Los callejones de San Esteban y Tahona rememoran la historia
La ciudad de Cartagena da un paso adelante en su compromiso por revitalizar sus espacios urbanos y preservar su historia con la creación de murales ... que narran escenas emblemáticas de su pasado púnico y romano. El Ayuntamiento de Cartagena, a través de la Agencia de Desarrollo Local y Empleo (ADLE), ha completado el acondicionamiento de los callejones de Tahona y San Esteban, situados en el entorno de la Calle San Fernando. Esta iniciativa no solo busca mejorar el entorno urbanístico, sino también dinamizar comercialmente esta zona del casco antiguo. Los murales, obra del muralista José María Vidal, representan dos episodios históricos cargados de simbolismo: las bodas de Aníbal e Himilce y la Continencia de Escipión.
Publicidad
El callejón Tahona, cuyo origen se remonta al siglo XVII y que debe su nombre a un berberisco llamado Alí el Cojo, y el callejón de San Esteban, anteriormente conocido como Carredón de las Lardinas, son ahora más que simples vías de paso: se han transformado en lienzos vivos que conectan a los ciudadanos y visitantes con la rica historia de Cartagena.
El mural en el callejón de San Esteban inmortaliza el matrimonio de Aníbal Barca, el destacado general cartaginés, e Himilce, una princesa íbera de Cástulo. Este hecho, lejos de ser un simple acto personal, representó una alianza estratégica que consolidó el poder de Cartago en la Península Ibérica. Por su parte, el callejón Tahona está decorado con la escena de la Continencia de Escipión, un acto de nobleza y autocontrol por parte del general romano que conquistó Carthago Nova en el año 209 a.C.
Las Bodas de Aníbal e Himilce: una alianza para la historia
La elección de representar este episodio en el callejón de San Esteban no es casual. Las bodas de Aníbal e Himilce simbolizan el espíritu multicultural y diplomático que definió a Carthago Nova como centro de poder cartaginés en Hispania. Himilce, princesa de Cástulo, aportó no solo su linaje, sino también la riqueza minera de su región y el apoyo militar y político de las tribus íberas.
Publicidad
Aníbal, conocido como uno de los más grandes estrategas militares de la historia, utilizó esta alianza matrimonial para garantizar recursos clave que sustentarían sus ambiciosos planes expansionistas. La representación de este momento en un mural en el corazón de Cartagena es un reconocimiento al papel fundamental de la ciudad en los sucesos que moldearon la historia del Mediterráneo antiguo.
Los detalles artísticos del mural logran transportar al espectador a esa época, evocando la magnificencia de Cartago y la importancia de sus alianzas con los pueblos locales.
La Continencia de Escipión: un ejemplo de honor romano
Por otro lado, el mural en el callejón Tahona retrata uno de los actos más recordados de Publio Cornelio Escipión, conocido como Escipión el Africano. Tras tomar Carthago Nova, Escipión demostró su carácter íntegro al devolver a una joven capturada como botín de guerra a su prometido, ganándose el respeto y la admiración de propios y ajenos.
Publicidad
La elección de este tema para embellecer el callejón Tahona no solo rinde homenaje a uno de los momentos más ilustres de la historia romana en Hispania, sino que también subraya los valores de virtud y honor que formaron parte de la tradición cultural y militar de Roma. La conexión directa entre este acto y la consolidación del dominio romano en la región convierte este mural en un testimonio visual de la trascendencia histórica de Cartagena.
Con esta acertada iniciativa, el Ayuntamiento de Cartagena no solo busca embellecer el entorno urbano, sino también revalorizar el patrimonio histórico y cultural de la ciudad. Los murales son mucho más que decoración: son herramientas educativas y de concienciación que permiten a los habitantes y turistas comprender y apreciar el papel central que Cartagena desempeñó en las grandes epopeyas de la historia antigua.
Publicidad
Esta intervención también pretende dinamizar el comercio en esta zona de la calle San Fernando y adyacentes, atrayendo a más visitantes y favoreciendo el desarrollo de las actividades locales. La mezcla de arte, historia y urbanismo convierte a los callejones de Tahona y San Esteban en un punto de encuentro donde convergen pasado y presente.
Con este proyecto, Cartagena refuerza su imagen como una ciudad comprometida con la recuperación y puesta en valor de su legado histórico. Iniciativas como ésta colocan a la ciudad a la vanguardia de la integración del arte y la historia en la vida urbana, creando espacios que no solo embellecen, sino que también educan e inspiran.
Publicidad
Desde las primeras excavaciones arqueológicas hasta proyectos como el Teatro Romano y el Foro, Cartagena ha demostrado una voluntad decidida de conservar su riqueza histórica y compartirla con el mundo. La decisión de apostar por la muralización histórica está bien y sirve para invitar a todos los cartageneros y visitantes a pasear por la historia y a reflexionar sobre la importancia de las alianzas, el honor y el liderazgo que marcaron el destino de esta ciudad.
Cartagena nos recuerda así que el pasado puede ser una poderosa herramienta para construir un futuro más consciente y conectado con nuestras raíces. En cada pincelada de estos murales, late el corazón de una ciudad que sigue contando su historia al mundo, como debe de ser.
Oferta Cyber Week 6 meses por 2€ al mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión