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Un grupo de opositores, ayer ante la UNED. p. S. / agm

Los opositores quieren su espacio

Un centenar de estudiantes recoge firmas para reclamar la apertura de una sala por las noches y los fines de semana

Viernes, 5 de abril 2019, 01:38

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Estudian a diario cinco, diez, doce horas, preferiblemente en bibliotecas y lugares semejantes, que van seleccionando en función de las ventajas que ofrecen a la concentración mental. Pero llega el fin de semana y sus opciones para empollar en un lugar donde reine el silencio y la tranquilidad se esfuman. Unos buscan la casa de los abuelos y de amigos que están en su misma situación y otros hasta se marchan a una ciudad donde sí hay salas, como hace Ana Molina.

Ella oposita para obtener una plaza en Magisterio Infantil. Por las mañanas trabaja en las escuelas infantiles municipales y por las tardes estudia en las aulas del centro asociado de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) de Cartagena.

«El problema llega los fines de semana. Entonces, no hay ningún sitio para nosotros. En la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) no podemos entrar, porque no tenemos carné de estudiante, y las bibliotecas públicas están cerradas. Yo me tengo que ir a Molina de Segura, donde vive mi madre. Dejo con ella a mis hijos y estudio en una sala preparada para los no universitarios. En esta ciudad sí que están abiertas todo el fin de semana y por las noches», contó a 'La Verdad'.

«Tenemos derecho»

Para cambiar esta situación, un grupo de estudiantes en su misma situación se ha unido y está recogiendo firmas para reclamar al Ayuntamiento que habilite un lugar para estudiar, por la noche y los fines de semana. Lo lidera María Virtudes Martínez, una opositora de 42 años, que en junio se enfrentará a la prueba para conseguir una plaza en el cuerpo de maestros en la especialidad de Educación Física.

Por las mañanas trabaja como interina en el colegio Atalaya, ubicado en el barrio de La Concepción, y por las tardes estudia en las aulas de la UNED, como hace la gran mayoría. «Hemos puesto en marcha esta campaña, porque creemos que tenemos derecho a un espacio, como ya los hay en otros municipios. Los sábados y domingos y por la noche estudio en casa lo que puedo, porque tengo dos hijos menores».

En una situación similar está Lourdes Bornás, de 40 años. Estudia para lo mismo que Ana y María Virtudes. «Nos deberían tener en consideración. Hay mucha gente que en casa no puede estudiar y tiene que buscar otro lugar, algo que para aquellos que no somos estudiantes se nos pone muy difícil los fines de semana», indicó.

Proponen un aula en el antiguo colegio Antonio Arévalo

El centenar de opositores que reclama un espacio para estudiar por la noche y los fines de semana proponen que se habilite una o varias aulas en el antiguo colegio Antonio Arévalo, ubicado en la calle Sóller, y que abra por las noches y los fines de semana. Este centro acoge ahora la Educación de Personas Adultas, que dan clase en dos turnos, por la mañana y por la tarde. Los opositores creen que podría designarse a un trabajador municipal o de la Comunidad Autónoma, que controle los accesos y se consensúe los horarios con los usuarios. «Creemos que no costaría mucho, por eso lo vamos a solicitar formalmente», dijo una afectada, María Virtudes Martínez.

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