Detienen a una pareja de Cieza por agredir supuestamente a un hombre por su orientación sexual
El asalto se produjo el pasado fin de semana, cuando la víctima se dirigía a casa de su madre a llevarle la comida
«Empezó a decirme 'maricón' y me dio tres golpes en la espalda». La Guardia Civil de Cieza detuvo este jueves a un hombre y a su pareja por presuntos delitos de odio, de amenazas y de lesiones hacia otro vecino de la localidad. Un ataque que, según la víctima, se habría producido por su condición de homosexual.
La agresión que condujo a este arresto se produjo el pasado fin de semana, cuando la víctima se dirigía a casa de su madre a llevarle la comida. En ese momento, comenzó a recibir insultos, al tiempo que el supuesto agresor lo cogió por la espalda e intentó tirarlo al suelo. «Vino con la novia y me dijo que era un maricón», rememora. Los insultos fueron a más. «Me dijo que me iba a matar y me iba a sacar la piel a tiras», asegura. «Me dio tres golpes en la espalda».
La supuesta agresión de la pareja a este vecino no fue, sin embargo, un hecho aislado. El afectado asegura que sus ataques vienen de lejos. «Me decía cosas y se me aparecía por todos sitios», relata acongojado.
Los insultos y amenazas se vinieron repitiendo hasta que la víctima decidió denunciar los hechos ante la Guardia Civil. Los agentes procedieron a la detención de la pareja a primera hora de este jueves. Posteriormente, según explicaron fuentes cercanas al caso, ambos quedaron en libertad con cargos tras un juicio rápido que tuvo lugar en la mañana de ayer. El juez les ha impuesto a ambos una orden de alejamiento de 500 metros respecto a la víctima. «Me tiene odio por mi condición sexual», remarca el afectado. «Es un delito lo que está haciendo conmigo».
Estos hechos, explica este vecino, han removido su pasado y le han llevado a recordar todas las afrentas que ha sufrido a lo largo de su vida debido a su condición sexual. «Yo he tenido 'bullying' hasta en el colegio», explica. «Me llevaban frito».
Lejos de achantarse, este ciezano defiende a capa y espada su libertad. «Esto no es ninguna enfermedad para que estén maltratándome», incide mientras le invade la tristeza. «Llevo una 'panzá' a llorar», reconoce.