Cincuenta minutos de DANA barren la Comunidad y dejan numerosos daños

Cayó con una furia que se apagó rápido. La tormenta comenzó antes de salir el sol y solo cincuenta minutos después ya no había rastro de sus rachas de viento de hasta 80 kilómetros por hora ni de los picos de lluvia de hasta 12 litros por metro cuadrado en diez minutos. Pero la alta intensidad con que azotó buena parte de la Región de Murcia desbordó la capacidad de sumideros y las alcantarillas y dejó un reguero de daños materiales y caídas de árboles y ramas.

La lluvia mostró su mayor intensidad en Murcia, Molina de Segura, Caravaca de la Cruz y Alhama, informaron fuentes de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Según lo recogido por su red de estaciones, Alhama fue el municipio donde más llovió, con 23 litros por metro cuadrado; seguido de Molina de Segura, con cerca de 22 en la estación meteorológica de Los Valientes; y de Caravaca, con 21,4 litros, y hasta 12,6 litros en solo diez minutos, la intensidad más alta de toda la Región. Totana donde los pluviómetros registraron 16 litros; Bullas, con 15,4; Yecla, con 14 y Cieza, con cerca de 13, fueron las siguientes localidades con más precipitaciones.

Más de 70 incidentes relacionados con la lluvia provocaron la recepción de casi un centenar de llamadas en el Centro de Coordinación de Emergencias 112 de la Región de Murcia. La mayor parte pertenecían a la capital de la Región, con una treintena de asuntos. Molina fue el segundo término municipal con más avisos, con 17 incidencias. La mayoría de los problemas reportados se referían a la presencia de objetos caídos a la vía pública y desprendimientos de terraplenes a la calzada.

En la pedanía murciana de Sangonera la Seca, la Policía Local tuvo que cortar el camino de la Ermita de Belén por la caída de tres postes del tendido de alta tensión, y las clases del colegio Pablo Gil Castillo han sido suspendidas hasta nuevo aviso debido a la rotura de un tejado con canalizaciones de fibrocemento y amianto por la caída de un pino. Los servicios municipales prevén que la retirada del árbol y los restos finalicen el próximo lunes, pero hay que esperar 48 horas hasta que el polvo se asiente. El concejal de Educación, Antonio Benito, estimó que «las clases podrían empezar el jueves». El protocolo para actuar con este material requiere enviar una muestra del aire a un laboratorio acreditado y, hasta que no se conozcan los resultados, no se puede acceder a la zona.

En Molina, el consultorio médico de La Alcayna también tuvo que interrumpir su servicio tras el desprendimiento de parte del techo de la zona administrativa y los daños en diversas dependencias.

En esta misma urbanización un vecino tuvo que ser socorrido por agentes de la Policía Local tras quedarse atrapado en su vehículo. Otros edificios públicos del municipio, que suelen tener problemas ante episodios de lluvias intensas, como la Biblioteca Salvador García Aguilar, el Archivo Municipal y el Museo Mudem, también sufrieron desperfectos.

Además, en Las Torres de Cotillas, parte de la cubierta de la piscina del centro deportivo del municipio colapsó; y en Yecla, las autoridades tuvieron que acordonar la fachada de un edificio de la calle san Cristóbal por desprendimientos.

La tromba no provocó daños en las plantaciones de fruta de hueso de la Vega Alta, aunque sí afectó al desarrollo normal de la jornada laboral de alrededor de 3.000 trabajadores del campo de diferentes municipios de la comarca, que no pudieron realizar las labores durante la mañana.

En Caravaca sí hubo destrozos en algunas zonas de cosecha de cereal; y en Jumilla, la peor parte se la llevaron algunas plantaciones de pera situadas en la pedanía de Las Encebras tras una breve granizada. En Alhama y Totana hubo caídas de árboles, hubo que cortar el tráfico en algunas vías, y hubo arrastres en la nacional que une ambos municipios.

«Se puede considerar que ha sido una DANA que ha pasado muy rápida», explicó ayer el delegado de la Agentica Estatal de Meteorología en la Región, Juan Esteban Palenzuela, que señaló que los fuertes vientos se debieron a «reventones húmedos».