«Es una vergüenza, no paran de engañarnos con las fechas»
Tras más de dos años y medio de espera, los vecinos no descartan recordar de nuevo en la calle que siguen «olvidados»
Antonio, Ángel, Fico, José Antonio, Juan... Son algunos de los vecinos del barrio del Secano de El Raal, y sufridores desde hace más de dos ... años y medio de la desaparición del puente tras su derrumbe. Ya no se creen las promesas ni las fechas, unas tras otras, que les han ido dando todos estos meses desde el Ayuntamiento de Murcia para la construcción del puente. «Es una vergüenza, no paran de engañarnos, estamos olvidados», asegura Antonio Torrente, uno de los vocales de la Asociación de Vecinos Torreteatinos, quien recuerda que en campaña electoral, cuando los visitaron, les aseguraron que en diciembre estarían las obras en marcha.
En la zona afectada viven alrededor de 700 personas, sin ninguna tienda y servicios, recuerda, la gran mayoría jubilados y que han tenido que crear una singular 'red logística' para hacer sus compras «en el otro lado». Quien va a cruzar con el coche o con la bicicleta, avisa, y trae los encargos que le han hecho.
El presidente de la Asociación, Antonio Gómez, apunta que han pedido entrevistas con el alcalde y los concejales que tienen las competencias, pero no sólo no tienen fecha sino que su petición «ha desaparecido del registro por estar denegada». y advierte: «Los ánimos están muy caldeados porque estamos más mosqueados que un pavo en Navidad».
Hay quien deja caer que puede haber movilizaciones como la protesta que hubo a principios del mes de octubre del año pasado y que tuvo lugar a ambos lados del río.
«Mazacotes» y GPS
Juan, que interviene en la conversación, apostilla que «no necesitamos un mazacote de puente, con lo que teníamos nos conformábamos; eso sí, con la acera un poco más grande».
Antonio Torrente aprovecha para lamentar que los GPS dirijan la circulación hacia este barrio, lo que va a provocar que pasen por allí todo tipo de vehículos, y más de los que desearían. Por eso, alguno deja caer el deseo de que se pudiera cambiar eso o que el Ayuntamiento ponga señales claras en las que se prohíba el paso de los que son más pesados.
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