Los vecinos de la periferia de Murcia amenazan con movilizaciones por el transporte público
Reclaman más frecuencias y avisan del «colapso» de líneas de Lat y Rayo que dejan en tierra a los usuarios
Están hartos. La detención de dos autobuses por parte de medio centenar de vecinos de Sangonera la Verde el pasado martes para protestar por la ... reducción de frecuencias en la línea 28 es solo la punta del iceberg del descontento generalizado que muestran los habitantes del anillo periférico de Murcia con la situación del transporte público. Tanto al norte como al sur se escuchan las reclamaciones desde hace años, muchas de las cuales se han enquistado a la espera de soluciones. En el año 2012, un gran recorte de líneas agravó una situación ya de por sí precaria y, desde entonces, no se ha recuperado un servicio parecido. Cristina Serrano, vecina de San José de la Vega, recuerda que en la Cordillera Sur han protestado «por todas las vías posibles», y advierte de que «la próxima acción será la movilización, porque estamos muy cansados». Serrano señala que la línea 50 que recorre la localidad, Los Garres y el barrio del Progreso «tarda en llegar a Murcia entre 45 y 50 minutos, cuando estamos a cinco kilómetros de La Glorieta. No podemos compaginarlo con llegar al trabajo a tiempo, ni a los colegios. Luego tenemos otra línea que es la 37, que viene de El Bojar y Beniaján, que nos podría dar servicio, pero pasa cada hora y no te puedes organizar la vida así». Eso, sin olvidar que «aquí el autobús lo cogen las personas que no tienen más remedio, parados y personas mayores, porque los trabajadores y los estudiantes no pueden. Yo me tengo que ir en coche a Los Garres y coger el autobús desde allí, y conozco a varios vecinos que hacen lo mismo. Los autobuses de Lat [que dependen de la Comunidad], ni por frecuencia ni por precio te sirven», advierte.
En Ronda Sur, la asociación de Vecinos también anunciaba el martes en sus redes sociales que deberían ir pensando ya «en una movilización general de barrios y pedanías para exigir un transporte digno». El presidente de esta asociación recuerda que el Rayo 80 -de titularidad municipal- deja habitualmente «tirados a los estudiantes de los institutos en la parada porque llega completamente colapsado».
En Senda de Granada y Algezares alertan de que para acceder al autobús muchos caminan, «jugándose el tipo», por carreteras sin aceras
Rayos saturados
Ruiz lamenta que el desarrollo urbanístico de la zona sur, donde ha habido una explosión demográfica en los últimos años, «no ha venido acompañado de las infraestructuras» del transporte necesarias. «Somos un barrio muy grande con 8.000 o 10.000 vecinos, pero es que además, el Rayo 80 absorbe a los pasajeros de San Pío y Santiago el Mayor, por lo que cuando llega aquí, está ya completamente saturado y la gente no puede subir». La situación se ha agravado conforme la población del barrio ha ido teniendo hijos que necesitan autonomía. «Hay muchos jóvenes que van al instituto y luego no pueden volver. Es intolerable. Es un problema muy grave», denuncia. «Tampoco tenemos carril bici, ni contamos con unas aceras que comuniquen Ronda Sur con el barrio del Infante de forma peatonal por encima del puente. Aquí hacen falta más autobuses y más grandes, y la solución ideal para nosotros habría sido el tranvía, que en los inicios estaba proyectado como primera línea, pero eso quedó en papel mojado», lamenta.
Una situación parecida tienen en el otro extremo de la ciudad, en Joven Futura, donde también se instalaron unas 3.000 personas jóvenes en 2010, entre las que hoy hay «muchos padres» que claman por unas conexiones eficientes con el centro. No tienen carril bici ni aceras hasta Espinardo y están conectados únicamente por un Rayo de la línea 14 que hace siete años extendió su recorrido desde El Ranero tras las protestas de los vecinos. «La línea es tan larga que tardas 30 minutos en llegar de Joven Futura a Gran Vía. Lo mismo que en ir a Mula en coche», señala Chencho Mateos, presidente de los vecinos de Joven Futura. «Estamos igual desde 2013. No se ha hecho nada y no puede ser», advierte.
El Ayuntamiento pide al Gobierno regional información sobre la supresión de horarios
La concejal de Movilidad Sostenible y Juventud, Rebeca Pérez, remitió el pasado 15 de enero un escrito a la Consejería de Fomento para ponerle en conocimiento de la denuncia de usuarios de la línea 28 de Sangonera la Verde, por la eliminación de las dos primeras frecuencias de la mañana.
La edil recordó a la Consejería que esta decisión por parte de la concesionaria Lat, dependiente del Gobierno regional, se hizo «sin aviso ni notificación previa», lo que ocasionó «un gran malestar entre los usuarios y un perjuicio en la calidad del servicio que están recibiendo».
Pérez solicitó en su escrito que se informe al Ayuntamiento sobre «la situación actual de esta línea, y de cualquier otra que haya sufrido algún cambio de frecuencia a fin de informar a la Mesa del Transporte».
El Ayuntamiento recuerda que las competencias de los autobuses de Lat que conectan las pedanías del municipio dependen de la Comunidad Autónoma, y que está a la espera de recuperar el poder sobre ellas para abordar una solución integral.
