María Dolores Ruiz: «Los intereses económicos priman en MC frente al cartagenerismo»
«Esta guerra es de Jesús Giménez Gallo contra Pepe López. Me han colocado en medio y no tengo nada que ver»
Clara y directa, la todavía presidenta de MC y edil del grupo municipal en el Ayuntamiento de Cartagena María Dolores Ruiz (Cartagena, 1962) presume de « ... sinceridad» y «rectitud». Cualidades heredadas de su padre militar que le han impedido pasar por alto una presunta manipulación de los estatutos del partido. Ruiz dice ser la antítesis del prototipo de político actual y asegura que la pasión por defender el patrimonio histórico y el cartagenerismo, que le llevaron a elevar al Pleno 136 mociones la pasada legislatura, son sus motivaciones. A las puertas de su expulsión de MC, defenderá sus iniciativas «lo mejor posible y ya está» en el primer Pleno, hoy, tras el estallido de la crisis.
–¿Cómo afronta el expediente disciplinario que le ha abierto el partido que aún preside?
–La expulsión es la única salida después de hacer jaque al rey. La diferencia es que yo no tengo ambición política, soy más activista. En la próxima Ejecutiva solicitaré que se abra un expediente al secretario general del partido [Jesús Giménez Gallo] por la alteración de los estatutos, aunque es una batalla perdida. No lleva el asunto a una asamblea de compromisarios porque Giménez Gallo no tiene mayoría absoluta y se arriesga a perder.
«No requiere la misma dedicación leer un expediente que buscar bordillos rotos por la calle»
–El secretario general le animó a llevar el asunto a los tribunales, ¿estaría dispuesta?
–Sí. Yo también le invito a él a denunciarme por calumnias, ya que dice que estoy manchando su imagen personal y la del partido. Cuando ostentas un cargo público y ganas tanto dinero como el señor Giménez Gallo, es mucho más fácil denunciar. Ahora bien, si me obliga a denunciarlo por alteración de documentos, lo haré.
–Una vez expulsada, ¿renunciará a su acta de concejal?
–No. Amo el patrimonio histórico y como edil doy voz a los colectivos que lo defienden, con los que trabajo desde 2011. Estamos teniendo muy buenos resultados. Seré concejal no adscrita hasta 2027.
–Su grupo sostiene que su malestar radica en que no fue concejal liberada.
–Me dolió que no valoraran mi trabajo, pero lo asumí y la denuncia pública no tiene nada qué ver. Fue mi último recurso porque no me escuchaban. Consideraba que todo el trabajo de la anterior legislatura serviría para que me liberaran, teniendo en cuenta mis condiciones personales y que necesitaba más tiempo para estudiar los expedientes y poder asistir, por ejemplo, a las reuniones de la Sociedad Casco Antiguo. Pero decidieron que dos personas nuevas iban a aportar más y las liberaron. No me gusta cuestionar el trabajo ajeno, pero a lo largo de la legislatura se verá su labor. Como el partido no valoró mi dedicación, opté por no hacer agenda política porque trabajo nueve horas diarias en La Manga y el resto del tiempo es para el patrimonio. Hay concejales de ver y otros de trabajar. No requiere la misma dedicación leer un expediente que pasear por la calle en busca de un bordillo roto. Creo que los cargos políticos deberían ostentarse solo dos legislaturas, ocho años, y con rendición de cuentas a la ciudadanía. Los sueldos de 70.000 euros de los portavoces de la oposición, y el de los liberados de más de 50.000 euros son excesivamente altos para no exigir una rentabilidad.
«Los cargos políticos deberían ostentarse solo dos legislaturas y rendir cuentas a los ciudadanos»
–La han acusado de incumplir sus obligaciones como concejal y la disciplina de voto.
–Mi trabajo como concejal está en el Boletín Oficial de la Región de Murcia (BORM) y en el trabajo de las asociaciones en defensa del patrimonio. Me debo a mi trabajo por Cartagena y no a un partido político. En un momento dado se acordó que la disciplina de voto no puede abordar la conciencia moral de cada uno. Cuando son cuestiones que afectan a mi moralidad personal, con lo que no quiero decir que sean amorales, no voto.
–¿Orquesta sus pasos el exlíder de MC, José López?
–Absolutamente, no. En redes sociales se puede apreciar que Pepe López no está apoyándome. De vez en cuando le da un 'me gusta' a algo, pero ya está. Estoy jugando en un tablero que no es el mío porque yo me encontré la manipulación de los estatutos de sorpresa, ante la insistencia de que los firmase. Los examiné hasta que di con las claves de la alteración. Pepe López ha tenido siempre más apoyo de los simpatizantes que Giménez Gallo. Esta guerra es de Jesús contra Pepe. Me han colocado en medio y no es mía ni tengo nada qué ver. De hecho, dimití el 22 de febrero de presidenta y no dije nada. Hay falta de criterio en el grupo, porque no pueden negar la existencia y labor del anterior secretario general. Los mismos que antes estaban del lado de López, lo están ahora de Giménez Gallo.
–Ha vivido las dos etapas, ¿con cuál se queda?
–Con el MC del sentimiento cartagenerista. Nunca he estado en contra ni de un líder ni de otro. Entré en MC porque se defendía el sentimiento cartagenerista al margen de otras cuestiones. Ahora priman los intereses económicos frente al sentimiento. Si la cúpula altera los estatutos, vamos a lo material.
–¿De qué iniciativas se siente orgullosa?
–De muchas, siempre de la mano de las asociaciones. Aunque en el BORM se atribuyen a MC, son un trabajo exclusivamente personal. Por ejemplo, la declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) de las Salinas de Marchamalo, el expediente sancionador de Villa Calamari y el de las ermitas del Miral. El acceso gratis cuatro días al mes a los BIC de Puerto de Culturas y el acceso de la oposición de forma electrónica y telemática a los expedientes del Ayuntamiento, que me permite la conexión desde el ordenador de casa para seguir trabajando.
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