Sigue el derribo de edificios singulares «susceptibles de protección» en Murcia
La Plataforma en Defensa del Patrimonio lamenta la pérdida de otro histórico inmueble, ubicado en calle Princesa, y pide ampliar ya el catálogo de PGOU
«Un edificio de porte moderno, sostenible y respetuoso con el entorno; a escasos 250 metros del Ayuntamiento, en un barrio emblemático de la ciudad». ... Así presentan sus impulsores la nueva promoción de viviendas que se proyecta en lo que eran los números 4 y 6 de la calle Princesa, en el castizo distrito murciano del Carmen. Un vistazo al proyecto puede suscitar un debate, totalmente subjetivo, sobre si la propuesta es acorde o no con este entorno. Pero este planteamiento alcanza otra dimensión si se tiene en cuenta que para acometer el nuevo inmueble ha tenido que derribarse el edificio historicista que ocupó este solar entre mediados del siglo XX y el pasado verano.
De hecho, el ya desaparecido bloque se encontraba incluido en un listado elaborado hace unos años por la Asociación Huerta Viva y la Plataforma en Defensa del Patrimonio de la Región que recoge hasta 87 edificios singulares susceptibles de ser catalogados en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) y, por tanto, de ser protegidos. «Se trata de una nueva pérdida; cada vez nos queda menos patrimonio arquitectónico», lamenta Gregorio Sabater, portavoz de la citada Plataforma, al tiempo que denuncia que desde que se hizo la propuesta de conservación al Consistorio se han derribado al menos siete edificaciones. «Y la cosa parece que sigue», añade.
La filosofía de este documento es brindar protección a inmuebles de las misma tipología que los ya catalogados, pero que carecen de figuras de salvaguarda, «con el peligro de desaparición que ello supone»; también a construcciones de «tipo tradicional o popular», no contempladas suficientemente en el PGOU y que perviven en zonas como San Antolín y El Carmen. A todos ellos suman edificios de arquitectura posterior a 1940, momento en el que la tendencia historicista –que trataba de imitar estilos arquitectónicos de otras épocas– tuvo especial auge en Murcia.
Contra el «cortoplacismo»
«Seguimos sin entender el cortoplacismo con el que se funcionamos en Murcia», subraya Sabater, recordando que el edificio derribado «era uno de los pocos inmuebles de carácter residencial de la zona con cierto interés sin protección, gracias a sus forjados, pero también a sus miradores». «Estamos hablando de protecciones de Grado 3, que implican la conservación de la fachada, no que no se pueda remodelar la edificación por dentro», apostilla.
Denuncian que de los 87 edificios propuestos hace unos años para su salvaguarda, al menos siete ya han sido derruidos
El portavoz de la plataforma conservacionista recuerda que la calle Princesa se traza a principios del siglo XX, cuando se construye el Puente Nuevo, para comunicar Floridablanca y El Carmen con lo que hay al otro lado del río. «Y es una zona con mucha historia, porque protagonizó una de las primeras expansiones de la ciudad, con la creación de las Alamedas en el siglo XVIII y la llegada del ferrocarril en el XIX, siendo además zona de temprano desarrollo industrial», apostilla.
Sabater no entiende, además, como el nuevo Gobierno municipal apenas apenas ha avanzado en este proceso de catalogación cuando el actual concejal de Urbanismo, Andrés Guerrero, presentó una moción en 2020, durante su etapa en la oposición, precisamente para solicitar que se atendiera a esta solicitud de la plataforma. No obstante, su portavoz confía en que finalmente La Glorieta actúe durante esta legislatura.
Urbanismo trabaja para «encarrilar» la modificación
«Mi intención es que esta ampliación del catálogo del PGOU quede encarrilada, ya que es una propuesta que he transitado en todas sus fases, por lo que quedaría particularmente satisfecho con su consumación», señalaba ayer el concejal de Urbanismo, Andrés Guerrero. De hecho, el edil indicó que desde el Servicio de Patrimonio Histórico ya se está trabajando en ello, aunque con discreción. Y es que a nadie se le escapa que un proceso de este tipo, realizado con demasiada publicidad, puede llevar a que el propietario de algún que otro inmueble intente sacarse el problema de encima antes de tiempo y opte por enajenarlo o a derribarlo con celeridad.
Guerrero se muestra partidario, además, de no catalogar los 80 edificios de una tacada, ya que algún problema en la farragosa tramitación urbanística la paralizaría para todos ellos, por lo que parece mejor abordar del proceso en tandas de 20 o 30 inmuebles. El concejal se muestra, asimismo, partidario de reformas en las ordenanzas que permitan fijar sanciones concretas y agravadas –más allá del ilícito urbanístico– para los que no atiendan al deber de conservación.
Finalmente, recuerda que en la mayoría de los casos basta con una mera protección de las fachadas por cuestiones estéticas, ya que las normativas de seguridad y accesibilidad actuales aconsejan reformas profundas en los interiores.
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