Exigen una «intervención urgente» para sacar del abandono el molino de Aljucer

«A pesar de las sanciones administrativas y resoluciones judiciales que ordenan su reconstrucción desde el año 2010, el molino sigue en estado de ruina, sin que se haya ejecutado ninguna de las acciones exigidas por la ley», según denunció Sergio Pacheco, presidente de Huermur, que también exigió al Ayuntamiento de Murcia y a la Consejería de Cultura que tomen cartas en un asunto que lleva más de tres lustros coleando.

Desde la asociación conservacionista destacan que «el Molino de Oliver, que forma parte del conjunto de las acequias mayores de la huerta de Murcia protegidas como BIC, fue objeto de un intento de derribo en 2008», refiriéndose a unos trabajos de entubamiento que la Junta de Hacendados llevó a cabo en la acequia mayor de Barreras, conocida también como Alquibla. Una actuación polémica por la falta de licencia que acabó siendo paralizada y en la que el escudo heráldico del molino de la familia López-Oliver, protegido como el resto de blasones de armas de España por la ley del Patrimonio Histórico, acabó hecho pedazos.

El entonces presidente de la Junta de Hacendados, Sigifredo Hernández, ordenó su derribo «a petición de los vecinos», alegando que «las bardomeras en el pantano estaban dañando las viviendas de los alrededores». Una acción que, además de motivar una gran respuesta ciudadana, tuvo como consecuencia una condena penal de 900 euros de multa en 2014 por un delito contra el patrimonio histórico tras la destrucción del escudo BIC, además de la obligación de restaurar el emblema, que actualmente está expuesto en el Museo Arqueológico de Murcia hasta que sea devuelto a su ubicación original.

«Desde entonces, las instituciones han incumplido las resoluciones firmes que obligan a la reconstrucción del histórico edificio y la restitución de su escudo heráldico», lamentan desde Huermur. A lo que añaden que «tanto el Ayuntamiento como la Comunidad Autónoma están eludiendo sus obligaciones al no hacer cumplir la orden de reconstrucción del molino, lo que está provocando una degradación irreversible de este bien patrimonial».

Por su parte, Pedro Fernández, presidente de AJVA, subrayó que «llevamos más de 16 años manteniendo viva la lucha por la reconstrucción del molino de Oliver y la recuperación de su escudo, ya que forman parte de la historia de nuestro pueblo y no descansaremos hasta que se haga justicia y se ponga en valor como espacio cultural para Aljucer y todo el municipio». Concretamente, Huermur y los vecinos proponen que la infraestructura albergue «un centro de estudios patrimoniales sobre la huerta de Murcia para preservar y difundir el legado histórico de la zona».

El secretario de la Junta de Hacendados de la Huerta de Murcia, Juan Jesús Sánchez, respondió que ya han cumplido con la obligación de rehabilitar el escudo y están «esperando instrucciones del Ayuntamiento de Murcia y de la Consejería de Cultura para colocar el emblema donde nos digan». Respecto al molino, Sánchez resaltó que «no estamos obligados a levantar una ruina».

Desde la Consejería de Cultura que dirige Carmen Conesa indicaron que en diciembre del año pasado «la Dirección General de Patrimonio Cultural ordenó a la Junta de Hacendados que, con carácter previo a la redacción y aprobación del proyecto de reconstrucción del molino de Oliver, se realizase una nueva actuación arqueológica complementaria». En este contexto, aseguran que «hasta la fecha no se han entregado los resultados de esa última actuación, por lo que no se ha dado cumplimiento a la resolución». Y añaden que «una vez presentados y analizados dichos resultados, se adoptará la mejor solución para la reconstrucción del molino de Oliver».

En el caso del Ayuntamiento, fuentes municipales señalaron que el Consistorio tiene previsto impulsar «un proyecto de adecuación del entorno del molino de Aljucer». Una iniciativa que ya se anunció en el año 2018 y cuyo objetivo era «embellecer los alrededores del monumento», así como recuperar el BIC. Una iniciativa que sigue guardada en un cajón y «se retomará en cuanto se pueda y se disponga de presupuesto», según aseguraron desde La Glorieta. Todo apunta a que aún habrá que seguir esperando para que el emblemático molino recupere el esplendor de antaño.