Murcia abandona el césped y prefiere las flores silvestres
Dos zonas verdes en Los Rectores y el barrio de San Basilio acogen con éxito un ensayo que servirá para diseñar los nuevos jardines
La primavera estalla especialmente exuberante y colorida en dos rincones de la urbanización de Los Rectores (El Puntal) y del barrio de San Basilio. ... Ambos espacios suman 400 metros cuadrados y acogen una experiencia pionera que marcará las líneas maestras de cómo serán las nuevas zonas verdes de Murcia. De momento, el ensayo que arrancó a mediados del pasado mes de diciembre ya ofrece «resultados muy satisfactorios», en palabras de Enrique Huelves, jefe del Servicio de Parques y Jardines del Ayuntamiento, si bien aún queda rodaje hasta dar con las claves del mejor modelo a seguir.
En la parcela elegida en la ronda Parque Universidad de Los Rectores, junto a la Costera Norte, especies como la 'Papaver rhodeas', la 'Silene colorata' y la 'Hypericum perforatum' se muestran estos días en todo su esplendor, ofreciendo una llamativa acuarela que atrae a abejorros, mariquitas y mariposas. Cuando su ciclo vital concluya, otras flores silvestres, como la 'Nigella hispanica', tomarán el relevo. La selección y combinación de semillas –se han probado tres mezclas distintas– es uno de los secretos del innovador proyecto. Porque lo que se pretende es que estas parcelas varíen los cromatismos según la época del año y sin apenas tener que intervenir. En definitiva, que sea la propia naturaleza la que siga su curso. «Dos de las tres muestras han desarrollado todo su potencial sin que ninguna de las especies haya colonizado o invadido al resto y desarrollándose acorde a la estación. Hemos observado que ya hay un aumento de la biodiversidad, y se ha conseguido que sean espacios naturalizados, con un potente impacto ornamental. Además, los ciudadanos han entendido el concepto, respetando su crecimiento sin de momento ninguna incidencia por vandalismo», resume Huelves.
Valor paisajístico
La experiencia, bautizada como islas de biodiversidad, echa mano de plantas florales adaptadas al clima y al entorno, que requieren casi un nulo mantenimiento y bastante menos agua que, por ejemplo, las praderas de césped, cuya superficie hace tiempo que va en retroceso en el municipio por el alto coste que entraña su cuidado. Además, estas praderas cromáticas presentan otros beneficios, ya que «generan zonas con alto valor ecosistémico, por la presencia de insectos polinizadores, y paisajístico».
Los resultados de las dos primeras praderas cromáticas apuntan a que favorecen la biodiversidad con un casi nulo mantenimiento
Tras las pruebas en Los Rectores y el carril de las Palmeras de San Basilio, ya se ha seleccionado el emplazamiento urbano para la siguiente actuación. La próxima isla de biodiversidad brotará pronto en los parterres existentes en los parkings auxiliares anexos al edificio municipal de la avenida Abenarabi. La idea es exponer el proyecto «a todas las casuísticas posibles. Queremos seguir probando en otro tipo de infraestructuras, como rotondas y medidas, para ver cómo le afecta el tráfico; alcorques en arbolado o en jardines del centro de la ciudad con mucha presión social para ver cómo se comporta ante el vandalismo».
De aquí a un año será el momento de extraer conclusiones, adelanta el técnico. «Si el resultado demuestra que estas soluciones basadas en la naturaleza suponen una renaturalización de los espacios urbanos, con un menor coste de mantenimiento y un aumento de la sostenibilidad, queremos incluir su uso en la ordenanza municipal de zonas verdes». Así que estas praderas cromáticas, que además «favorecen la lucha contra la desertificación de nuestros suelos», ganarán espacio en el futuro frente a las 'alfombras' de césped y otro tipo de composiciones.
La experiencia también se llevará al centro urbano para comprobar su respuesta ante la contaminación del tráfico y «la presión social»
«La reconquista del verde», en palabras del jefe de Parques y Jardines, está en marcha. Y las islas de biodiversidad, según Huelves, no son la única arma. «Solo este año hemos plantado 10.000 árboles y cien mil arbustos». Entre los próximos proyectos, el Ayuntamiento ultima una actuación para «hacer más amable y confortable» la calle Isidoro de la Cierva, en el barrio de San Andrés, introduciendo vegetación en las aceras.
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