He escrito alguna vez que los árboles son infraestructuras 'verdes' esenciales para la salud pública. Los beneficios fisiológicos para las personas son muchos y diversos. ... Además, en las ciudades mitigan el ruido y las altas temperaturas, y contribuyen a la captura de carbono. Pero como herramientas para aminorar la contaminación del aire tienen un impacto muy variable y en general moderado, en relación con otras medidas, como la reducción de las emisiones de los coches. En otras palabras, hay que disponer de más espacios verdes urbanos por todos los beneficios que ofrecen, pero no podrían ser sustitutivos de las zonas de bajas emisiones en el centro de las ciudades. Así se desprende de un estudio científico que publica esta semana en la revista de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos un grupo de investigadores del Instituto Noruego para la Investigación del Aire, entre los que figura Nuria Castell, una especialista española en física atmosférica.
Este equipo analizó la incidencia de los espacios verdes en la contaminación entre 2010 y 2019 en ciudades de Estados Unidos y Europa. Para ello empleó dos tipos de datos. Unos fueron obtenidos por satélite sobre la variabilidad de la vegetación en las urbes. Los otros procedían de mediciones de partículas PM10, PM2.5 y de NO2 recogidos por 2.615 estaciones de calidad del aire. La investigación reveló que el efecto de la cubierta arbórea fue menor que el de factores meteorológicos, incluidas la lluvia, la humedad y la velocidad del viento. El trabajo sugiere que si bien la masa verde puede mejorar la calidad del aire a escala de distrito o ciudad, el impacto es moderado (una reducción media de contaminantes del 0,8%). Incluso podría tener efectos perjudiciales en según qué calles en función de factores aerodinámicos como el tipo de vegetación o el diseño urbano. En definitiva, la relación entre los espacios verdes y la contaminación es más compleja de lo que se pensaba. Y el mensaje es claro: hacen falta más árboles en las ciudades por sus múltiples beneficios, pero eso no evitará la necesidad de reducir emisiones para mejorar el aire que respiramos.
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