Lhicarsa tendrá más personal de limpieza y menos en oficina en Cartagena

El servicio de limpieza y recogida de basuras en Cartagena afronta hasta final de año un periodo de «redistribución funcional» de efectivos para aumentar el personal de trabajo en la calle, según acordó el pasado martes el consejo de administración de la empresa municipal Lhicarsa. El plan es cumplir con un contrato que exige un despliegue diario de unos 360 operarios para eliminar la suciedad mediante la simplificación de la estructura en administración y personal, pero evitando los despidos.

La reunión del consejo tuvo lugar en el Palacio Consistorial bajo la presidencia de la alcaldesa, Noelia Arroyo, y con la asistencia del director general de FCC Servicios Ciudadanos, Jordi Payet. Fue convocada de urgencia por el equipo de gobierno municipal para frenar los despidos de cinco empleados de oficinas con los que FCC, mercantil asociada al Ayuntamiento en Lhicarsa, inició hace tres semanas la reconversión de la plantilla. Desde entonces, sus responsables aluden a la necesidad de reducir gastos de personal después de la incorporación de 16 trabajadores que se encargaban de limpiar y acondicionar el litoral con cargo a otro contrato municipal que también administraba FCC y que expiró en 2020. Durante el encuentro, el ejecutivo local exigió a FCC acuerdos con los cinco despedidos. También que si la reestructuración en marcha exige más cambios, estos se hagan sin forzar salidas traumáticas y con recolocaciones.

De los trabajadores a los que se entregó la carta de despido para que no volvieran en septiembre, dos zanjaron la cuestión desde el principio, uno para cambiar de destino y la otra para marcharse con una indemnización. Un tercero también pactó un finiquito. Y quedan otros dos a los que les ofrecieron puestos en el vertedero y como controlador de servicios, respectivamente. Todavía no ha trascendido si han aceptado.

Los afectados trabajaban en las áreas administrativa y de gestión de personal, donde hay otros once profesionales que temen por su futuro, porque los planes de la empresa pasan por quitar puestos de oficina. No obstante, el comité de empresa de Lhicarsa ya amenazó con una huelga de limpieza y recogida de residuos si no se frenaba los cinco despidos y se abría una negociación. Sus representantes esperan conocer las conclusiones de la reunión.

En el consejo de administración, FCC atendió a la petición municipal de agilizar la llegada de maquinaria nueva comprometida. De los 10 millones que debe invertir FCC cada década, tal y como especifica el contrato, solo dos se materializaron en 2020 con la entrada en servicio de nuevos vehículos en el plazo previsto. El encargo del resto se demoró por el inicio de una investigación de varias irregularidades en Lhicarsa, que acabaron con multas para FCC. Otra explicación a la demora es que la mercantil hizo una oferta que incluía vehículos eléctricos y ecológicos, pero costaba casi el doble, y el Ayuntamiento rechazó prolongar el contrato para pagarlo.

Las nuevas máquinas de limpieza viaria empezaron a llegar en verano pero a un ritmo que el equipo de gobierno considera lento para las necesidades del municipio. Entre los vehículos que faltan, destaca una veintena de camiones de basura de última generación.

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