El férreo control de los botellones en la costa de Cartagena deja ya más de 240 denuncias este verano

Detrás de estos datos hay un trabajo policial diario. LA VERDAD acompañó a este grupo durante la noche del pasado viernes en el dispositivo especial que montaron con motivo del puente. Hasta ayer por la noche, su trabajo fue intensivo, por el puente festivo.

Los ojos de los panteras en la noche son la Unidad de Medios Aéreos (UMA). Este equipo estático controla con sus dos drones cualquier zona. Llevan una cámara térmica que les permite distinguir con claridad cuántas personas hay reunida en un lugar determinado. Las imágenes las ven en directo en una furgoneta. Junto a este vehículo instalan una carpa en la que realizan las reuniones para organizar las actuaciones de la noche y coordinarse.

Más de una treintena de miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado formaron parte del operativo del viernes: once Goesc, quince policías locales y diez guardias civiles. También había varios agentes en prácticas. Por parejas acudieron a «puntos calientes» para evitar las aglomeraciones de jóvenes bebiendo en la calle. La playa de las Amoladeras y la de Levante, Las Dunas y la zona de la discoteca Mamaluna son algunas de las zonas más conflictivas y donde cada fin de semana centran su trabajo.

Los Goesc acuden cuando ya se ha formado la multitud de personas para dispersarla. «Su trabajo es de control de masas. La efectividad del grupo se basa en el número de agentes. Funcionan como una máquina, cada uno tiene su tarea», explicó el concejal de Seguridad Ciudadana, José Ramón Llorca. Dependiendo de la misión que desarrollen acuden más o menos pero «mínimo siete», añadió.

Su uniforme consta de boinas y botas altas, le pueden añadir chalecos antibalas y escudos de protección. Durante la semana dedican un día en exclusiva a vigila zonas de ocio: realizan controles en plazas conflictivas y locales de juego. En estos últimos comprueban que la documentación municipal está en regla y que las personas que están apostando no son ludópatas que tienen prohibida la entrada.

Durante todos fines de semana realizan patrullas y controles. Ahí utilizan su instinto, el olfato de los cazadores, para identificar los coches sospechosos. Piden la documentación del vehículo y de los pasajeros. Si es necesario realizan la prueba de alcoholemia.

Alrededor de la una y media de la madrugada de este viernes recibieron el aviso de un botellón en Cabo de Palos, antes de dirigirse hacia allá, la UMA, «los ojos de un policía en el aire», comprobaron que era así. Una vez asegurado el lugar, se coordinaron con la Guardia Civil. Finalmente cercaron a los jóvenes, unos 50 que se encontraban en un descampado entre la calle Arándano y la nave Marina Center, cada unidad por un lateral. Los rodearon y les decomisaron las botellas. Uno de los chavales se les encaró diciendo «mandan a 50 policías para echarnos de un botellón».

Durante esa noche interpusieron 27 denuncias por beber en la calle, 16 por tenencia de estupefacientes y ocho por orina en la calle o tirar basura. En años anteriores las quejas de los vecinos sobre el botellón eran constantes e incluso llegaron a recoger firmas.