El Ayuntamiento de Murcia proyecta cerrar el Puente Viejo al tráfico salvo para el transporte público

Por el viaducto, desde la Gran Vía de Murcia hacia el barrio del Carmen, solo pasarían vehículos autorizados (especialmente Policía, bomberos, sanitarios... y dueños de garajes) así como el transporte público «sostenible», que compartiría espacio con los vehículos de movilidad eléctrica como patinetes, bicis y motos.

El vicealcalde y concejal de Fomento, Mario Gómez, firme defensor de la iniciativa, explicó ayer que el proyecto contempla crear dos estaciones intermodales donde habría paradas para ese transporte público y en la que se puedan alquilar los vehículos eléctricos de uso unipersonal, una en Floridablanca y otra en la plaza Circular.

«En el barrio del Carmen apostamos por crear una gran plaza en torno a Floridablanca en la que la peatonalización de la plaza Camachos proyectada jugará un papel importante, porque ganará la entidad espacial que perdió al estar partida por la calle Canalejas», indicó Gómez.

Esta pacificación del tráfico permitirá, a su vez, que haya un cambio en la «conexión vital» entre las distintas zonas de la ciudad con la unión de las respectivas zonas verdes y peatonales. Una interconexión que el actual equipo de gobierno echa en falta en los proyectos de alcance ejecutados. «Por ejemplo, en Murcia Río se han arreglado meandros del río pero solo pueden disfrutar quienes vivan en esa margen; de ahí que nosotros pensemos en conectar ambas riberas con varias pasarelas», apuntó.

Otro beneficio colateral del calmado del tráfico en esta zona y en otras futuras y por definir afecta a la polución del aire por el tránsito de vehículos: «Disminuirán las activaciones de estos protocolos, como el que está actualmente en marcha». Sin contar, añadió, con el descenso de otro tipo de contaminación como la acústica que tantas quejas vecinales provoca.

«Todo ello hará que la gente se sienta más a gusto al salir a la calle y pueda disfrutar del paseo», aseguró el vicealcalde. No es sólo una idea, apuntó, sino que indicó que los distintos departamentos del Ayuntamiento ya están trabajando en ello y que la idea es que puedan ponerse en marcha el año próximo.

Si algo tiene claro el Ayuntamiento es que anuncios como este pueden provocar rechazo, principalmente entre los comerciantes. «Estas medidas suelen crear incertidumbres, enfados y dudas entre los que se sienten afectados, pero está sobradamente demostrado que los efectos son totalmente positivos», defendió Gómez. Y se refirió a estudios en los que se indica la positiva repercusión económica que provoca en las zonas donde se han implementado, cifrando en un 30% el dinamismo comercial. «Son políticas difíciles que hay que tomar con valentía, porque aunque al principio generen rechazo, los resultados finales nos dan la razón».

Murcia es una ciudad ideal para el paseo y de eso se tiene que aprovechar, añadió: es plana, con un clima que anima a estar en la calle o a utilizar medios de transporte amables, (como la bici o el patinete). «Pero sobre todo, hay que cambiar la idea de modelo de ciudad, porque no se puede ir a todos los sitios en coche ni aparcar en la puerta del cine, del teatro o de la tienda; hay que cambiar el chip», concluyó el vicealcalde.

El PP en la legislatura anterior, estando al frente del gobierno municipal, contempló una propuesta en ese sentido, pero tras la elaboración en 2017 de un informe técnico que avalaba el buen estado de la estructura del puente y su capacidad para soportar el tráfico, no consideró prioritario ponerla en marcha.