El molino de Los Mateos luce restaurado tras más de dos años en obras
Los vecinos destacan la «ilusión grandísima» que supone recuperar uno de los símbolos centenarios del barrio, que estaba abandonado y deteriorado
C. R.
CARTAGENA.
Martes, 23 de febrero 2021, 02:01
Las aspas del Molino de las Piedras ya están preparadas para, en cuanto recupere sus velas latinas, girar airosas en la loma de Los Mateos décadas después de hacerlo por última vez. El Ayuntamiento de Cartagena ha dado por finalizadas las obras de recuperación de ese molino harinero típico de la comarca tras una inversión de 110.000 euros y más de dos años en obras por fases. Es el quinto de titularidad municipal recuperado en la última década.
La alcaldesa, Ana Belén Castejón, y la vicealcaldesa, Noelia Arroyo, encabezaron la representación municipal en la inauguración, ayer, a la que asistieron directivos de los colectivos sociales del barrio.
La primera fase de las obras se hizo con los presupuestos participativos de 2018. Supuso una inversión de 80.000 euros. La segunda fue acometida con cargo a los presupuestos del área de Patrimonio Arqueológico y costó 30.000. El Molino de las Piedras es el tradicional de vela latina del Campo de Cartagena, de tipo harinero, y está catalogado como bien de interés cultural (BIC) con categoría de monumento.
El Ayuntamiento invierte en la reforma 110.000 euros de los presupuestos participativos y de Patrimonio Arqueológico
Está situado en la zona norte del barrio de Los Mateos, sobre un promontorio rocoso junto a la carretera de La Unión. El Ayuntamiento destacó su gran valor paisajístico, ya que se conecta visualmente con el Campo de Cartagena y los cabezos de la Fraila, Beaza y Ventura, al tiempo que permite visualizar los principales castillos del entorno.
Tres plantas interiores
Hay constancia de su existencia desde mediados del siglo XIX. La torre, de forma tronco-cónica, tiene 7,30 metros de altura, con 4,50 de diámetro en la base y 3,80 en la coronación. Su interior estaba dividido originalmente en tres plantas, que ahora han sido recuperadas mediante cámaras con forjados de madera. El primer nivel, con ventanas al exterior, era la estancia para el molinero, mientras que en el piso superior, debajo del chapitel, se situaba la maquinaria de molienda, donde se transmitía el giro de las aspas al eje del aire.
La presidenta de las Amas de Casa de Los Mateos, Ginesa Mulero, se mostró muy emocionada al verlo restaurado y recordar los años en los que correteaba de niña por su entorno. Para los vecinos del barrio ha sido una «ilusión grandísima». «Hace 70 años que mi madre me mandaba aquí a ver si me daban un puñado de harina para poder comer, porque en aquellos tiempos pasábamos hambre», recordó la mujer.