Muy cerca de allí, en la Senda de Granada, se muestran desesperados. «Aquí ni siquiera hay un autobús. Estamos a la espera de que alguien se digne a ponerlo, porque hay un riesgo terrible de atropello. Para coger uno muchos van andando hasta la carretera de Espinardo. Y no hay aceras y los vehículos pasan rozando a las personas. Sobre todo a la hora de llevar a los niños al colegio esto es caótico. Si no dan una solución pronto los vecinos tendrán que pasar a la acción. No dan otra alternativa», advierte Ángel Tortosa, presidente de la asociación de vecinos.
Juan José Garre, alcalde de Algezares, advierte del mismo riesgo en su pedanía: «La línea 29 que pasa por Santo Ángel la usa mucha gente para ir a trabajar, pero al no tener acera, la gente sigue jugándose el tipo caminando por mitad de la carretera. Llevamos 30 años reivindicándola, que se dice pronto».
Pedro Morales, miembro del PSOE de El Raal, señala falta de frecuencias y masificación, además de un trazado con demasiadas paradas. «Para hacer 12 kilómetros no se puede tardar una hora», lamenta.
Paco Ramírez, de Barriomar, afirma que el número de paradas lo hace inservible: «Si me subo en el de las 8, tiene tantas paradas que no llegas a tiempo al trabajo. Eso desincentiva mucho. Si en lugar de 15 o 20 minutos tardas una hora, no lo usas». En la asociación de vecinos de San Pío, Domingo Centenero, tiene la vista puesta en los problemas futuros: «No sabemos lo que va a suceder cuando corten el paso a nivel. El Ayuntamiento no nos da respuesta. Qué transporte vamos a tener. No podemos esperar a que cierren el paso a nivel para pensarlo». Mientras tanto, en Sangonera la Verde, los ánimos siguen caldeados y se anuncian nuevas protestas: «No vamos a dejar de luchar. No es humano», advierte Pepi Frutos, una de las vecinas que cortó los autobuses.
El Ayuntamiento pide al Gobierno regional información sobre la supresión de horarios
La concejal de Movilidad Sostenible y Juventud, Rebeca Pérez, remitió el pasado 15 de enero un escrito a la Consejería de Fomento para ponerle en conocimiento de la denuncia de usuarios de la línea 28 de Sangonera la Verde, por la eliminación de las dos primeras frecuencias de la mañana.
La edil recordó a la Consejería que esta decisión por parte de la concesionaria Lat, dependiente del Gobierno regional, se hizo «sin aviso ni notificación previa», lo que ocasionó «un gran malestar entre los usuarios y un perjuicio en la calidad del servicio que están recibiendo».
Pérez solicitó en su escrito que se informe al Ayuntamiento sobre «la situación actual de esta línea, y de cualquier otra que haya sufrido algún cambio de frecuencia a fin de informar a la Mesa del Transporte».
El Ayuntamiento recuerda que las competencias de los autobuses de Lat que conectan las pedanías del municipio dependen de la Comunidad Autónoma, y que está a la espera de recuperar el poder sobre ellas para abordar una solución integral.
La Comunidad exige un informe para aclarar la situación en Sangonera la Verde
La Consejería de Fomento aseveró ayer que «el Gobierno regional está en contacto con el Ayuntamiento de Murcia para solventar las demandas de los vecinos de Sangonera la Verde», sin especificar las medidas que estudia tomar. Fomento aseguró no tener constancia de si la empresa Lat ha reducido frecuencias en otras líneas del municipio aparte de en la número 28 que generó la protesta de los vecinos. A este respecto aseguró que ha solicitado «un informe a la concesionaria del transporte interurbano sobre el número de índices de ocupación y frecuencias».
Los retrasos en la redacción de los planes de Movilidad Municipal y Director de Transportes regional obligaron en diciembre del pasado año a ampliar a Lat la concesión para el transporte interurbano, pese a las continuas quejas de los usuarios y los enfrentamientos de la empresa con el Ayuntamiento, en forma de desplantes mediante recortes que afectan a la calidad del servicio y provocan el descontento generalizado de los vecinos.
La concesión prorrogada será de un máximo de dos años en los que el servicio seguirá conviviendo con el que presta Transportes de Murcia, que sigue operando los autobuses 'coloraos', y que continuará haciéndolo hasta el año 2022. En el Consistorio han mostrado repetidas ocasiones su deseo de acabar con esta situación que se ha convertido en un foco de protestas y poder plantear una solución integral al transporte público en el municipio que le permita coordinar las diferentes líneas y recuperar el poder de actuación sobre las mismas.
La concejal de Movilidad Sostenible, Rebeca Pérez, hizo hincapié el martes en que en el Consistorio «estamos realizando el estudio técnico que sentará las bases de la reordenación del transporte urbano de Murcia, desarrollando los planes de medios innovadores, sostenibles y económicos. Además estamos exigiendo a la Comunidad autónoma que asuma las soluciones de las líneas de pedanías». Sin embargo, la elaboración de este estudio llega «demasiado tarde» para el presidente de la Asociación de Vecinos de San Pío, Domingo Centenero. «Si ahora están con la auditoría, de aquí a que saquen las conclusiones, luego se determinen las acciones a realizar y, finalmente, se ejecuten, van a pasar muchos años en los que vamos a seguir con un transporte deficiente». Para Centenero, el problema es que «no hay una planificación. Y es muy peligroso porque nos estamos jugando los próximos treinta años de comunicación metropolitana».
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