La Comunidad expropiará y restaurará parte de las Salinas de Marchamalo
Destinará 1,6 millones para adquirir 308.000 metros y usarlos como reservorio de fauna acuícola protegida y elemento «oxigenador» de las aguas del Mar Menor
Tras haber adquirido 310 hectáreas en la Marina del Carmolí, con el objetivo declarado de «blindarla» como humedal frente a su eventual urbanización y mejorar ... su función de «barrera natural» frente al arrastre de agua contaminada por nitratos, la Comunidad Autónoma se prepara para hacerse con parte de otro humedal junto al Mar Menor: el de las Salinas de Marchamalo. Como hizo en mayo de 2022 con los terrenos del Carmolí –situados en los municipios de Cartagena y Los Alcázares y cuya compra por un millón de euros al Ministerio de Defensa y a distintos particulares completó hace un mes–, el Gobierno regional iniciará próximamente el proceso de expropiación de 308.000 metros cuadrados de Marchamalo, junto a La Manga.
Según confirmaron este lunes a LA VERDAD fuentes de la Consejería de Medio Ambiente, que dirige Juan María Vázquez, ha calculado en 1,6 millones de euros el coste de la enajenación y rehabilitación de este suelo, ubicado en el municipio cartagenero.
«El ámbito de actuación se corresponde en su mayor parte con terrenos situados fuera de la delimitación del Dominio Público Marítimo Terrestre. Por lo tanto, en su mayoría son terrenos de titularidad privada, que se pretenden expropiar para llevar a cabo los trabajos que engloba el proyecto», indicaron en la Comunidad. Aludieron así a la empresa cartagenera Salinas de La Manga SL, del Grupo Unión, y destacaron el propósito de acondicionar este enclave del litoral para su «uso como reservorio de fauna acuícola protegida».
Un plan del año 2020
Ya en el año 2020, el Ejecutivo autonómico planteó una actuación similar sobre una superficie de 31,75 hectáreas y habló de «oxigenar» el Mar Menor en caso de anoxia y de preservar el hábitat de especies como el fartet, el mújol y la anguila, además de aves acuáticas como el flamenco. Y el año pasado, la Consejería previó un gasto de 871.318 euros en la rehabilitación de estas salinas, de nuevo como elemento «oxigenador» del mar desde su ribera Sur. Incluyó esta acción en el Plan de Gestión Integral de los Espacios Protegidos del Mar Menor y la Franja Litoral Mediterránea de la Región de Murcia; y activó la maquinaria administrativa para elaborar «la relación de bienes» expropiables y la «valoración inicial» del proyecto, a través de un contrato de unos 3.300 euros.
Entre las obras ideadas por Medio Ambiente figuran distintas «actuaciones en el canal de entrada, de modo que se optimice la llegada de agua y su distribución»; y en el canal perimetral, para mejorar su conservación y «facilitar el recorrido de la lámina de agua».
En los recintos salineros y en las motas, se intervendría para adecuar su estructura y coronación, «de modo que sea atractiva para la nidificación de avifauna de interés».
Senda ciclable
También pondrán un nuevo bombeo de agua desde el Mar Menor, para que sea «más eficaz y sostenible», e instalarán placas fotovoltaicas para su funcionamiento. Recientemente, la Comunidad ha invertido en el entorno de estas salinas 260.000 euros, para construir una senda ciclable.
ANSE recupera la producción de sal en otra zona del humedal
Otro sector de las Salinas de Marchamalo está siendo gestionado por la Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE), que en 2019 compró ocho hectáreas de concesión del dominio público marítimo terrestre del sector Este y una finca de 7.000 metros cuadrados. En el verano de este año, ANSE realizó la primera cosecha de flor de sal en tres décadas en la zona, dentro del proyecto Resalar, que apoya la Fundación Biodiversidad (del Ministerio para la Transición Ecológica). Además, ANSE adquirió dos naves salineras, que convertirá en un centro de interpretación de la sal y la biodiversidad y en un laboratorio experimental.
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