Atasco de tráfico en el nudo de Espinardo en dirección a Alicante y Madrid, este miércoles. Kiko Asunción / AGM

Crecen las retenciones en la Región de Murcia por falta de inversión y fallos en la gestión del tráfico

Las carreteras registran más de 4 millones de desplazamientos cada día laborable y solo el 5% se hace en transporte público

Domingo, 20 de abril 2025, 07:14

Los conductores sufrieron otro episodio caótico de tráfico en la conurbación de Murcia el pasado Viernes de Dolores. A última hora de la mañana se ... colapsó el nudo de Espinardo, algo muy habitual en el punto más crítico de toda la red regional, con repercusiones directas en los desplazamientos de proximidad y en los flujos hacia Cartagena y Lorca. También se formó una impresionante cola en la antigua carretera Nacional 301, en los doce kilómetros que median desde el polígono La Serreta de Molina de Segura hasta la factoría de Estrella de Levante. Toda la travesía molinense sumida en un embotellamiento en dirección a Murcia. Otros botones de muestra fueron el acceso a Archena desde la autovía A-30, así como las salidas de Altorreal y otras urbanizaciones.

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Los atascos en días laborables, en los puentes y los hitos vacacionales que jalonan el calendario son el pan de cada día en numerosos puntos calientes de la red autonómica y estatal, lo cual revela las limitaciones de las infraestructuras viarias en los entornos urbanos. El problema adquiere mayor realce debido al incremento general del tráfico en los últimos años, que ha sido de un 5% en la red autonómica, superando el bache de la pandemia.

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  1. Faltan medidas e inversiones

    Gestionar cuatro millones de desplazamientos diarios

Esto sucede en una región con un elevado dinamismo económico, en la que se registran más de 4 millones de desplazamientos en cada día laborable, de los que solo el 5% se hacen por medio del transporte público. El agravamiento de la contaminación atmosférica es más que evidente, sobre todo en los núcleos urbanos. A ello se suma la accidentalidad en los puntos negros, así como la pérdida de tiempo y de competitividad.

Como promedio, el 63% de la movilidad es de ámbito urbano, el 28 % se produce en el interior de la Región, y el 9% restante es de tránsito y con otras regiones limítrofes. La optimización del tráfico y de las carreteras requiere actuaciones, mejoras e inversiones en muchos puntos y tramos congestionados de la red por parte del Estado, la Comunidad Autónoma y ayuntamientos. Algunas están en marcha y otras siguen atascadas. No todo son grandes inversiones; a veces se trata de mejorar la gestión del tráfico a nivel urbano e interurbano. Un chequeo a la red muestra singularidades, carencias y tramos tensionados que no favorecen la circulación. He aquí unos ejemplos.

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  1. Reducción del número de carriles

    Estrangulamiento en el punto rojo frente a Los Rectores

El nudo de Espinardo es el principal ejemplo de que la red no está bien dimensionada. En este convergen las autovías A-7 (Alicante-Murcia-Puerto Lumbreras), la A-30 (Cartagena-Madrid) y sobre todo el tráfico de proximidad. El principal estrangulamiento se produce frente a la Universidad: los tres carriles de la Ronda Oeste, más los que se suman de Lorca, se convierten en dos en un tramo muy corto: junto a Los Rectores se alcanza una intensidad media diaria de 125.000 vehículos (13.500 pesados) que van en múltiples direcciones, incluidos aquellos que tienen origen y destino en poblaciones próximas y pedanías.

Los embotellamientos son constantes, lo cual hace más necesaria la puesta en servicio del Arco Noroeste, previsto en julio de forma escalonada, así como la construcción del Arco Norte y el tercer carril de la A-7 desde Orihuela hasta Alhama de Murcia. Las obras se han iniciado en el lado alicantino, pero siguen bloqueadas en la parte murciana.

