Las riadas más terroríficas que arrasaron Murcia
La Murcia que no vemos ·
Desde hace siglos, las avenidas han causado miles de muertos, como las de San Calixto y Santa TeresaSi hay una cosa cierta, con la serie histórica de la Confederación Hidrográfica del Segura en la mano, es que las más terribles lluvias y ... riadas de nuestra historia solían azotarnos en octubre antes de la llegada del cambio climático. Y por miles se cuentan las víctimas humanas que las aguas arrollaron. Constancia de ello se tiene desde antiguo. Como también antaño era evidente que la conjunción de las aguas del Segura y el Sangonera (catalogado como uno de los ríos-rambla más peligrosos de Europa) era terrible para la ciudad que los árabes fundaron en el punto más bajo del valle. Estas son las más catastróficas riadas que trajeron mortíferos meses de octubre.
Riada de San Lucas
Es una de las primeras documentadas. Ocurrió el 18 octubre de 1545 y se denominó de San Lucas en referencia a la festividad de ese día. Los cronistas cuentan que ocurrió en torno a las dos de la tarde y destrozó centenares de casas, así como tres conventos: Santa Ana, Santo Domingo y San Francisco. Hay constancia de otra riada en el mismo mes de 1379 y que arrasó todos los puentes del río.
San Calixto, la más brutal
Fue, junto a la de Santa Teresa, la más virulenta que se recuerda. Aquel 14 de octubre de 1651, según algunas fuentes, cayeron más de mil litros por metro cuadrado en la vega. Se calcula que fallecieron mil personas, en su mayoría sepultadas bajo sus frágiles viviendas o arrastradas por la corriente que, en algunos lugares, alcanzó los ocho metros de altura.
Pueblos enteros de la Vega Baja fueron borrados del mapa. Los efectos de la avenida se dejaron notar medio siglo, hasta que el cardenal Belluga ordenó repoblar aquellas tierras. Curiosamente, los pobladores llegaron desde localidades murcianas, lo que causó que el castellano se estableciera en la zona.
Otras en el siglo XVII
Los anales registran grandes riadas, aunque no superiores a la anterior, en el siglo XVII. Y muchas sucedieron en octubre. E incluso el mismo día de San Calixto. Por ejemplo, el 14 de octubre de 1611, que 'arrancó' de la ciudad unas 600 viviendas. En 1694, otra destruyó la Contraparada. Y en 1634 se lo llevó entero e inundó varios barrios. Algo similar ocurrió al año siguiente. A ellas se podría sumar la de 1668 y el desastre de 1669: hasta cinco crecidas azotaron la vega entre el 12 y el 21 de octubre.
Riada de Santa Fe
La Confederación da cuenta de una curiosa riada en dos fases que tuvo lugar el 4 y el 5 de octubre de 1714. Primero se salió de madre el mortífero Guadalentín o Sangonera. Y al día siguiente lo hizo, con su ayuda, el Segura. El agua destruyó el puente de madera, arruinó acequias y caminos, arrasó esquilmos y heredades, se llevó ganados, derribó barracas, quebrantó las casas «y causó la muerte de algunos huertanos».
Por San Nicasio
Ocurrió a finales del siglo XVIII, un 11 de octubre de 1797. Su fuerza fue tan descomunal que arrancó el Molino de los Álamos y el puente de las Ovejas, además de enarenar la enorme acequia Aljufía. En Orihuela, donde las aguas superaron la altura de las moreras, arrambló con el puente Nuevo y la ermita de Nuestra Señora de Loreto.
La de Santa Teresa
Un 15 de octubre de 1879, como escribiría Martínez Tornel en 'El Diario de Murcia' «la huerta se convirtió en mar». Las víctimas mortales, al menos las oficiales, fueron 777, aunque murieron muchas más. Tal fue la tragedia que se inició una de las primeras campañas internacionales (si no la primera) para ayudar a los huertanos. Se organizaron colectas y enviaron donativos desde unos 40 países. Murcia quedó asolada por años. También por Santa Teresa, pero en 1834, otra riada causó 27 víctimas después de que las aguas crecieran entre seis metros. Más cruel fue la del 14 de octubre de 1880. Fallecieron 178 personas. Otras 3.000 viviendas se perdieron, algunas recién construidas tras la debacle de Santa Teresa.
Seis días de agua
El siglo veinte comenzó con un octubre lluvioso. Poco a poco, las tormentas cercaron la vega hasta que el día 20 se desató el desastre. Miles de tahúllas inundadas. Llovió días, ya no solo en Murcia, sino en toda la Región.
Riada de San Miguel
No sucedió en octubre, pero casi. Y como protagonista, un ciclón que el 29 de septiembre provocó interminables lluvias que anegaron la huerta y las calles de pedanías como La Ñora, Torreagüera o Alquerías. Con similar virulencia se mostraron las aguas en Cartagena, por cuyas calles sus gentes navegaban en barcas.
Caracolas en San Quintín
Durante 48 horas estuvo diluviando. Hasta que a las 6 de la mañana del 30 de octubre de 1923 volvieron a sonar las caracolas en la huerta anunciando la riada. De nuevo, junto a los barrios de San Juan y San Antolín, todas las pedanías de la huerta se vieron afectadas.
Por encima del pantano
Tanto llovió sobre Lorca aquel 20 de octubre de 1948, que las aguas sobrepasaron la presa del pantano de Puentes. En esta ocasión fue el barrio de El Carmen el más afectado en la capital. En las décadas siguientes se pueden enumerar una decena larga de episodios similares en este mes que precede a 'Tosantos'.
¡Ay, Puerto Lumbreras!
Quizá es otra de las más tristemente célebres. Ocurrió un 20 de octubre de 1973. La Confederación registró que la rambla de Nogalte, a su paso por la localidad, llevaba un caudal de 2.000 metros cúbicos por segundo. De ellos, 800 eran materiales sólidos. El desbordamiento causaría 85 muertos reconocidos, más otros muchos desaparecidos que jamás se encontraron. Otras 13 personas fallecerían en Lorca. En Murcia fueron evacuadas centenares de personas.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión