Juan José Rocha García, el olvidado hijo predilecto
Juan José Rocha García nació en Cartagena el 15 de junio de 1876. Sus padres, vecinos de esta ciudad, fueron Juan Melchor Rocha Revuelta oriundo ... de Fuente de Ebro (Zaragoza) y de la mazarronera Eulalia García y Muñoz. Estudió en el colegio de San Luis de Cartagena, donde obtuvo el título de Bachiller en 1891, con unas magnificas notas, lo que le permitió, posteriormente, licenciarse en Derecho por la Universidad de Murcia (UMU).
Comenzó su labor como abogado compaginándola con la militancia política republicana federal. LLegó a presidir la Unión Republicana de Cartagena de 1903-04.
Conoció al líder republicano Alejandro Lerroux al que se uniría determinantemente. Eso le llevó a instalarse en la ciudad de Barcelona ya que en 1906 se convirtió en su secretario particular. Se presentó a las elecciones municipales por Barcelona en las listas del Partido Republicano Radical en 1913, por lo que ejerció como jefe de la minoría radical en aquel ayuntamiento. En 1917 se convirtió en Alcalde de Barcelona, avalado siempre por su mentor y protector Alejandro Lerroux.
Embajador de Portugal
Más tarde, con la proclamación de la Segunda República, fue embajador en Portugal y, sucesivamente, desde 1933 a 1935 ministro de Guerra, Marina, Estado y de Instrucción Pública y Bellas Artes. Su amistad personal con Lerroux fue la causante de esta intensidad ministerial en el segundo bienio de la II República en cuatro gobiernos distintos. Un acaparamiento de cargos que hizo escribir a Jalón en sus Memorias políticas: «Sin embargo, en la solución de la crisis o en el remiendo de los gabinetes Rocha aparecía con una cartera. O con dos. Según uso corriente, para no estar especializado en ninguna (...)».
Dicho lo cual, no debemos desestimar la aportación de este republicano cartagenero a la política española. En el ámbito militar, Rocha se centró en la modernización del ejército español, con el objetivo de hacerlo más eficaz y eficiente.
Desde el balcón del Palacio Consistorial dijo que el suministro de agua estaba garantizado y el riego del campo también
En el ámbito civil, Rocha se comprometió con la paz y la resolución pacífica de los conflictos internacionales. En este sentido, firmó el Tratado antibélico de no agresión y de conciliación, y concedió la Corbata de la Orden de la República al Instituto de la Guardia Civil. También impulsó la reforma del sistema educativo, con el objetivo de modernizarlo y hacerlo más accesible a todos los ciudadanos.
Su momento acabó cuando se vio implicado en los negocios oscuros creados en torno al partido y gobierno de Lerroux en 1936. Tuvo que dimitir y retirarse de la vida política a raíz de los escándalos del estraperlo y la corrupción. Rocha falleció en Barcelona el 29 de julio de 1938, tras una larga enfermedad.
Su vinculación a su ciudad natal no terminó con su salida hacia Barcelona, siempre mantuvo estrechos contactos a nivel familiar, político y masónico, a través de varias logias asentadas en Cartagena.
Se presentó en varias ocasiones como diputado provincial por la circunscripción de Cartagena, representando siempre al Partido Republicano Radical. Pero sería su etapa como ministro en donde se sintió su influencia en nuestra ciudad. Podemos afirmar que fue un político comprometido con su tierra, pues intentó en la medida de sus posibilidades beneficiar a Cartagena desde su cargo en todos los sentidos y eso es algo que debemos reconocerle.
Obras de la Mancomunidad
Sería en el tema del agua en donde su influencia fue concluyente. Su acción para que se impulsaran y terminaran las obras de la Mancomunidad de los Canales del Taibilla fue fundamental, pero aún más importante fue su implicación personal para que en septiembre de 1934 se aprobaran en las Cortes Españolas el decreto de aprobación del proyecto de riegos para el campo de Cartagena.
Durante ese mismo año y como ministro de Marina visitó la ciudad en varias ocasiones. En marzo, para inspeccionar las instalaciones de la Constructora Naval y recibir el título de Hijo Predilecto concedido por el consistorio cartagenero. Y en abril para celebrar la fiesta del día 14, aniversario de la proclamación de la República e inaugurar en el Barrio Peral las obras de canalización de riegos.
Pero sería durante el mes de septiembre de ese mismo año cuando Cartagena recibió con todos los honores a su hijo predilecto. Fue él personalmente quien quiso entregar al alcalde de Cartagena como representante de este pueblo el referido decreto de riegos para el campo. Rocha llegó en coche desde Madrid hasta la Plaza de España, desde allí, caminando, se dirigió hacia el Palacio Consistorial. Las calles abarrotadas de público lo vitoreaban. Le acompañaron todos los diputados provinciales y el alcalde Eduardo Bonet. Una vez allí y desde el balcón, el ministro Rocha anunció a los cartageneros que el gran problema de esta ciudad quedaba solucionado. Por un lado, el abastecimiento de agua para todas las personas con los Canales del Taibilla y por otro lado, el riego del campo de Cartagena con este decreto de canalización de aguas.
Así debería haber sido, pero una vez más la pobre Cartagena tuvo que esperar algunos años más para lo uno y otros muchos más para lo otro, una Guerra Civil lo desbarato todo.
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