La última DANA apenas causó daños en uno de los muros del yacimiento de San Esteban

El objetivo era el de comprobar que la última DANA no había ocasionado desperfectos en los restos. La visita permitió disipar los temores al comprobar que las medidas de protección establecidas habían cumplido su función. «No se constatan daños especialmente significativos», se señala en el informe firmado por el arquitecto del jefe de Servicio Técnico de Obras y Actividades del Ayuntamiento de Murcia y por la arqueóloga.

No obstante, se ha podido «comprobar algún desprendimiento puntual de estructuras o perfiles de tierra, especialmente en su base», así como «la pérdida de verticalidad parcial y masa en uno de los muros localizados junto a una de las bombas de achique, en el que si se aprecia una importante pérdida de geotextil y volumen en la base de la estructura». Los expertos han dictaminado, por tanto, que dicho muro «deberá ser objeto de intervención en próxima actuación para garantizar su estabilidad».

A pesar de esta circunstancia, la percepción general es que «las estructuras de muros se encuentran aparentemente en buen estado, habiendo respondido especialmente bien en su comportamiento frente al agua los restos que ya han sido trabajados y consolidados por el equipo de la UMU en estas campañas anteriores de intervención (recinto I, recinto II y maqbara)». «Los apuntalamientos de las estructuras existentes se encuentra en buen estado y ejerciendo su función», aunque «la protección de geotextil presenta lagunas y roturas en los geotextiles más antiguos que ya habían sido detectadas con anterioridad en otras actas», añaden.

Los expertos concluyen, además, ante el estado actual de la excavación que «las bombas de agua han funcionado con normalidad, ya que no hay encharcamientos en sus perímetros de drenaje que están prácticamente secos». Sin embargo, «eso no impide la presencia de agua que se reduce únicamente a la gran zona central donde se localiza uno de los puntos de cota más bajos del yacimiento y que suele ser la última en dejar de tener agua cuando llueve». Del mismo modo, también se ha comprobado la existencia de algún alguna lámina de agua muy puntual en algunos puntos del yacimiento; una de ellas en una de las dependencias del recinto II, «pero que en principio se drenan de modo natural sin suponer daños para los restos por su escasa profundidad», explican.

Por otra parte, los firmantes del informe consideran «evidente la presencia de plantas en buena parte del yacimiento como consecuencia de la conjugación de lluvias, sol y buena temperatura. «La presencia de basuras y residuos es mínima», concluyen.