Jesús Abandonado, Jaén o Granada como alternativas: «A veces es un modo de vida»
«Hemos intentado gestionarles algún recurso o alojamiento, pero no todos quieren», indican desde los servicios sociales
«Esta gente de África son muy buena gente; si lo necesitas, te ayudan en lo que pueden, aunque no tengan nada; y no dan ... problema ninguno; se intentan buscar la vida trabajando, con las limitaciones que tienen a veces por la falta de papeles». Así hablaba María, pareja española de uno de los habitantes de la parte del poblado chabolista que ha quedado en pie, de la comunidad que se ha formado en este punto y que alberga lo poco que tienen. Buena parte de ellos fueron ayer trasladados a dependencias policiales para su identificación y para comprobar su situación administrativa en España. «Algunos nos han señalado que tenían ofertas laborales para trabajar en puntos como Granada y Jaén y nos hemos comprometido a facilitarles un billete de autobús para que se trasladen allí», comentaba José Morales, coordinador del Servicio de Emergencia Móvil y Atención Social (Semas).
Publicidad
«Son muy buena gente, te ayudan en lo que pueden aunque no tengan nada», señala la pareja española de un ocupante africano
Mientras, en la parte más cercana al camino, los miembros del colectivo búlgaro se planteaban su futuro frente a los restos de una hoguera. Una de ellas, recién operada de una apendicitis, aseguraba que volverá a su país tras recuperarse. Por su parte, Jonka Mijailova hablaba de su incierta situación, después de que los servicios sociales le quitaran meses atrás la custodia de sus cuatro hijos. Ella ya fue desalojada años atrás del poblado chabolista del carril del Cebadero, en Patiño, y ahora tras cinco años en La Fica, tendrá que empezar otra vez, «sin recursos».
Jonka, de origen búlgaro, ha perdido la custodia de sus hijos y ya fue desalojada años atrás del asentamiento de Patiño
«Hemos intentado gestionarle a todos algún recurso o alojamiento, por ejemplo, a través de Jesús Abandonado, pero no todos quieren venir; de hecho, algunos cuentan con recursos, como un ingreso mínimo vital, pero no aceptan alquilar una casa o un piso, porque viven de la chatarra y necesitan espacio para agruparla; son estilos de vida, aceptados en otros países», zanjaba Morales.
Prueba LA VERDAD+: Un mes gratis
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión