Casi la mitad de los aparcabicis cerrados de Murcia cuentan con lista de espera para su uso

Una alternativa ante esta problemática que permite superar las reticencias de muchos potenciales ciclistas es la utilización de la red municipal de aparcabicis cerrados. En total, el municipio cuenta con 18 de estas instalaciones, incluida una de carácter inteligente, que disponen en conjunto de 364 plazas. La sensación para el vecino que no hace uso de ello es que se trata de unos trasteros abandonados. Sin embargo, muchos de ellos cuentan con un uso regular, dado su carácter práctico, su gratuidad y su fácil sistema de utilización -si se conoce-, según explican desde la Asociación Murcia en Bici. De hecho, siete de estos cuentan con lista de espera, concretamente los ubicados en Centrofama, avenida de los Pinos, San Basilio, Infante y en los jardines Chino, Félix Rodríguez de la Fuente y Malecón.

El Ayuntamiento de Murcia ha solicitado, dentro de la nueva convocatoria de proyectos presentados a los fondos 'Next Generation' de Movilidad, recursos para instalar once aparcabicis más, concretamente en la estación del Carmen -ya que el actual está a 600 metros-, plaza Circular, el pabellón Infante, Puertas de Castilla, el hospital Reina Sofía, Campus de la Merced, avenida de la Libertad, Escuela de Arte, Biblioteca Regional, polideportivo Barnés y Palacio de los Deportes.

En la necesidad de los dos primeros coincide Elías Pérez, miembro de la asociación Murcia en Bici, que se ha formado en Transporte, Territorio y Urbanismo tras cursar un máster en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos en la Universidad Politécnica de Valencia. De hecho, su trabajo de fin de máster consistió en un estudio de la movilidad en el área metropolitana de Murcia, desarrollado gracias a la realización de 2.000 encuestas y que incluye un diagnóstico de la situación y propuestas para fomentar el uso de la bicicleta.

Así, en este documento, se apunta también la necesidad de implantar aparcabicis de este tipo en las paradas del tranvía de Los Rectores-Terra Natura y Marina Española, así como en la Gran Vía, en el interior de la estación de autobuses -el actual también se encuentra demasiado alejado- y en la Alameda de Colón, ya que el actual proyecto de nodo solo contempla aparcabicis de horquilla. Pérez propone estas ubicaciones porque han sido identificadas como zonas de transbordo y, por tanto, pueden fomentar el uso de la bicicleta y del transporte público gracias a la intermodalidad.

No obstante, Pérez constata en su estudio que, de entre los usuarios de la bicicleta encuestados, el 31,6% ni siquiera conoce el sistema de aparcabicis cerrados y el 29% ha oído hablar de él, pero no sabe cómo funciona. El resto lo conoce y no ha mostrado interés y solo un 1,93% -con otro 0,64% en lista de espera- los usa, por lo que el potencial de crecimiento de su demanda, con un planteamiento correcto y en vista de los cambios que se avecinan, es amplia.

Para fomentar su uso, el experto realiza varias propuestas, pensando en la rotación. En la actualidad, para utilizar una de estas instalaciones basta registrar la bicicleta en la Oficina Municipal -lo que permite ingresarla en un fichero para poder identificarla en caso de robo- y pagar los 13 euros que cuesta la llave magnética de acceso. A partir de ahí, su utilización es gratuita, aunque solo se obtiene el derecho a utilizar la plaza asignada en un aparcabicis concreto y, en principio, durante un año, periodo prorrogable si no hay lista de espera. Si la administración detecta que la bici no se mueve del aparcamiento, de modo que este es utilizado más bien como un simple trastero, se pide la devolución de la llave.

Pérez propone que los usuarios registrados puedan utilizar cualquier aparcabicis de la ciudad sin coste durante 24 horas seguidas, aplicando un precio de 0,05 euros por hora si después de ese periodo esta sigue sin moverse. Tras un mes en esta situación, se retiraría el vehículo y se aplicaría una sanción económica. Para dejar la bicicleta hasta un mes seguido en el aparcabicis sin coste adicional -lo que daría flexibilidad el fin de semana- habría que pagar un bono anual de 60 euros, a los que se reservaría el 25% de las plazas. Cuestión distinta sería la creación de aparcabicis de baúl para residentes, que seguirían otros criterios.