La mejora de siete calles permitirá que Santa Eulalia sea un barrio más accesible

Santa Eulalia, uno de los barrios más emblemáticos del centro urbano, será un entorno «más seguro y accesible», según el Ayuntamiento, con las obras que van a recibir siete de sus calles.

En la reunión mantenida ayer por parte de la Junta de Gobierno Local del Consistorio se dio luz verde al pliego de condiciones, que contempla una batería de actuaciones en las aceras y las calzadas. Las obras saldrán a concurso para su licitación con un presupuesto de 273.379 euros. El plazo de ejecución previsto por los técnicos es de cinco meses a contar desde la firma del acta de replanteo. Además, los trabajos tendrán un año de garantía desde que se formalice el acta de recepción.

El entorno de la plaza de Santa Eulalia será el lugar que concentrará las tareas previstas. En concreto, se desarrollarán en las calles Raimundo de los Reyes, San Antonio, Rambla, Mariano Vergara, Periodista Nicolás Ortega Pagán, Joaquín Costa y Cánovas del Castillo. La portavoz municipal, Rebeca Pérez, recalcó ayer que «el objetivo es poner en valor uno de los núcleos urbanos más tradicionales de la ciudad y hacerlo atendiendo a la estética y el diseño que presenta la plaza».

Las mejoras servirán también para atender una demanda trasladada por los vecinos en el desarrollo del proyecto ADN. «Llevábamos tiempo pidiendo que se actuara en la zona», recordó a 'La Verdad' Manoli Campuzano, una vecina del barrio.

El trabajo que se va a realizar en las siete calles consistirá en la repavimentación y pintura de la superficie de la calzada. Esta actuación permitirá que se repare la capa de rodadura (la cara superior del pavimento), que presenta desperfectos en muchos puntos producidos por la degradación.

Los operarios también procederán a reforzar la estructura de todo el firme de las calles. Una de las principales mejoras que recoge el proyecto es la renovación integral y la ampliación de todas las aceras que completan el entorno de la plaza. La cota se elevará para que todo el espacio quede a la misma altura. «Esta actuación se hace pensando también en el itinerario que se va a hacer de la Muralla medieval, que presenta al barrio de Santa Eulalia como uno de sus grandes protagonistas», precisó la edil Pérez.

Asimismo, los trabajos que se van a desarrollar en las aceras permitirán que el barrio gane en accesibilidad, «lo que redundará en beneficios para los vecinos», apuntó la portavoz del equipo de gobierno. Hacer del entorno un lugar más accesible y seguro es el gran propósito de los trabajos que se van a licitar.

El proyecto también pone el foco en el pavimento que tienen en la actualidad las calles y que se va a sustituir por otro que presentará unas mejores características mecánicas. Según Rebeca Pérez, el nuevo material «posibilitará que se puedan reducir de forma significativa los costes de mantenimiento de la calzada al mismo tiempo que la zona ganará en seguridad».

Los trabajos previstos, de igual manera, pretenderán que la convivencia en el barrio entre los vehículos y los peatones sea lo más armoniosa posible. Por eso, las aceras y las calzadas más próximas a la plaza se remodelarán por completo y se convertirán en espacios que ganarán en amplitud para disminuir el riesgo de accidentes.

Esta pretensión es muy similar a la que persigue también el proyecto que se va a realizar en la avenida de la Constitución, que recibirá una reforma integral para que la zona sea más segura y accesible. Las concejalías de Fomento y Movilidad Sostenible plantean, por ejemplo, reducir a la mitad el número de pasos de peatones existentes.

Otra característica que presenta el proyecto que se hará en Santa Eulalia es que incluirá dentro del proceso de licitación las llamadas condiciones especiales de ejecución en materia social y ambiental. Esto supondrá que la empresa que resulte adjudicataria para la realización de las obras deberá incluir entre su plantilla de trabajadores a representantes de colectivos vulnerables.

Por ejemplo, se comprometerá a contratar, entre otros, a personas que se encuentren en riesgo de exclusión social, mujeres que hayan sido víctimas de violencia de género o desempleados de larga duración. «Siempre procuramos que este tipo de proyectos tengan también una proyección social», argumentó Rebeca Pérez.

Estos trabajos persiguen mejorar el entorno en uno de los barrios más castizos de Murcia y que, según los últimos datos del padrón municipal, cuenta con 2962 personas censadas, lo que lo convierte en uno de los principales núcleos de población del centro de la capital regional. Las obras pueden estar listas durante el primer semestre del año 2020.