Vista aérea del río Segura y del coto arrocero al noroeste de la Región, que abarca Calasparra y parte de Hellín (Albatece). Guillermo Carrión / AGM

La contaminación del Segura con un herbicida puso en peligro la producción de agua potable

La CHS denuncia ante el Seprona altos niveles de Bentazona en varias acequias del coto arrocero de Calasparra y abre un expediente sancionador

Viernes, 6 de septiembre 2024, 01:09

El uso de un potente herbicida para controlar las malas hierbas en terrenos agrícolas ha provocado este verano un grave episodio de contaminación en el ... río Segura. La Mancomunidad de los Canales del Taibilla (MCT) detectó la última semana de julio concentraciones «significativas» de Bentazona en algunas de sus potabilizadoras, un plaguicida autorizado cuyo punto de vertido al cauce se focalizó entre Albacete y la Vega Alta murciana. Los niveles hallados han llegado a poner en riesgo la producción y el suministro de agua potable a la población, ya que las plantas de tratamiento no están preparadas para afrontar tales cantidades de esta sustancia química.

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La Confederación Hidrográfica del Segura ha confirmado a LA VERDAD que ha interpuesto una denuncia por estos hechos ante el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil. Además, ha abierto un expediente sancionador contra los propietarios de una serie de acequias de riego donde se detectaron estas concentraciones del herbicida Bentazona por encima de lo permitido.

El presidente del organismo de cuenca, Mario Urrea, advirtió este jueves de que en los próximos días probablemente se abran más expedientes contra otros titulares de estos canales. Esta redacción pudo confirmar ayer que el origen del vertido se produjo desde varias parcelas en el coto arrocero de Calasparra y El Salmerón, una amplia extensión agrícola de 1.500 hectáreas que alcanza parte del territorio de Moratalla y la vecina localidad de Hellín (Albacete.

La Bentazona se emplea para eliminar malezas en producciones de cereales o leguminosas, pero el empleo excesivo de esta sustancia ya había provocado otros eventos de contaminación de ríos o acuíferos a nivel mundial. El presidente de la Mancomunidad, Juan Cascales, preguntado por este periódico, garantizó que el agua que se está sirviendo a día de hoy «es segura» tras adoptarse los últimos meses medidas correctivas y preventivas «que están funcionando». Al tiempo que se reforzaban los controles en las potabilizadoras de los Canales del Taibilla, la institución ha tenido que recurrir a otros recursos como el agua del embalse de Algeciras o la desaladora de Valdelentisco para no frenar el suministro de agua potable. Sólo una de las seis estaciones potabilizadoras (Campotéjar, Molina de Segura) contaba con un proceso capaz de descomponer este plaguicida con ozono.

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Reacción con el agua

El presidente de la DOP Arroz de Calasparra, José Martínez, reconoció a LA VERDAD que entre el 40 y el 50% de las parcelas arroceras emplearon este herbicida entre finales de junio y principios de julio. Martínez quiere dejar claro que este plaguicida está autorizado por el Ministerio de Agricultura e incluido en la lista de productos fitosanitarios de la Dirección General de Producción Agrícola, Ganadera y Pesquera.

La Bentazona se empleó como tratamiento en seco contra las malas hierbas cuando la mata del cereal ya medía un palmo desde el suelo. El problema habría llegado cuando esta sustancia entró en contacto con el agua. Los arrozales se inundan con agua del Segura mediante un sistema de recirculación, donde no se generan charcas, sino que existe un retorno del riego al río. El representante de los arroceros niega que este episodio de contaminación fuera intencionado.

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Añade, también, que en la ficha técnica tanto del Ministerio como de las marcas comercializadoras no se menciona que pueda existir una reacción del producto en contacto con el agua, ni tampoco se concreta un plazo de seguridad entre su uso y el riego de la tierra. Los arroceros han estado en contacto desde julio con la Comisaría de Aguas de la CHS para aclarar este asunto y llevar a cabo controles con frecuencia (el último hace una semana y media) para vigilar las concentraciones de este plaguicida.

Agricultura descarta «un mal uso» por parte de los arroceros

La Consejería de Agricultura de Murcia aseguró ayer a LA VERDAD que los arroceros de Calasparra han hecho «un uso adecuado del producto dentro de los límites permitidos». En concreto, el departamento de la consejera Sara Rubira señala que ha verificado las hojas de control y que las ventas de la sustancia «corresponden a una aplicación de unas 300 hectáreas, cuando el arrocero es de 500», según datos facilitados. Por tanto, dicen descartar «un mal uso [de este producto] por parte de los agricultores del arroz». Agricultura, sin embargo, no ha podido aclarar el origen de las altas concentraciones en las acequias, pero insinúa que el herbicida se pudo usar en otras zonas fuera» de la Región. «Estos mismos controles deben efectuarse aguas arriba para asegurar que el problema no está relacionado con una mala aplicación de este herbicida en otras áreas», afirman fuentes de la Consejería.

