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Una brigada trabaja en la extinción del incendio registrado en el Valle. A la derecha, el fuego sale por la ventana de un piso en Murcia. Foto: 112 | Vídeo: Bomberos Murcia

Al filo de una catástrofe ecológica en el parque regional del Valle

La rápida actuación de brigadas forestales y bomberos frena el incendio declarado durante la madrugada de este martes

Martes, 29 de agosto 2023

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Pudo ser una tragedia medioambiental en El Valle, el pulmón de la ciudad de Murcia, pero el arduo y eficaz trabajo de las brigadas forestales adscritas al Plan Infomur, los bomberos del parque del Infante del Ayuntamiento y los medios aéreos que se incorporaron a primera hora de la mañana evitaron este martes la catástrofe. Tanto es así que, al ritmo al que avanzaban las llamas monte arriba, los técnicos calculaban que, si no se les ponía freno, habrían arrasado entre 15 y 20 hectáreas de terreno boscoso.

«La rapidez en el despliegue y coordinación de medios ha evitado un desastre mayor, porque pudo ser una tragedia», tal y como explicó a LA VERDAD María Cruz Ferreira, directora general de Medio Natural. Aunque en un principio se contabilizaron cuatro hectáreas de monte calcinado por el fuego, finalmente la Comunidad rebajó esa extensión a dos hectáreas (equivalente a unos dos campos de fútbol) de terreno afectado, sobre todo de pino carrasco -muchas copas de los árboles se libraron de las llamas- y varias especies de arbustos de monte bajo.

Imagen secundaria 1 - Al filo de una catástrofe ecológica en el parque regional del Valle
Imagen secundaria 2 - Al filo de una catástrofe ecológica en el parque regional del Valle

Impulsado por el combustible en forma de vegetación muy seca, debido a las temperaturas extremas que han azotado toda la Región este verano y a la falta de lluvia desde la pasada primavera, el fuego inició su expansión monte arriba desde el paraje de El Sequén, aprovechando el desnivel.

«Es un incendio topográfico. Así se conoce a los fuegos en el que el principal factor que condiciona su avance son las características del terreno, como la inclinación», explicó Ferreira. En este caso, el origen del fuego estuvo en el comienzo de la senda de Las Columnas, un tramo al que se accede al girar a la derecha, cuando se empieza a ascender por el camino del Sequén, que lleva hasta el Pico del Relojero.

Las llamas avanzaron de forma ascendente y se abrieron en dos brazos, que fueron progresando hasta cerrarse en la parte más alta, cerca de la rambla de El Valle, junto a la cantera. «La forma del incendio era como una especie de raqueta», según explicaron los técnicos de la Dirección General del Medio Natural desde el Puesto de Mando Avanzado que se instaló en centro de coordinación Forestal (Cecofor) del El Valle.

El mayor temor de los expertos era que el incendio, al llegar al punto más alto, comenzara el avance descendente por la cara opuesta de la montaña, una zona de muy difícil acceso y mucha masa vegetal seca acumulada, al no estar tan concurrida. Pero las condiciones meteorológicas, al no haber viento y sí humedad, así como el arduo y rápido trabajo de los brigadistas y bomberos, frenaron su camino.

La investigación apunta a causas humanas como origen

Un helicóptero realiza una descarga de agua. Guillermo Carrión / AGM

La principal hipótesis que manejan los especialistas del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil en la investigación sobre el origen del incendio es que fue provocado por causas humanas.

Las pesquisas, en las que participan técnicos de la Brigada de Investigación de Delitos Ambientales (Brida) de la Comunidad, descartan las causas meteorológicas, como la caída de un rayo, ya que esa noche no hubo tormenta eléctrica. Se sabe, apuntan fuentes cercanas al caso, cuál es el punto exacto en el que se desencadenaron las llamas: en el inicio de la senda de Las Columnas, una ruta muy conocida y frecuentada por senderistas y ciclistas, a unos pocos centenares de metros del espacio de La Balsa y el albergue de El Valle.

Lo que tratarán de determinar los investigadores es si la acción humana que provocó el incendio fue intencionada -con la voluntad expresa de hacer arder la zona por vandalismo, venganza o enfermedad (piromanía)-; o provocado accidentalmente por una imprudencia o por negligencia.

300 llamadas en unos minutos

El incendio, el primero en El Valle en las últimas tres décadas, se desencadenó poco después de la medianoche y el Centro de Coordinación de Emergencias 112 recibió, a partir de las 00.14 horas, unas 300 llamadas alertando del fuego. «Se me partía el alma al ver el fuego devorando el monte. Yo temí por mis padres, que viven junto al cementerio de La Alberca, muy próximo al monte. Si en lugar de ir hacia arriba hubiese tirado hacia abajo, habría sido una catástrofe», afirmó Cristina Toledo, una senderista que estaba este martes por la zona.

«Hay que darle las gracias a las brigadas forestales y a los bomberos, que han trabajado toda la noche», apuntó su compañero, Rafael Ruiz. Ese trabajo comenzó inmediatamente después de los avisos. Un centenar de efectivos de extinción de incendios, Guardia Civil, Protección Civil y Policía Local de Murcia trabajaron toda la madrugada para evitar que el incendio forestal se desbocara. «Por la orografía y dada la oscuridad, los efectivos tuvieron que ascender a pie, llevando a cuestas cada uno unos 20 kilos que pesa el equipo, hasta llegar a los dos frentes. Allí desplegaron las mangueras y también desbrozaron la masa vegetal para evitar la propagación del fuego. Con ese trabajo, perimetraron el incendio y le impidieron avanzar».

Zona afectada por el fuego vista este martes por la mañana desde uno de los helicópteros. 112

El fuego fue finalmente extinguido a primera hora de este miércoles. Casi todo el operativo desplegado se retiró de la zona, aunque un retén formado por un agente medioambiental y una brigada de intervención rápida se mantuvieron en el área quemada para vigilar el terreno y avisar de posibles reavivamientos.

Una joya natural y el pulmón verde de la ciudad de Murcia

El Parque Regional El Valle y Carrascoy está constituido por una serie de sierras prelitorales situadas en la porción centro oriental de la Región de Murcia. Delimita geográficamente el Valle del Segura y la Cuenca del Mar Menor, y es la frontera natural e histórica entre la Huerta de Murcia y el Campo de Cartagena. Es parte de la Red Natura 2000, al estar considerado Lugar de Interés Comunitario (LIC). Además, comparte territorio ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves) por la presencia de búho real y por ser abrigo de protección para otras aves rapaces como el águila perdicera o el águila real. Desde el punto de vista botánico, destaca su gran biodiversidad y en él se citan unas 600 especies de plantas, algunas de gran singularidad y belleza como la orejilla de roca o la orquídea gigante.

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