Las lluvias agravan el riesgo de vertidos y de muerte de aves en las balsas de Zinsa
Medio Ambiente detectó en diciembre «bastante agua» en las terreras, pero Olivo sigue sin fecha para sacar los residuos y pone un 'espantapájaros' sonoro
El riesgo de desprendimiento de las antiguas balsas de residuos tóxicos y peligrosos de Española del Zinc (Zinsa), de derrames de ácido sulfúrico y otros ... productos y de mortalidad para las aves protegidas ha crecido en las últimas semanas, a pesar de la orden urgente dictada a principios de diciembre por la Comunidad Autónoma para que el propietario de los terrenos vacíe e impermeabilice los depósitos, situados entre Torreciega y el polígono Cabezo Beaza.
En una inspección realizada el 16 de diciembre, técnicos de la Consejería de Medio Ambiente detectaron que las viejas balsas de lodos industriales de la fábrica, cerrada en 2006, estaban «anegadas con agua de lluvia». Esta advertencia, efectuada apenas dos semanas después del penúltimo episodio de precipitaciones torrenciales desde la DANA de septiembre (el último fue la 'gota fría' de enero), se suma a la realizada el 18 de noviembre por los agentes medioambientales autonómicos respecto a que las lluvias elevaron la presencia de aves muertas.
En ese momento, la referencia era mayo, cuando el edafólogo José Matías Peñas denunció el fallecimiento de decenas de ejemplares de especies amparadas por la ley, debido a su especial vulnerabilidad y el consiguiente riesgo de desaparición. En noviembre, el científico destapó otro fallecimiento masivo de pájaros, entre ellos garzas reales, cormoranes negros, aguiluchos laguneros, correlimos, cigüeñuelas y cernícalos.
La movilización del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, que levantó acta por un posible delito contra el medio ambiente y constató el abandono de las balsas, con capas de geotextil rotas y fisuras en los taludes, llevó al Gobierno regional a reaccionar. De por medio, hubo protestas de los vecinos, que pidieron de nuevo la intervención de la Fiscalía. Aún siguen temiendo derrumbes y ven comprometida su salud por el arrastre de partículas contaminadas por el viento y la lluvia.
El 3 de diciembre, la Administración dio diez días a la actual empresa propietaria de los terrenos, Cartagena Parque, del conocido promotor Tomás Olivo, para vallar la finca y retirar los residuos. También le instó a presentar en dos meses un proyecto técnico de limpieza y recuperación del emplazamiento, cuyas obras debían estar acabadas en un año.
La mercantil levantó una cerca en el área y logró una ampliación hasta el 3 de marzo del plazo para informar del resto de sus planes. Según ha sabido LA VERDAD, alegó que debía completar «los pertinentes análisis recomendados por los expertos que ha contratado, y cuyos resultados determinarán las medidas que proceda adoptar y las formas de ejecución».
Engañadas por el líquido
A menos de tres semanas para agotar el nuevo periodo y bajo la amenaza de multas, la empresa ha tomado una medida provisional para ahuyentar a las aves. Ha instalado una especie de cañón que, con intervalos de tiempo previamente programados, emite un sonido similar al de un disparo para espantar a los animales.
Las aves llegan atraídas por láminas «cuya apariencia se asemeja a zonas húmedas costeras o salinas». Y ese engaño acaba con sus vidas. Por eso, la idea de esta suerte de 'espantapájaros' acústico es impedir que los pájaros se acerquen a los depósitos, donde las mediciones arrojaron un elevado nivel de Ph.
Días atrás, vecinos de Torreciega denunciaron ante la Policía Local molestias por el ruido de los cañonazos en plena madrugada. La empresa revisó el sistema, para que no haya «fallos», y asegura que las 'detonaciones' acaban a las seis de la tarde. En todo caso, las fuentes consultadas indicaron que la compañía ve muy improbable poder iniciar en breve la retirada de los restos por la «complejidad técnica» de la operación, incluido el transporte y la entrega a un gestor autorizado, y los elevados costes calculados de forma preliminar.
Los vecinos exigen cortar el acceso a los suelos de El Hondón y a las vías del tren, y reparar los puentes
Además de soportar la cercanía de las balsas de residuos y de los terrenos abandonados por Española del Zinc (Zinsa) hace más de una década, los vecinos del barrio de Torreciega ven deteriorado su entorno y estrangulada la expansión urbanística por los terrenos, también contaminados, de El Hondón. En este caso, se trata de los residuos de la fábrica Potasas y Derivados (del grupo Ercros), cerrada en 2001.
Mientras la Comunidad continúa tramitando el expediente de descontaminación de la zona, la Asociación de Vecinos de Torreciega ha llamado la atención sobre la ausencia de un vallado que impida el acceso a pie a estos terrenos desde la carretera que conduce a Cabezo Beaza.
El presidente de la Asociación, Teodosio Romero, recordó que el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) exigió al Ayuntamiento, a Ercros y a la Comunidad impedir el acceso a los suelos. También avisó del peligro de accidente si alguien entra en las vías de los ferrocarriles de mercancías y de pasajeros. También pidió a Adif, entidad del Ministerio de Fomento, reparar los puentes de este sector, pues hay grietas. Los vecinos también exigen a la Comunidad remodelar el puente de la carretera que enlaza con Pintor Portela.
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