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Con un goteo de accidentes, este corredor viario entre ambas provincias canaliza el mayor número de desplazamientos, con registros que son muy elevados en diversos tramos: entre el campus de Espinardo y el enlace con Alcantarilla se mueven 65.500 vehículos; mientras que en Librilla se alcanzan los 46.000, según los últimos datos de aforo del Ministerio de Transportes. En la zona de La Hoya, Lorca y Puerto Lumbreras ronda 33.000. La peculiaridad en Librilla es que hay que reducir la velocidad para mitigar el ruido que causa el tráfico a la población. El Ministerio va a colocar ahora nuevas pantallas para reducir la contaminación acústica en este tramo.

  1. Pérdida de fluidez de tráfico

    Carriles colapsados en varios enlaces de la autovía A-30

En la Ronda Oeste se registra una elevada circulación en todos los enlaces, sobre todo en los del Malecón, la plaza de Castilla y Juan Carlos I. En este último se bloquea a ciertas horas uno de los tres carriles, con el riesgo que eso entraña, mientras que los vehículos que se incorporan desde Ronda Norte ralentizan el tráfico de la autovía en este punto.

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En dirección al Puerto de la Cadena se registra una intensidad media diaria de casi 100.000 vehículos a la altura de Aljucer, con el foco puesto en el enlace con La Alberca-hospital de la Arrixaca y en el nudo con la MU-30 (hacia El Palmar y Alcantarilla). En este último se superan los 42.000 vehículos, debido en gran parte a la actividad de los polígonos industriales Oeste y San Ginés. Esto hace que se produzcan colas que colapsan el carril derecho de la autovía A-30, sobre todo por las mañanas.

Las travesías de las antiguas carreteras nacionales en Alcantarilla, Sangonera la Seca y Las Torres de Cotillas también registran altas intensidades. En la nacional 340 se alcanzan los 8.000 vehículos entre Barriomar y Alcantarilla; mientras que en Las Torres se superan los 22.000 en la conexión de la N-344 con la A-7. En Sangonera influye la actividad económica de la zona, así como los desvíos por las obras de entronque del Arco Noroeste.

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  1. La zona más crítica de la red

    Entre el nudo de Ikea y el nudo de Espinardo

Molina de Segura es otro punto caliente. Los siete kilómetros de la circunvalación de la A-30 (Cartagena-Madrid) demandan la construcción de un tercer carril en ambos sentidos, ya que el tráfico supera los 70.000 vehículos diarios. Este tramo se ha quedado muy pequeño, al confluir los tráficos de proximidad y de larga distancia, la actividades de los polígonos industriales, y los desplazamientos en las grandes urbanizaciones de Altorreal, La Alcayna, El Chorrico y Los Conejos.

La incorporación a la A-7 y a la Ronda Oeste es el punto más crítico, en el llamado nudo de Ikea, donde se canalizan también parte de los desplazamientos a los grandes centros comerciales.

Años atrás, el Ministerio diseñó el entronque de las autovías A-7 (Alicante-Murcia-Lorca-Andalucía) y A-30 (Cartagena-Albacete-Madrid) basado en los flujos de tráfico, más elevados en la primera que en la segunda. La Demarcación de Carreteras mejoró los enlaces de ambos viales para los tráficos de la A-30. Se evitaron las colas anteriores, sobre todo para quienes iban en dirección a Madrid, pero el gran tapón del nudo de Espinardo sigue condicionando todo el tráfico.

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Todos esperan que el Arco Noroeste ayude a descongestionar la circulación en el punto neurálgico de la red regional de carreteras. A este se sumará el tercer carril de la MU-30 a su paso por Alcantarilla, un proyecto que sigue a la espera para su licitación. En el Arco Noroeste no se ha proyectado un enlace directo desde la A-30 para los vehículos que van en dirección Cieza y Albacete. Por otra parte, el nuevo arco mejorará la conexión con Murcia para el tráfico procedente de Caravaca y la comarca del Río Mula.

  1. Carriles compartidos

    Enlaces entre las autovías que dejan mucho que desear

El sistema de un solo carril compartido para aceleración y desaceleración es el más usual en los enlaces de las autovías, pero no evita retenciones y exige extremar la precaución, sobre todo si son de poca longitud o tienen escasa visibilidad. Entre estos sobresale la incorporación de la autovía RM-19 (Puerto de la Cadena San Javier, con 20.000 vehículos de media diaria) con la autopista AP-7 Cartagena-Alicante cerca de Pozo Aledo (con más de 32.000 vehículos en ese punto). Es un enlace con una alta afluencia los fines de semana y los periodos de vacaciones para dirigirse a Pilar de La Horadada y Torrevieja. Demanda una mejora de trazado y de seguridad.