«Estamos preocupados, porque hemos utilizado un producto que está autorizado en base a una ficha técnica que no menciona ningún peligro en su contacto con el agua», explica Martínez. Los arroceros se han comprometido ante la CHS y la Consejería de Agricultura a no volver a emplear el próximo año este producto en las parcelas. Inciden, a su vez, que el uso de este herbicida no afecta a la salud de las personas ni perjudica al consumo de arroz.

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Garantizar el suministro

Este episodio de contaminación obligó a mitad de verano a reformular todo el sistema de abastecimiento de agua de la Mancomunidad para evitar el corte del suministro a zonas como el Noroeste o el sur del Albacete, que dependen más del agua que se trata en planta. En una operación coordinada entre la MCT y la CHS, el organismo de cuenca autorizó el uso exclusivo durante varios días del embalse de Algeciras y de la desaladora de Valdelentisco para llenar los depósitos de la Mancomunidad y poder pasar así la temporada estival. Canales del Taibilla no podía emplear los recursos de la presa del Mayés, ya que tenían las mismas altas concentraciones de Bentazona que el río, por lo que estos fueron derivados a los regantes de la margen derecha del Segura.

Tras la detección por primera vez de este producto, la estación de Sierra de la Espada redujo su producción para diluirla con más agua del Taibilla en sus instalaciones, al no poder tratar con seguridad los elevados niveles de esta sustancia química. La ETAP de Campotéjar aumento su capacidad para compensar la pérdida en la otra planta, mientras que las instalaciones en Torrealta (Alicante) incrementaron las aportaciones de agua desalada. Juan Cascales considera que el episodio de contaminación todavía no ha cesado y no está claro que termine de «forma inminente», pero sí que se ha superado el pico.

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«Afortunadamente, las medidas de control han permitido que no se haya producido ningún incumplimiento confirmado en el agua potable almacenada en nuestros depósitos», subraya Cascales, que destaca que se han incrementado las analísticas con mediciones diarias en todos los puntos de captación y almacenamiento, entre otras instalaciones.

La CHS, por su parte, y tras detectar los altos niveles en los canales de riego, tramitó varios requerimientos contra sus propietarios, «y como consecuencia de ellos se ha abierto un expediente sancionador». El dirigente de la CHS ha concretado que las trazas de la Bentazona «van disminuyendo»: «Las analíticas que se hacen de forma periódica van determinando que esa cantidad va bajando» y, si se mantiene ese ritmo, en 15 días la presencia de este producto habrá desaparecido del río.

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Así mismo, la CHS y la Mancomunidad han alertado a los ayuntamientos que se pudieran ver afectados por este «episodio puntual de contaminación», tal y como lo ha calificado Urrea, por si tuvieran que adoptar medidas dentro de sus competencias. La Mancomunidad emplea un mix de agua para abastecer 80 municipios entre Murcia, Alicante y Albacete, entre aportes del río Taibilla, el Trasvase Tajo-Segura, sus depuradoras y la producción de agua desalada.

Cascales (MCT): «Este caso es un toque de atención; la cuenca del Segura está sometida a fuertes presiones»

Juan Cascales, presidente de la Mancomunidad, advierte de que este episodio de contaminación obliga a repensar en qué puntos debe captarse el agua del río para su tratamiento y posterior distribución. «Esta experiencia debe servirnos para ir asumiendo que nos encontramos en una cuenca hidrográfica que está sometida a fuertes presiones como resultado de la actividad del hombre (retornos de riego, vertidos controlados e incontrolados, …) de forma que, lo que empieza siendo en la cuenca alta del río un agua de gran calidad va empeorando conforme va discurriendo por el cauce del río», explica.

El dirigente de los Canales del Tabilla remarca que si el Levante quiere garantizar un agua potable de calidad, que cumpla las «cada vez más estrictas exigencias sanitarias», parece «lógico pensar que el agua del río que empleamos para el abastecimiento humano debería tomarse en puntos del cauce ubicados lo más aguas arriba posible, de forma que este agua bruta no se haya visto empeorada por la actividad del hombre». Es, en definitiva, «un toque de atención» para Cascales, que pide soluciones ante una «normativa sobre la calidad del agua para suministro cada vez más rigurosa y estricta».

El presidente de la MCT celebra que, finalmente, todas las medidas adoptadas han permitido que «afortunadamente no se haya producido ningún incumplimiento de las condiciones sanitarias» que deben lograrse con el agua potable para su uso por la población de tres provincias.

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