Fondos europeos para mejorar la calidad de vida en barrios conflictivos de Murcia
Se destinarán más de 730.000 euros a tres proyectos de intervención social en el Espíritu Santo, Los Rosales y en diez pedanías de la zona sur
El Espíritu Santo -en Espinardo-, Los Rosales -en El Palmar- y, a cierta distancia, La Paz, en el centro urbano. Estos son, posiblemente, los tres barrios más conocidos en Murcia por su conflictividad social. Con el fin de mejorar la convivencia y la situación socioeconómica de las familias vulnerables que residen en los dos primeros entornos, el Ayuntamiento ejecutará, de la mano de las entidades del tercer sector, varios proyectos de intervención social que cuentan con financiación europea y que no dejan de ser continuación del trabajo que se viene realizando en los últimos años.
A estas actuaciones se sumará otro proyecto para el desarrollo de trabajos de campo en una decena de pedanías de la zona sur del municipio, incluyendo Los Ramos, A Aljucer, Zeneta, Torreagüera, Sucina, Jerónimo y Avileses, Corvera, Lobosillo, Valladolises y Barqueros, para sumar una inversión total de 734.613 euros que beneficie a unos 40.000 vecinos.
Cuatro de cada diez euros de esta cuantía irán destinados a la «intervención socioducativa y comunitaria en el Espíritu Santo», que desarrollará la Fundación Cepaim. «Venimos trabajando aquí desde hace años y haciendo diagnósticos y aunque sabemos cuál es el principal problema-el tráfico de drogas y la inseguridad- y que no es competencia nuestra -sino policial-, eso no quita que sigamos actuando en el ámbito de nuestras posibilidades», explicaba Mariben Navarro, directora del Centro de Servicios Sociales Murcia-Norte.
Así, aunque se trata de una actuación de fondo, que debe renovarse y prolongarse en el tiempo, el objetivo, en este caso, es el de «mejorar la imagen del barrio y la calidad de vida de su población», explica Navarro, destacando el trabajo con mujeres y con menores. Respecto a estos últimos, jugará un papel importante la intervención a través del deporte, mediante el uso del pabellón deportivo del barrio, construido con fondos europeos del proyecto Urban hace años, y que ha estado infrautilizado durante la mayor parte de su existencia. El objetivo, en este caso, es apartar a la juventud de actividades y conductas delictivas que puedan ver en el entorno.
Por otro lado, en Los Rosales -con un presupuesto de 118.674 euros- se acometerán actuaciones de naturaleza similar a través de la participación de la comunidad para detectar los principales aspectos a mejorar, poniendo especial énfasis en «superar el estigma del vecindario y en trabajar con una infancia vulnerable», expone Esperanza Soler, directora del Centro de Servicios Sociales Murcia-Sur. De Soler también depende el proyecto centrado en una decena de pedanías, núcleos de población alejados del centro, con falta de recursos y servicios, en los que se quieren «generar sinergias mediante la participación vecinal».
