Una vecina que vive en el piso de la planta inferior aseguró que los golpes comenzaron en la zona del salón y continuaron por el pasillo. «Pero fue en la entrada cuando se produjo el mayor estruendo. Parecía que se nos iba a caer el techo», afirmó.
Ante las llamadas de los vecinos, dos agentes de la Policía Local llegaron al inmueble y subieron hasta el domicilio. Justo en la entrada observaron un gran charco de sangre, con signos de arrastre, que continuaba hacia el interior de la vivienda. «Los agentes entraron corriendo al edificio. No llamaron ni a los timbres. Empujaron la puerta del portal y subieron las escaleras. Poco después llegaron dos furgones más con seis agentes y una ambulancia», recuerda un testigo.
Los efectivos desplazados llamaron a la puerta en repetidas ocasiones y escucharon una voz de mujer muy débil que imploraba ayuda: «Entrad, que me mata». Ante esa súplica, los efectivos forzaron la puerta y encontraron a Andrés arrodillado sobre su madre, que estaba tirada en el suelo, mientras le hacía cortes en el cuello con un cuchillo. No dudaron en abalanzarse sobre él para desarmarlo. Y lo detuvieron.
La víctima, que tiene dos hijas más y que viven fuera de la Región, fue trasladada al Hospital Reina Sofía donde fue operada. Ayer se encontraba en la sala de reanimación del mencionado centro sanitario.