Tapiz que regaló Juan de Austria a Cartagena, ubicado después de la Guerra Civil en el Palacio de Capitanía, hoy desaparecido.
Fotohistoria de Cartagena

Los cristos de Lepanto de Barcelona, Cartagena y Villagarcía de Campos

Sábado, 27 de enero 2024, 08:36

En una decisión histórica, el Consejo de Gobierno de la Región de Murcia anunció este pasado jueves la declaración del Cristo de Marfil, conocido como ... Cristo de Lepanto, como Bien de Interés Cultural (BIC). La talla, también llamada Cristo de Don Juan de Austria, está en la iglesia de Santa María de Gracia de Cartagena y data de los siglos XVI y XVII. La aprobación se basó en un exhaustivo expediente que recibió informes favorables de la Universidad de Murcia, la Real Academia de Bellas Artes de Santa María de la Arrixaca, y la Real Academia Alfonso X el Sabio. En él destacaban «la especial significación histórica y artística de la obra».

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Pero nada de esto hubiera sido posible sin la intervención de María Dolores Ruiz Álvarez, concejal del Ayuntamiento de Cartagena, perteneciente al grupo municipal MC. Su insistencia y laborioso trabajo en plenos y mociones durante muchos años, han permitido al fin, primero su recuperación a la vista de los cartageneros y segundo, después de más de ochenta años oculto, su restauración, puesta en valor y finalmente su declaración como BIC.

Una vez dicho esto y sin entrar en mayores consideraciones quisiera resaltar otro tipo de cuestiones que rodean a esta magnífica talla de marfil de la cual hoy estamos tratando.

La tradición vincula esta pieza al regreso de la flota española tras la victoria en la batalla de Lepanto. Estuvo bajo el mando de don Juan de Austria, personaje histórico de gran calado y muy identificado con Cartagena, como ya se ha escrito en varias ocasiones en esta misma sección.

Hermano de Felipe II

Se trataría de un regalo de Juan de Austria a la ciudad de Cartagena, aunque documentalmente esta aseveración no se pueda asegurar en ningún documento. Pero de siempre se ha dicho que fue este hermano del Rey Felipe II quien lo trajo, tras lo que fue organizada una procesión triunfal que culminó en la Catedral Antigua, donde se depositó la imagen en marfil del crucificado. A lo largo de los siglos, la talla ha pasado por diferentes ubicaciones.

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Además de su valor histórico, la decisión de declararla Bien de Interés Cultural se fundamenta en sus cualidades artísticas únicas. La pieza de marfil, de dimensiones notables (68 por 63 por 15 centímetros sin la cruz), es para los técnicos que recientemente han intervenido en su restauración, «de excepcional calidad artística». Aunque ha sufrido modificaciones a lo largo del tiempo, el Cristo de Lepanto sigue siendo una obra maestra, en la que se evidencia el ingenio del artista que trabajó con las limitaciones del marfil.

Sin embargo, la historia de esta obra maestra no está exenta de misterios y contradicciones. Aunque la tradición sostiene, como hemos dicho anteriormente que, la imagen fue donada por don Juan de Austria al Concejo de Cartagena en 1575, existen otros llamados cristos de Lepanto. En concreto, nos encontramos con el asunto de los tres cristos de Lepanto, que se refiere a la disputa sobre cuál es el Cristo verdadero asociado a la batalla naval de Lepanto. Involucra a tres ubicaciones específicas: Cartagena, Barcelona y Villagarcía de Campos, en Valladolid. Cada una de estas localidades reclama tener el auténtico Cristo de Lepanto, y la controversia se centra en la autenticidad histórica y la conexión con la famosa batalla.

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En Cartagena se venera este Cristo que supuestamente estuvo presente en la legendaria batalla. La tradición sostiene que esta era la imagen que estaba a bordo de una de las galeras durante la batalla y que junto a otros objetos: un cañón, una bandera y unos tapices fue regalada por Juan de Austria a nuestra ciudad. Controversia: Algunos historiadores y expertos cuestionan la autenticidad de esta afirmación. Señalan la falta de pruebas históricas concretas que respalden la presencia de este Cristo en la batalla, aunque de los otros objetos si existe constancia.

La ciudad de Barcelona también reclama tener el Cristo de Lepanto. Se afirma que este Cristo, ubicado en la catedral de Barcelona, estuvo a bordo de la galera Real durante la batalla. Controversia: algunos historiadores argumentan que no hay pruebas sólidas sobre ello. Las referencias más antiguas conocidas son del siglo XVII, lo que pone en duda su conexión directa con Lepanto. Recientemente se ha procedido a su restauración y se ha comprobado fehacientemente que ni es de color negro y la fecha de su origen es muy posterior a Lepanto.

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Salvado de las llamas

La localidad de Villagarcía de Campos reclama tener el auténtico Cristo de Lepanto, que supuestamente fue salvado de las llamas en la batalla por Luis Quijada, colaborador de Juan de Austria. En este caso, la controversia es que aunque esta versión tiene un respaldo más específico en cuanto a la historia del Cristo y su conexión con la batalla, la falta de evidencia directa la ha llevado también a cierta controversia.

En resumen, la disputa sobre los tres Cristos de Lepanto involucra la autenticidad de estas imágenes y su conexión con la batalla histórica. La falta de pruebas documentales claras ha llevado a debates entre historiadores y comunidades locales sobre cuál de estos Cristos es el verdadero asociado a Lepanto.

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El nuestro al menos hoy en día, ha sido rescatado y protegido, ya es un tesoro cultural, uniendo historia, arte y misterio. La reciente declaración como Bien de Interés Cultural asegura su preservación para las generaciones futuras, mientras la ciudad continúa explorando y desentrañando los secretos que rodean a esta invaluable obra de arte.

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