El presunto homicida de El Palmar tenía las llaves de la casa de la víctima
El juez considera que ese detalle y las imágenes de las cámaras dan indicios de la presunta connivencia del sospechoso con el hijo de la fallecida
Hay detalles capaces de dar un giro de 180 grados a un caso y este no es para menos. La Policía Nacional halló en un ... bolsillo del pantalón de Bryan L. R., presunto autor material del crimen de la pedanía murciana de El Palmar, unas llaves de la vivienda de la víctima pertenecientes al hijo de ésta, Alejandro S. Un pormenor que, de por sí, habría dado al titular del Juzgado de Instrucción 7 de Murcia una razón para ordenar el ingreso en prisión provisional de ambos pero que, además, según plasma en un escrito al que LA VERDAD ha tenido acceso, va unido a la grabación de las cámaras de seguridad de la vivienda de Maravillas M., que captaron la secuencia completa de los hechos y que se convertirán en una prueba crucial en este caso.
Con estos mimbres, poco le importó al juez instructor que Bryan L.R. optase por no abrir la boca ante él o que Alejandro S. negase hasta la extenuación tener nada que ver con el crimen de su madre. Según explicaron fuentes cercanas al caso, el presunto homicida, que optó por no declarar en el juzgado, sí aseguró a los investigadores del Grupo de Homicidios del Cuerpo Nacional de Policía que había actuado en connivencia con el hijo de la víctima para repartirse una herencia que había dejado el padre de éste. Una acusación que Alejandro S. -que está siendo defendido por el abogado Evaristo Llanos- descartó rotundamente en su diálogo con el instructor.
«No quería saber nada de ese dinero de la herencia de mi padre porque no me hacía falta», aseguró Alejandro al magistrado
El sospechoso explicó que sabía que en la vivienda familiar de El Palmar habían unos 8.000 euros de la herencia de su padre, pero incidió en que ese dinero se lo dio en su día su abuela y que él mismo se lo había entregado a su madre. «No quería saber nada de ese dinero porque no me hacía falta», remarcó. El joven descartó, a preguntas de las partes, que planificara el robo con el otro acusado para hacerse con esa cantidad de dinero.
Una llamada de 50 minutos
Bryan y Alejandro se conocieron cuando ambos trabajaban en el Burguer King de Atalayas, en Murcia. El primero era su jefe pero ese vínculo acabó el pasado julio, cuando el colombiano dejó el trabajo. El hijo de la víctima descartó, ante el juez, que ambos tuvieran una relación de amistad.
En el juzgado Alejandro fue preguntado, no obstante, por la conversación de más de 50 minutos que mantuvo con Bryan el día del crimen. El joven sostuvo que a él mismo le sorprendió esa llamada porque llevaba más de un mes sin saber nada de su antiguo jefe y este le propuso acercarse a la feria. Una oferta que, sostiene, él rehusó porque tenía que trabajar.
Alejandro tampoco pudo explicar ante el juez el motivo por el que Bryan llevaba encima el día del crimen sus llaves de la vivienda. Unas llaves que, él mismo explicó, solo tenían él y su madre. «No lo sé», subrayó. «Es imposible». El veinteañero también dijo desconocer qué hacía el colombiano ese día en su casa. Él, remarcó, se había acercado a una tienda de videojuegos de Molina de Segura donde estuvo hablando con un empleado hasta que su familia le telefoneó.
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