La Comunidad opta por recuperar para uso público el complejo de Espinardo
La primera fase del proyecto encargado por la Consejería de Hacienda incluye la restauración de los edificios catalogados por su valor cultural
El complejo residencial de Espinardo –un símbolo de la arquitectura del Movimiento Moderno ahora en decadencia– será recuperado por la Comunidad Autónoma, que pretende ... volver a darle un uso público. La primera fase del proyecto de rehabilitación incluirá los espacios que Cultura catalogó en el año 2016 por su interés histórico y urbanístico: el edificio administrativo, la iglesia, el teatro y la unidad residencial mixta. Localizados en la entrada principal, constituyen el corazón del conjunto arquitectónico y la zona más representativa. Su abandono, no obstante, ha dejado un rastro de desperfectos.
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La Consejería de Hacienda, bajo cuya competencia se encuentra este antiguo equipamiento, como parte del parque inmobiliario de la Administración regional, ha confiado los trabajos a un profesional de la casa, Félix Santiuste, distinguido en la última edición de los premios regionales de arquitectura por la restauración de la iglesia de San Esteban. Las labores previas ya han comenzado con visitas de inspección a las instalaciones y la recopilación de documentación técnica.
Sin perder la esencia del diseño original, concebido por Enrique Sancho Ruano a finales de la década de los años 60, el objetivo es transformar los edificios para su uso público, convirtiendo el complejo «en un espacio sostenible, inteligente y adaptado a las nuevas necesidades y retos de la Administración», señalan desde la Consejería.
Enclavado junto al campus universitario, el abandono y los desperfectos han hecho mella en el conjunto
El proyecto con las líneas maestras para la rehabilitación deberá estar acabado este año, y el inicio de la obras se prevé para el segundo semestre de 2023. Con unos comicios autonómicos de por medio, el departamento de Hacienda fija «a mediados de la próxima legislatura» el final de los trabajos, si bien no aclara de momento qué destino baraja dar a los inmuebles tras su adaptación y puesta en valor. Los nuevos planes suponen un giro de guion y llegan después de varios intentos de la Comunidad para vender esta joya de su patrimonio, todos sin éxito.
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Una pequeña urbe
Los trabajos se plantearán como «una restauración monumental», manteniendo los reconocidos elementos arquitectónicos que le valieron la catalogación. En principio, se pretende restaurar materiales, reconstruir acabados originales (desde la carpintería a las barandillas), conservar las fachadas y salvar de la amenaza de ruina las obras de arte que salpican las instalaciones, como esculturas y murales.
La obra, inaugurada en 1970 como un centro asistencial, se completó con murales y esculturas de reconocidos artistas
El complejo residencial de Espinardo, junto al principal campus de la Universidad de Murcia (UMU), se inauguró en 1970 y permaneció en servicio durante tres décadas. Su cometido era prestar una asistencia integral a los colectivos más desfavorecidos. Impulsado por los tecnócratas de los últimos años del franquismo, se planteó como una pequeña urbe, con todo lo necesario para su funcionamiento y el bienestar de los usuarios (talleres, lavandería, salón de actos, centro ocupacional, residencia...). Formado por trece inmuebles, adaptados a la complicada orografía del terreno y con sus dependencias conectadas, parte de las instalaciones se reaprovecharon para habilitar el actual Parque Científico, que ahora aguarda una ampliación en un bloque anexo. Otras sirven simplemente como naves de almacenaje o han sido cedidas a otros organismos, como la UMU. Sin embargo, el deterioro se ceba con los edificios más singulares, desocupados y sin un mantenimiento mínimo, agravado por la acción de los vándalos que se cuelan en las instalaciones.
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Un referente olvidado de la arquitectura moderna
Sancho Ruano, referente de los años del desarrollismo en la Región y autor de otros equipamientos como el desaparecido Club Remo de Murcia, la sede de la Consejería de Sanidad, en Ronda de Levante, y el hospital psiquiátrico de El Palmar, se acompañó de artistas de la época para completar su obra de Espinardo. En la iglesia destacan el retablo del altar mayor, en madera policromada y piedra artificial, concebido ex profeso por el escultor Juan González Moreno, y el pórtico de la fachada de Francisco Toledo, con un pantocrátor central, flaqueado por ángeles y los cuatro evangelistas. El enclave residencial también conserva al menos dos murales cerámicos de Carmen Escorial (esposa de Toledo y premio Villacis en 1965) y del pintor y escenógrafo murciano Vicente Viudes.
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