Difusión de imágenes de las pruebas a través de un vídeo

Los recurrentes inciden en la vulneración de los principios de confidencialidad y secreto en la prueba de herramientas por «permitir a los aspirantes de los últimos turnos acceder a la grada desde la que pudieron visualizar el completo desarrollo de la prueba por el resto de opositores, incluso el desmontaje de la pieza y las herramientas que usaban». Estiman que «la difusión del vídeo de la prueba de herramientas es una muestra de la falta de celo y relajación del tribunal calificador al no adoptar medidas más restrictivas para evitar su grabación». Exponen que «los opositores que testificaron reconocieron que, desde la grada, pudieron observar el desmontaje de la pieza, escuchándose perfectamente que la primera herramienta a usar era una carraca y que se examinaron conociendo qué herramientas tenían que usar y en qué orden».

Asimismo echan en cara al tribunal que permitiera a los aspirantes del cuarto turno (que se examinaron entre las 10 de la noche y las 3 de la madrugada), «salir del recinto y practicarel uso de las herramientas que ya sabían que tendrían que utilizar». Ponen de manifiesto que «nadie veló por asegurar la no suplantación de identidad, ya que las personas encargadas de identificar a los opositores, que eran ajenas al tribunal, no los identificaron con el DNI».