La Región de Murcia es la cuarta comunidad menos afectada por el cierre de oficinas bancarias

El objetivo del estudio es analizar la accesibilidad a los servicios bancarios en España, tomando como referencia de análisis cada localidad. El informe se centra en identificar los municipios en los que no existe ninguna forma de acceso físico a los servicios bancarios y en calcular la distancia y el tiempo medio que tardan los ciudadanos hasta que llegan a los puntos más cercanos. Así, los cuatro municipios de la Región donde hay más exclusión financiera son Ojós, Ulea, Villanueva del Río Segura y Ricote, al carecer de sucursales bancarias. En el primero de ellos no hay ni un cajero automático, aunque la Comunidad está cerrando un acuerdo con una entidad para su instalación. A pesar de ello, la Región es la tercera de todo el país donde menos ciudadanos se han visto afectados por el cierre de sucursales, solo por detrás de Canarias y Baleares.

A escala nacional, el 92,5% de los municipios españoles que no disponen de ninguna de las vías de acceso analizadas a los servicios bancarios tienen menos de 500 habitantes (2.987 localidades), según el informe. Revela, además, que de los 8.131 municipios de todo el país, 4.422 de ellos (54,4%) no cuentan con oficinas. «Si tenemos en cuenta adicionalmente los cajeros automáticos, la cifra de localidades sin estos dos tipos de puntos de acceso es menor (4.007 municipios, 49,3% del total), y en ellos residen 1.117.776 habitantes (2,4% del total)», apunta el Ivie.

La Región tenía en el año 2008 un total de 1.979 oficinas de entidades de depósito, pero la cifra bajó hasta las 1.009 (-49%) en diciembre del pasado año. A pesar de ello, el cierre de sucursales en la Comunidad fue menos pronunciado en el citado periodo que en el resto de España, donde el número de entidades descendió un 58,4% de media. En cuanto a las sucursales y cajeros, el estudio señala que «las provincias más pequeñas tienen un mayor número de puntos por cada 1.000 habitantes».

Las cifras revelan que la Comunidad contaba en diciembre de 2021 con 537 sucursales que además sí tenían cajero automático, y 126 puntos ajenos en los que no había entidad alguna, pero sí máquina para extraer dinero en efectivo. En total, 1.730 puntos de acceso contando los agentes financieros y las oficinas de Correos que también prestan este tipo de servicios a la ciudadanía.

En términos generales, el Ivie señala que el 92,5% de los municipios de España que no disponen ni de sucursales ni de cajeros tienen menos de 500 habitantes (2.987 localidades de todo el país), concentrando el 39,6% aquellos pueblos cuyo número de habitantes no llega ni al centenar de vecinos. «La probabilidad de que los ciudadanos no cuenten con estos servicios en sus municipios de residencia es mucho mayor si viven en una localidad de muy reducida dimensión», destaca Joaquín Maudos, profesor de la Universidad de Valencia y director del estudio del Ivie.

Pero los vecinos que residen en esos pequeños territorios de población tienen cerca máquinas para llevar a cabo sus tramitaciones bancarias. «La caída tan intensa en la red de oficinas no implica necesariamente un problema de exclusión financiera siempre que exista al menos una oficina cercana al lugar de residencia de la población o, en caso de que no haya ninguna, existan otros canales como cajeros, agentes financieros o una oficina de Correos, y por supuesto sí es posible hacer uso de la banca 'online'», advierte el análisis llevado a cabo por el Ivie, que hace referencia además al tiempo que tarda la ciudadanía en llegar a esos canales. De esta forma, la distancia media al cajero más próximo se sitúa a 2,3 kilómetros en la Región. En el caso de Ojós, los vecinos tienen que desplazarse a localidades limítrofes con Ricote o Villanueva del Río Segura. El tiempo medio (ponderado por la población afectada) al cajero más próximo se traduce en 4,5 minutos, señala el estudio.

