La Consejería pide extremar las precauciones para evitar intoxicaciones

El verano es la época de mayor riesgo en relación con las enfermedades de transmisión alimentaria debido a las altas temperaturas. Por ello, la Dirección General de Salud Pública pide extremar las precauciones. Los alimentos deben adquirirse siempre en los cauces comerciales ordinarios, establecimientos fijos o conocidos, «ya que están sujetos a un control sanitario periódico que supone una garantía».

Los alimentos perecederos, especialmente si son congelados o refrigerados, deben dejarse para el final de la compra, o utilizarse bolsas térmicas o neveras en caso de tardar más de lo normal en almacenarlos correctamente. Una vez en la nevera, los alimentos crudos y los cocinados deben guardarse por separado para evitar la contaminación cruzada, y es imprescindible que sean envasados en tarteras o aluminio alimentario antes de almacenarlos.