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Hay otros similares en el entronque de Alcantarilla con la A-7 en dirección a Murcia que exige una gran concentración de los conductores; junto a otras dos conexiones en el nudo de Ikea.

  1. Puntos tensionados en Cartagena

    La autovía de La Manga y el Camino del Sifón

Los tramos con más tráfico en el municipio de Cartagena corresponden a la autovía de La Manga (RM-12), con más de 33.000 vehículos de media diaria. Se diseñó una incorporación por la derecha para el tráfico procedente de la autopista AP-7 que obliga a extremar las precauciones; mientras que las retenciones suelen ser habituales en Cabo de Palos (31.000 vehículos), sobre todo durante la temporada alta turística, fines de semana y periodos festivas como Semana Santa.

También merece especial atención el llamado Camino del Sifón, que une Cartagena y Santa Ana. Se trata de un camino rural del Trasvase cuyo traspaso a las administraciones local o regional, arreglo y desdoblamiento, lleva años pendiente, informa Gregorio Mármol. Otra carretera con tráfico intenso y conflictiva desde el punto de vista de la seguridad es la que une La Palma y Torre Pacheco. La circulación también es importante en Santa Ana, la salida a la autovía por Los Barreros y la carretera de Canteras.

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  1. Alta actividad en la zona oriental

    La idea de un gran corredor de San Javier al Altiplano

La futura autovía entre Mazarrón y Puerto de Mazarrón sigue pendiente, siendo uno de los tramos de la red autonómica más transitados en verano. También compete al Gobierno regional concluir la 'autovía del bancal' entre Zeneta y Santomera, para lo cual ha presentado un nuevo protocolo al Ministerio para que la financie por 315 millones de euros. El diseño de la red en la parte oriental de la Región era más ambicioso sobre el papel: consistía en prolongar la autovía hasta Abanilla y Fortuna, para potenciar un eje desde San Javier hasta el Altiplano. De momento, la Región se contentaría con que se pueda finalizar la autovía hasta Santomera.

Solucionar el tráfico en esta zona se ha convertido en otra prioridad para reducir el paso de camiones por el casco urbano santomerano, y aliviar asimismo la comunicación con El Raal y Alquerías, donde se superan los 12.000 vehículos diarios. También está muy tensionada la antigua Nacional 340 entre Murcia y Santomera, especialmente en Cobatillas, junto a la urbanización Montepinar, con un tráfico muy intenso y subsidiario de la autovía A-7 en los enlaces de Monteagudo y Cabezo de Torres.

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Rotondas, otros puntos calientes que ponen a prueba al conductor

Las rotondas constituyen otros puntos calientes de tráfico en el municipio de Murcia. La de Los Cubos registra una alta intensidad, precisamente en una zona que está experimentando una gran expansión urbanística. La confluencia con el tranvía hace que la congestión sea mayor a determinadas horas del día. Cuando se proyectó la avenida Juan de Borbón y su prolongación hacia los centros comerciales de la zona norte, se barajó la posibilidad de construir varios pasos subterráneos para el tráfico, pero finalmente se desechó esa fórmula para gestionar los cruces. Otra rotonda con mucho movimiento está en la carretera de Alicante, alrededor de la escultura de José Lucas. La circulación en esta zona va en aumento con la prolongación de la avenida de la Marina Española, que arranca en La Flota. El plan de movilidad de Murcia ha convertido en un punto negro la Plaza Castilla, al modificar los carriles de la Ronda Norte y de la avenida Miguel de Cervantes. La incorporación desde la calle Asturias es cada vez más tortuosa. También se ha eliminado la posibilidad de 'embarque' que tenían muchos usuarios de BlaBlaCar. Otros cruces calientes son la Circular -de toda la vida- y el puente de la avenida Miguel Indurain cerca de La Fica, donde conecta la avenida de La Azacaya que va hasta Beniaján.

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