La CHS hace frente a una larga lista de impactos y presiones sobre las aguas de la cuenca del Segura
Un 42% de estas masas de agua sufren los efectos de vertidos urbanos
Vertidos urbanos e industriales, vertederos, contaminación difusa por usos agrícolas y ganaderos, presiones asociadas a la minería, escorrentías, efecto barrera de presas, azudes y ... diques, pérdidas y filtraciones al subsuelo procedentes de gasolineras... Resulta casi interminable la lista de presiones e impactos que sufren las masas de aguas superficiales y subterráneas de la cuenca del Segura. El catálogo es tan diverso y extenso que la Confederación Hidorgráfica del Segura tiene que multificarse en la vigilancia del dominio público hidráulico. Como punto de partida, el 42% de las aguas superficiales de la demarcación sufre presiones por vertidos urbanos, y un 22% están afectadas por los vertederos.
Las zonas principalmente impactadas por estos últimos se encuentran en la rambla del Albujón, río Guadalentín desde Lorca, y puntualmente en áreas de cabecera. La CHS identificó 15 depósitos no autorizados. Además, están identificados otros vertederos de origen minero en el entorno de la Sierra de Cartagena y de Mazarrón por su potencial afección sobre las masas de agua mediante arrastres y escorrentías.
Derrames incontrolados
En el Plan de Cuenca del Segura que se aprobó en enero con una vigencia de cinco años se han identificado 220 presiones puntuales por vertidos y vertederos: 68 han sido registradas por las comunidades autónomas, y 152 por la Comisaria de Aguas. De estos últimos, 31 no estaban autorizados cuando se aprobó el plan, por lo que se iniciaron los correspondientes expedientes sancionadores. La mayoría de estas presiones se producen en ríos, y el resto en encauzamientos, infraestructuras de laminación y masas costeras naturales.
Casi el 90% de las masas superficiales soportan efectos difusos por la agricultura, y el 32% por la actividad ganadera
En cuanto a los impactos difusos, casi el 90% de las masas superficiales de la demarcación tiene presión por usos agrícolas, especialmente las relacionadas con el regadío, concentrado principalmente en el Valle del Guadalentín, las tres vegas y el Campo de Cartagena. Asimismo, más de la mitad de las aguas están vinculadas a zonas industriales abandonadas.

Vertidos urbanos autorizados
Vertidos urbanos NO autorizados
Río natural
Límite de la DHS
VALENCIA
ALBACETE
Yecla
Hellín
Jumilla
ALICANTE
JAÉN
R. MURCIA
Orihuela
Murcia
Caravaca
de la Cruz
GRANADA
Lorca
Cartagena
ALMERÍA
Mar Mediterráneo

Vertidos urbanos autorizados
Vertidos urbanos NO autorizados
Río natural
Límite de la DHS
VALENCIA
ALBACETE
Yecla
Hellín
Jumilla
ALICANTE
JAÉN
R. MURCIA
Orihuela
Murcia
Caravaca
de la Cruz
GRANADA
Lorca
Cartagena
ALMERÍA
Mar Mediterráneo

Vertidos urbanos autorizados
Vertidos urbanos NO autorizados
Río natural
Límite de la DHS
Cuenca Hidrográfica
del Guadiana
VALENCIA
Cuenca Hidrográfica del Júcar
ALBACETE
CIUDAD
REAL
Yecla
ALICANTE
Hellín
Cuenca Hidrográfica del Júcar
Jumilla
Elche de la Sierra
JAÉN
Calasparra
Crevillente
Caravaca
de la Cruz
Orihuela
Murcia
R. MURCIA
Lorca
GRANADA
Cartagena
Cuenca Hidrográfica
del Guadalquivir
Mar Mediterráneo
ALMERÍA
Cuencas Andaluzas
Otras presiones difusas ampliamente inventariadas por la CHS están asociada a zonas mineras (el 50%) así como a las escorrentías urbanas (el 40,4%), principalmente en la parte media y alta de la cuenca. El organismo de cuenca destaca igualmente los impactos ocasionados por la actividad ganadera, especialmente en el sector del porcino, en el entorno inmediato de 37 masas de agua (32% del total). En determinados casos, la presión generada por algunas de estas instalaciones (desbordamiento de balsas de purines, arrastre de material dispuesto en zonas de secado...) actúa de un modo sinérgico con otros usos existentes en el territorio. Pone como ejemplo lo que acontece en el ámbito de la cuenca vertiente de la rambla del Albujón y del Mar Menor.
Alteración de hábitats
En el listado de la Confederación Hidrográfica figuran asimismo, como presiones, las extracciones de agua que se realizan en ríos y canales, que se destinan a los regadíos y al abastecimiento a la población. También se consideran presiones las alteraciones de tipo morfológico que se realizan en los cauces naturales, principalmente las obras de protección contra inundaciones (hay 526 proyectos realizados en la cuenca), las infraestructuras para uso agrícola, los dragados fluviales, los desvíos de cauces y las instalaciones portuarias. El organismo de cuenca incluye igualmente las presas, azudes y diques por el posible efecto barrera que pueden ocasionar en determinadas zonas.
Las obras contra las inundaciones, así como los dragados, azudes, presas y puertos también se consideran alteraciones
La CHS indica que «los impacto comprobados suponen un impedimento para el buen estado de las masas de agua», ya sea por aquellos que provocan alteraciones de hábitats o que contaminan las masas de agua por nutrientes de origen agrícola por encima de los niveles permitidos. Incluye asimismo la contaminación orgánica y por acumulación de basuras flotantes marinas.
Existen más de 750 afecciones a las bolsas subterráneas
La CHS ha identificado otras 758 presiones puntuales e impactos sobre las masas de aguas subterráneas de la demarcación: 182 registradas por las comunidades autónomas, 403 por el Ministerio de Industria, y 173 por la Comisaría de Aguas, de las que 34 son vertidos no autorizados que se han investigado. Del conjunto de 63 masas de aguas subterráneas, el 52,4% tienen presiones por vertidos de aguas residuales urbanas. Asimismo, se han detectado impactos por la pérdida y vertido de hidrocarburos en estaciones de servicios y gasolineras. En lo referente a las aguas residuales, el problema de los vertidos urbanos «no tiene en la demarcación del Segura la misma magnitud que en otros territorios, al haberse hecho un esfuerzo inversor importante en las últimas décadas», apunta la Confederación.
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