CC OO critica que los autobuses no se adapten a los horarios de los trabajadores

La conexión de la ciudad no ha tenido en cuenta, en su opinión, los 3.447 empleados de La Arrixaca, las 863 camas del hospital y las 123 consultas externas, que implican un número considerable de desplazamientos. Tampoco los aproximadamente 10.000 empleados del polígono de San Ginés.

Todo ese personal se encuentra con «un autobús que no funciona y un ferrocarril que no existe», cuando lo ideal sería que estas zonas estuvieran conectadas por transporte público con el centro de la ciudad. Y esto podría hacerse, a su juicio, por tranvía, autobuses o ferrocarril.

Pero El Palmar no se conectó con el tranvía porque, según Blázquez, «se priorizó por interés especulativo el eje centro-norte para desarrollar urbanísticamente Juan de Borbón, Juan Carlos I y los centros comerciales».

Si se fomentara el transporte público, además de otras propuestas como el uso del billete único para todo el territorio nacional, se evitaría la congestión del nudo de Espinardo por el que pasan unos 160.000 vehículos.

Para que eso pase, desde CC OO ven prioritario un cambio de mentalidad de las administraciones públicas que entienden que el uso de los autobuses penaliza las arcas municipales.

En Murcia ciudad, insiste Blázquez, debería apostarse por incentivar la bici, que es algo viable, excepto en los meses de julio y agosto, cuando podría optarse por el autobús. Pero «aún no se ha creado el hábito», dice.

Desde CC OO creen que para revertir la situación, a la hora de renovar el contrato público de autobuses se deben dotar a las líneas que unen pedanías de mejores horarios, más frecuencia e itinerarios más atractivos.

Y eso no se hace, dice Blázquez, «por falta de voluntad política». Si la hubiera, él calcula que en un plazo máximo de 3 o 4 años se podría implantar en Murcia un transporte público más eficiente.