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Gerard Passola, este viernes, subido a una grúa para examinar en profundidad el ficus centenario de la plaza de Santo Domingo de Murcia. VICENTE VICÉNS / AGM

El ficus de Santo Domingo en Murcia está «muerto al 90% y en proceso de degeneración»

El árbol centenario se somete a un análisis profundo que muestra su empeoramiento cuando se cumplen cinco años de la última caída de ramas

Sábado, 2 de julio 2022, 00:41

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El biólogo catalán especialista en arboricultura Gerard Passola examinó ayer el ficus de Santo Domingo, como ha estado haciendo una vez al año desde la última caída de ramas que se produjo en el mes de junio de 2017 y que provocó una posterior poda extraordinaria. Con el paso del tiempo se ha puesto de manifiesto que ninguna de estas situaciones le sentaron bien al ejemplar, según valora el experto.

«Era un árbol cien por cien vivo y ahora tenemos un árbol muerto al 90% y en proceso de degeneración», aseguró Passola nada más bajar de la grúa con la que se adentró en las entrañas del ficus para llevar a cabo el exhaustivo análisis vegetal. «Hasta ahora se han hecho revisiones visuales y este año tocaba una inspección más profunda para conocer el estado interno».

El objetivo de este seguimiento es ver la velocidad de pudrición de la madera que está muerta y adelantarse a problemas que podrían surgir en el futuro. «Hay procesos de degeneración que son muy lentos y hay que hacer un seguimiento para que no sean excesivos ni sorpresivos», dijo Passola, quien sostiene que la madera totalmente deteriorada ha llegado a ese punto por «los cortes de ramas y por el sol que le dio cuando se quitó la copa». Este último factor hizo que la piel se quemara, según especificó.

«La poda es una necesidad del árbol en la ciudad, ya sea por interferencias o seguridad por el hecho de estar en un entorno urbano. Los únicos que sí necesitan ser podados son los agrícolas, que dan frutos y necesitan que la luz entre mejor», afirmó.

Garantizar la supervivencia

El problema del ficus, que se plantó en 1893, no es la edad. Su situación actual «es normal con las podas y roturas que ha tenido. La madera cuando deja de tener hojas se rompe porque no se alimenta», explicó Passola. Garantizar la supervivencia y el mejor estado posible del ficus es la misión que hay detrás de esta radiografía «muy complicada porque son cinco metros de diámetro de tronco», destacó armado con un resistógrafo, el instrumento que el especialista utilizó para el estudio en profundidad, además de su amplia experiencia.

Los resultados que arroje el análisis de la madera determinarán «hacia dónde va el árbol y a qué velocidad». En cuanto al momento actual, Passola también aseguró que el ficus «está en proceso de fabricación de un árbol nuevo encima de la piel del viejo y eso implica cambios en la manera de ser».

Una evolución que el consultor seguirá de cerca porque «es un árbol importante para Murcia», donde hay unos 700 ejemplares considerados singulares o de gran porte, como es el caso del ficus de Santo Domingo, que tiene una altura de 21 metros y cuenta con 16 de perímetro.

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