Conmoción tras el apuñalamiento de un profesor en el colegio Monteagudo de Murcia: «Al chico se le ha ido la 'pinza'»
Los padres del colegio Monteagudo que acudieron a recoger a sus hijos llegaban «impactados» al centro, poco después de conocer la noticia
La salida del colegio a la hora de comer suele ser espacio para compartir los conocimientos aprendidos durante la jornada; repasar los deberes pendientes para la tarde; y hasta tratar de despejar la incógnita que rodea al plato caliente que espera en la mesa del hogar. Son pocas las veces que se comentan incidentes violentos ocurridos en el interior del centro, y menos todavía las que el momento lo protagoniza un apuñalamiento sufrido por un profesor a manos de un alumno. Esto es precisamente lo que ocurrió ayer por la mañana en el colegio Monteagudo, donde un estudiante de segundo curso de ESO clavó presuntamente un cuchillo de cocina por la espalda a su profesor de Inglés, Paul K., de nacionalidad irlandesa, quien tuvo que ser trasladado al hospital Morales Meseguer con heridas que no revestían gravedad.
«Nadie se espera esto, y menos de un niño; te planteas si hay que poner algún tipo de control», explicaba Juan Francisco
El suceso provocó un impacto mayúsculo en la comunidad educativa del centro, por más que algunos responsables trataran de quitar hierro al asunto. «Estamos viviendo esto con la mayor tranquilidad posible», explicaba unas horas después, a regañadientes, uno de los responsables del patio. Un enorme patio donde decenas de alumnos esperaban a entrar al comedor mientras jugaban despreocupados a la pelota. «Está la cosa un poco tensa», desmentía 'ipso facto' un estudiante que se acercaba a poner la oreja en la conversación con el periodista.
A ese mismo responsable del patio no le costó mucho mantener el orden, potente grito mediante, cuando las cámaras de televisión empezaron a rondar por las inmediaciones y los críos se alborotaron más de lo debido. Los chavales querían salir en la tele, pero no para comentar el suceso del día que había tenido lugar en su colegio, ni tampoco para responder a las machaconas preguntas de los periodistas. La marabunta estudiantil, se supone que de amplia mayoría madridista, solo quería que le pusieran la 'alcachofa' cerca para pedirle a Florentino Pérez «que fichara a Mbappé». Bendita inocencia futbolera.
«Esto no es una cárcel ni un aeropuerto. No hace falta poner un detector de metales a la entrada», dejaba claro un educador
La despreocupación de los pequeños contrastaba con la inquietud de muchos padres que se acercaban a recoger a sus hijos. Algunos de ellos llegaban «muy impactados» unos minutos después de conocer la noticia por los medios de comunicación. Era el caso de Juan Francisco, ligado desde hace muchos años al centro y a quien le afloraban amagos de lágrimas por la «emoción, porque nadie se espera esto, y menos por parte de un niño», explicaba este padre mientras arrancaba su moto de gran cilindrada para llevar a su hijo a casa. «Al chico se le ha ido la 'pinza'», resumía el menor antes de ponerse el casco y subir de 'paquete'.
«Ya, pero el cuchillo lo ha traído de su casa, así que la pinza se le había ido de antes», corregía el progenitor, intentando asimilar aún lo que había pasado y tratando de encontrar respuestas donde no las había. Al menos hasta ese momento, porque el centro llevaba horas guardando silencio y los padres solo obtenían información a través de los grupos de 'WhatsApp'. «Es incomprensible que ocurra algo así, te planteas si hay que poner algún tipo de control para que no se metan cuchillos y otras armas», reflexionaba Juan Francisco. El responsable trajeado del patio opinaba lo contrario: «Esto no es una cárcel ni un aeropuerto. No hace falta poner un detector de metales a la entrada. No es normal que pase algo así en un colegio, y menos en este».
«En estado de 'shock'»
Esto es algo en lo que coincidían todos los padres con los que pudo hablar ayer este periódico en una mañana que, pasado el ajetreo inicial de ambulancias, policías y periodistas, no difería en nada de una jornada escolar habitual. La procesión la llevaba por dentro Adolfo, que se había enterado de la noticia a través de la web de LA VERDAD en el trayecto entre su trabajo y la salida del colegio donde estudian sus hijos: «No puedo entender que pase algo así en un colegio que además tiene un nivel social y cultural y que debería evitar este tipo de cosas». Este padre se reconocía «absolutamente en estado de 'shock'», aunque sus hijos no son compañeros del agresor y él tampoco conoce al profesor que sufrió la cuchillada.
«La violencia está siempre fuera de lugar y me da mucha pena que un niño de 13 años haya hecho esto», lamentaba Noelia
Otro de los padres que acudía en coche a recoger a su hijo a la puerta del colegio se había quedado directamente sin palabras. «Me acabo de enterar y no sé que decirle», se sinceraba. Aunque su cara pálida lo decía prácticamente todo sin necesidad de bajarse del vehículo ni tampoco de parar el motor. «Este es un colegio muy tranquilo en el que nunca ha habido violencia. La primera noticia que tengo de esto me la estáis dando los periodistas. Estoy en 'shock'», coincidía Noelia, otra madre. «Esto es algo que no se puede tolerar, la violencia está siempre fuera de lugar. Me sorprende mucho y me da mucha pena que un niño de 13 años pueda haber cometido este acto criminal».
«¡¡¡Venga, todos al comedor ya!!!». La orden del responsable del patio suena firme y bien alta a muchos metros a la redonda, pero es contestada por un alumno que pone en duda la hora reglamentaria. «¿Ya? Seguro que es porque está la tele, ¡solo por eso!». Parece que tenía razón el chaval porque, diez minutos después, todos siguen jugando tranquilamente al fútbol, emulando a Mbappé.