A escala nacional, el 1,4% de la población que no cuenta con acceso a entidades bancarias ni a cajeros en el municipio de residencia debe recorrer una media de 7,6 kilómetros e invertir 9,7 minutos de su tiempo para llegar al punto más cercano. Además, el 99,1% de los españoles sí tiene oportunidad de poder visitar las sucursales o los cajeros en un perímetro medio de menos de cinco kilómetros, mientras que el 99,5% que lo hace por carretera llega a ellos en menos de diez minutos. Solo en siete provincias el porcentaje es inferior al 95%, como son Cuenca (94,7%), Soria (94,3%), Palencia (94,2%), León (93,4%), Guadalajara (93,3%), Zamora (91,9%) y Salamanca (91,8%), detalla el informe.

«Tras la expansión de la red de oficinas que tuvo lugar en España hasta 2008, el estallido de la crisis financiera desencadenó una intensa reestructuración», relatan los autores del estudio. «Los problemas posteriores de baja rentabilidad en un contexto de reducidos tipos de interés y crecimiento de la competencia bancaria y no bancaria han obligado a continuar con el ajuste en la red de oficinas, hasta el punto de que la cifra de 2021 (19.015) es un 58,4% inferior a la máxima de septiembre de 2008 (45.707)», apuntan. «Menos oficinas no implica exclusión financiera; existen cajeros, agentes, oficinas y banca por internet».

El municipio con más exclusión financiera de la Región es Ojós, donde los vecinos no disponen de entidad bancaria ni cajero para realizar sus operaciones, aunque sí cuentan desde hace unos meses con una agente del Banco Santander que atiende a los ciudadanos dos mañanas a la semana. Sin embargo, los vecinos tildan de «insuficiente» ese servicio.

Esta situación de abandono tiene muy preocupados a los casi 500 residentes del pueblo más pequeño de la Región, de los que más de la mitad son pensionistas y jubilados. «Es una vergüenza. La falta de entidades bancarias no está haciendo mucho daño. Tenemos serios problemas a la hora de disponer de dinero en efectivo para hacer compras, pagar los medicamentos en la farmacia, ir al supermercado a por la compra o tomarnos un aperitivo en el bar si nos apetece», lamentan los vecinos.

Una de las afectadas por la exclusión financiera es Ángeles Yepes Losa, de 77 años. «Para poder disponer de dinero tengo que mandar a mi hija a Archena o a Ricote una vez al mes, para que me saque efectivo. Hay muchos momentos en los que me veo angustiada, sobre todo cuando surge cualquier pago», relata. «Tengo que estar dependiendo siempre de que mi pequeña pueda llevarme al pueblo de al lado o de que vaya ella sola», añade con preocupación. Lo mismo le ocurre a Joaquina Gerona Bermejo, de 85 años, quien lamenta la situación de exclusión que vive Ojós. Pero, además, con la particularidad de que tiene que llevarla un vecino al no tener familiares ceranos. «Le doy una gratificación a esta persona por hacer me la gestión; le estoy bastante agradecida», sostiene Joaquina. «Recuerdo que hace unos años podía ir al banco, porque había, y hacer yo mis operaciones, pero desde hace ya tiempo los vecinos nos sentimos muy desatendidos. Aquí nos lo están quitando todo», lamenta esta octogenaria.

A preguntas de LA VERDAD, los ciudadanos que residen en Ojós hacen hincapié en que «la falta de entidades bancarias se agrava cuando vienen turistas al pueblo. Nos preguntan que dónde pueden sacar dinero, y tenemos que mandarlos a las localidades limítrofes», coinciden los ojeteros.

Uno de los vecinos que no puede evitar mostrar su indignación es Antonio Avilés Moreno, de 85 años, sacristán de la parroquia de San Agustín. «En ocasiones es angustioso que no tengamos un sitio para poder disponer de dinero en efectivo. Que haya una agente de una entidad un par de horas a la semana no nos soluciona nada, y al final tenemos que desplazarnos a otros puntos». Y lo mismo piensa el matrimonio formado por María del Carmen González y Juan Villalta: «Es desesperante que no haya ni un solo cajero».