Malestar en Espinardo por el retraso del Ayuntamiento de Murcia en asumir la cesión del casino
Los socios dan un ultimátum hasta final de semana para la firma del convenio: «Si no llega el acuerdo, venderemos el edificio»
El futuro del centenario casino de Espinardo (13.000 habitantes) se decide esta semana. Los socios de la veterana institución han dado un ultimátum al equipo de gobierno para que, tal y como se acordó, acepte la cesión del inmueble, en plena calle Mayor de este barrio del norte de Murcia, y destine las dependencias para el disfrute de todos los vecinos. En octubre pasado, cuando trascendió que los socios (26, con una media de edad de 70 años) no podían hacerse cargo del mantenimiento de las instalaciones, el ejecutivo local que lidera José Ballesta se apresuró a aprobar el convenio que debía resolver la situación. Sin embargo, ocho meses después el acuerdo sigue sin rubricarse y a la directiva del casino ya se le ha acabado la paciencia. Ahora su presidente, José Alemán, señala que si este viernes no se materializa la firma del acuerdo, remitirá una carta al Ayuntamiento, que ya tiene redactada, comunicando la anulación de la cesión, y a continuación reactivar las gestiones con el fin de vender el inmueble a un promotor privado, que podría levantar un bloque de pisos de cuatro plantas.
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La demora del Ayuntamiento de Murcia en asumir la cesión del casino no solo inquieta a los propios socios. Otros colectivos ciudadanos de Espinardo también expresan su malestar, ya que ven peligrar las dependencias y temen que al final el barrio pierda uno de sus referentes con más historia. De fachada con toques modernista (el único elemento que debe protegerse), el casino guarda una página destacada del pasado industrial de Espinardo, ya que su construcción fue promovida en 1916 por los poderosos empresarios del pimentón.
El inmueble lleva cerrado desde hace meses y su deficiente estado de conservación se agrava conforme pasan los días. En mayo, dos arquitectos del Consistorio visitaron las dependencias para reflejar en un informe el alcance de los daños y cuantificar las reparaciones urgentes. Pese a que se trata de uno de los barrios de Murcia más poblados, Espinardo arrastra un déficit de espacios públicos. Varios de los servicios municipales ocupan, como el centro de la mujer, bajos en alquiler. Los vecinos siguen a la espera del centro cultural, y las dependencias administrativas y de atención al ciudadano ocupan un oscuro local en la calle Mahón, donde también se celebran los plenos de la Junta Municipal.
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