Adif acelerará en octubre el soterramiento sin tener un acuerdo con los huertanos

La situación no ha cambiado desde el año pasado, explica Juan Jesús Sánchez, secretario de la Junta de Hacendados. Ni siquiera tras la reunión de diciembre, en la que no hubo acuerdo. «No hay nada. Cero. La situación sigue en 'stand by'. No sé lo que harán; lo mismo mueven ficha a última hora», indicó Sánchez. LA VERDAD consultó a Adif sobre este punto, pendiente de respuesta.

En la primera fase del soterramiento, entre la Senda de los Garres y Santiago el Mayor, hubo que reponer acequias de riego de los hacendados, y construir también un gran colector de aguas pluviales de Emuasa. En esta fase ocurre lo mismo, pero el acuerdo se resiste con los regantes tradicionales debido a que las posiciones están muy alejadas, tanto como el millón de euros que piensa destinar Adif a las reposiciones, frente a los nueve de la solución que proponen los afectados.

Existen 31 afecciones en la red de cauces y acequias de la huerta, fundamentalmente cruces transversales de norte a sur, que Adif propone solucionar con sifones (vasos comunicantes a ambos lados de la vías), o con tuberías por encima de la catenaria y de la cubierta del túnel, según las zonas.

La Junta de Hacendados, por su parte, plantea una conducción de riego en la zona norte de 4 kilómetros, y otra de drenaje en la zona sur. La anterior presidenta de Adif, Isabel Pardo, señaló que esta actuación no estaba contemplada en el proyecto y comporta un sobrecoste económico. El cometido de Adif, recalcó, se ciñe a restablecer los cruces afectados.

La empresa estatal resolvió el problema con Emuasa para reponer la red de saneamiento de la zona, y que implica la expropiación de 149 fincas y el realojo de los vecinos afectados. Pero las espadas siguen en alto en lo que atañe a la Junta de Hacendados.

El Ministerio de Transportes considera que no pueden producirse más retrasos para acometer el soterramiento entre la estación del Carmen y Nonduermas, que suma 5.300 metros de longitud. Es vital para completar la línea de alta velocidad Murcia-Almería, un eslabón clave en el Corredor Mediterráneo que pretende llegar hasta Algeciras.

La obra fue adjudicada en mayo de 2019 a la UTE formada por Ferrovial Agromán S.A. y Acciona Construcción S. A., ambas al 50%, con un precio final de 192 millones de euros. Los trabajos se centran actualmente en la fase intermedia para que el AVE pueda llegar a Murcia el segundo semestre del año que viene, pero el grueso de las obras aún no ha empezado.

Adif tiene otro proceso abierto con la expropiación de 185 parcelas. Dio un plazo a los afectados para el desalojo de sus viviendas y locales, que debe producirse entre el 1 de octubre y el 1 de noviembre, y a partir de ahí iniciar las obras. Estos serán indemnizados durante el tiempo que duren los trabajos. Asimismo, está previsto que el mes próximo se corte el servicio de la línea de Cercanías entre Murcia, Lorca y Águilas, que estará cubierto por autobuses.

Dicho corte, así como los transbordos previstos en la línea Cartagena-Chinchilla, no estaban previstos en el plan inicial, que proponía simultanear las obras con el tráfico de trenes, con un plazo de ejecución de tres años. No obstante, la secretaria de Estado Isabel Pardo declaró días atrás en Almería que ese diseño prolongaría las obras diez o doce años si no se cortan las vías, debido a la dificultad de compaginar los trabajos con el paso de los trenes, una contingencia que no fue advertida en el proyecto inicial.

Adif justifica el cambio de planteamiento por «los nuevos condicionantes». Su presidenta, María Luisa Domínguez, dio otra explicación en Murcia durante su reciente visita, apuntando a las ayudas europeas: las obras de la plataforma del Corredor entre Murcia y Almería ya se benefician de los fondos Feder de la UE, dijo, pero el Gobierno central quiere aprovechar los nuevos fondos del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, cuya recepción por parte de España «está condicionada a un estricto marco temporal que obliga a disminuir el plazo de las obras».

Adif considera que las obras de la línea Murcia-Almería son de gran envergadura y de «especial importancia para el desarrollo del Corredor Mediterráneo en una zona de gran potencial socioeconómico». Buena parte de las obras tienen «alta complejidad técnica» porque se desarrollan en densos núcleos urbanos, apostilla.

El tramo almeriense del Corredor tiene más kilómetros de vía única que de vía doble, como publicó LA VERDAD, acorde con la demanda que prevé el Ministerio de Transportes en esta zona, que no será elevada. Conlleva un ahorro de gasto público.